Rusia y Occidente se enfrentan en Georgia por el C¨¢ucaso y el mar Negro
Las elecciones parlamentarias del 26 de octubre en Georgia se han convertido en una importante clave para el futuro del espacio pos-sovi¨¦tico
Georgia fij¨® su rumbo proeuropeo y hacia la OTAN en su constituci¨®n bajo el Gobierno del partido Sue?o Georgiano (SG), en el poder desde 2012. Y en diciembre de 2023 recibi¨® el estatus de pa¨ªs candidato al ingreso en la UE. Esta l¨ªnea oficial se mantiene, pero, sobre el terreno, los dirigentes de Georgia se han ido mostrando cada vez m¨¢s acomodaticios con Rusia y los pol¨ªticos de la UE y EE UU, cada vez m¨¢s irritados con Tbilisi. El multimillonario Bidzina Ivanishvili, fundador y presidente honorario de SG, es considerado como el principal inspirador de un nuevo pragmatismo respecto al gran vecino del Norte y tambi¨¦n de un rumbo conservador influido por la iglesia ortodoxa georgiana.
Tbilisi ha condenado la invasi¨®n rusa de Ucrania en las votaciones significativas de la Asamblea General de la ONU, pero no se ha sumado a las sanciones occidentales contra Mosc¨². Georgia ha aprobado una pol¨¦mica ley sobre la transparencia y financiaci¨®n de las ONG a la que la oposici¨®n ha bautizado como la ¡°ley rusa¡± por su supuesta semejanza con la restrictiva regulaci¨®n de las ONG en aquel pa¨ªs. Tambi¨¦n el Parlamento georgiano ha dado luz verde a nueva legislaci¨®n que, en nombre de los valores tradicionales, proh¨ªbe la propaganda de la homosexualidad.
El principal partido de la oposici¨®n es el Movimiento Nacional Unido (MNU) fundado por Mija¨ªl Saakashvili, presidente de Georgia desde 2004 a 2012. Exiliado en Ucrania, Saakashvili obtuvo la ciudadan¨ªa de ese pa¨ªs, donde lleg¨® a ser gobernador de Odesa. Tras retornar a Georgia en 2021, fue encarcelado y hoy cumple una condena de seis a?os por abuso de poder y corrupci¨®n. ?l se considera un preso pol¨ªtico.
Rusia es el principal mercado de los productos agr¨ªcolas de Georgia y los turistas rusos, una importante fuente de ingresos, pueden volar a este pa¨ªs sin escalas, a diferencia de los Estados de la UE que suspendieron las comunicaciones a¨¦reas con Mosc¨² tras la invasi¨®n de Ucrania.
Los beneficios econ¨®micos de las relaciones con Rusia no han hecho olvidar a los georgianos el apoyo prestado por Mosc¨² a Abjasia y Osetia del Sur ¡ªdos antiguas autonom¨ªas sovi¨¦ticas que no aceptaron el dominio de Tbilisi al desintegrarse la URSS en 1991¡ª en la llamada ¡°guerra de los cinco d¨ªas¡± en agosto de 2008, tras la cual Rusia reconoci¨® a aquellos dos territorios como Estados y estableci¨® embajadas y bases militares all¨ª.
En los ¨²ltimos a?os, la diplomacia y la pol¨ªtica rusa en el C¨¢ucaso ha adquirido nuevas dimensiones. Mosc¨² facilit¨® la reintegraci¨®n del enclave armenio del Alto Karabaj en Azerbaiy¨¢n, favoreciendo as¨ª a Bak¨² y descuidando a sus aliados armenios. En lo que respecta a Georgia, los representantes rusos alternan se?ales inquietantes y esperanzadoras. Por una parte, indican a Tbilisi que el desmembramiento de Georgia como Estado podr¨ªa ser a¨²n peor de lo que fue, y por la otra le insin¨²an que una buena relaci¨®n con Mosc¨² podr¨ªa conducir a una positiva relaci¨®n con Abjasia y Osetia del Sur, inicialmente como zona de tr¨¢nsito y comercio en la ruta entre Asia y Europa.
Los drones, misiles y operaciones militares ucranias han convertido Crimea en un lugar peligroso para la flota rusa e inquietante para los turistas. Rusia ha tenido que desplazar parte de sus naves desde sus bases en la pen¨ªnsula anexionada a la costa de Abjasia, un litoral de m¨¢s de 200 kil¨®metros donde se est¨¢ renovando la antigua base sovi¨¦tica de Ochamchira, en las lindes con Georgia. Adem¨¢s del factor militar, Abjasia se ha revalorizado como territorio de ocio y expansi¨®n geogr¨¢fica para los rusos y Mosc¨² presiona a los dirigentes de Abjasia para que autoricen la venta de tierra y apartamentos a los extranjeros ¡ªen la pr¨¢ctica b¨¢sicamente rusos¡ª en aquel entorno paradisiaco preservado hasta hoy del turismo masivo. En su af¨¢n de cobrarse el precio de ser la ¡°defensora¡± imprescindible de la independencia de Abjasia, Rusia es hoy mucho m¨¢s dura que en el pasado, se?alan a esta periodista fuentes en Sujumi.
Mientras Mosc¨² alimenta las esperanzas de los georgianos de una renovada convivencia con sus d¨ªscolas autonom¨ªas del pasado, la UE y la OTAN se centran en recomendaciones y reprimendas a Tbilisi por no ser suficientemente beligerante frente a Rusia.
Petre Mamradze, exjefe de Gabinete del expresidente de Georgia, Edvard Shevardnadze, dice haberse quedado estupefacto en 2016, cuando un veterano diplom¨¢tico occidental ya jubilado le sugiri¨® que Georgia deb¨ªa comprar sistemas antitanques estadounidenses porque as¨ª ¡°Rusia ver¨ªa incrementado el coste de una eventual agresi¨®n a Georgia¡±. El diplom¨¢tico de verdad cre¨ªa que el peque?o Estado del C¨¢ucaso pod¨ªa as¨ª plantar cara en solitario al gigantesco vecino ruso. ¡°En 10 minutos, Rusia puede bloquear la ¨²nica autopista de Georgia (¡) y situar sus tropas en territorios que en el pasado fueron bases militares sovi¨¦ticas en Georgia¡±, dice Mamradze.
Las elecciones parlamentarias de 2020 y las municipales de 2021 estuvieron dominadas por el estereotipo de un enfrentamiento entre un bloque prorruso (SG) y un bloque occidental antirruso. La oposici¨®n consider¨® que el Gobierno hab¨ªa falsificado los comicios y solo la intervenci¨®n de observadores y mediadores internacionales consigui¨® que aceptaran la victoria documentada del SG. La polarizaci¨®n ahora es la misma que entonces o incluso peor.
¡°Prepotencia¡± occidental
El tono de los representantes de la UE y de EE UU en relaci¨®n con Georgia es ¡°prepotente¡± y ¡°humillante¡±, opina un veterano analista georgiano desde Tbilisi. ¡°En las provincias de Georgia entienden bien el mensaje de Ivanishvili, a saber: avanzar hacia la UE con calma y dignidad y evitar una guerra como en Ucrania¡±, dice.
En 2008, Saakashvili envi¨® una expedici¨®n militar contra la poblaci¨®n civil de Tsjinvali, tras lo cual Rusia llev¨® sus tropas a Osetia del Sur alegando como motivo la defensa de la poblaci¨®n civil. Las narrativas occidentales minimizan la responsabilidad de Saakashvili en aquel enfrentamiento y comparan mec¨¢nicamente la incursi¨®n militar rusa en Georgia y la invasi¨®n rusa de Ucrania.
Recientemente, Ivanishvili calific¨® la guerra de 2008 de ¡°sangriento conflicto entre hermanos¡± y ¡°monstruoso delito¡± ajeno al deseo de georgianos y osetios, y a?adi¨® que en breve habr¨¢ que procesar a los culpables para posibilitar la reconciliaci¨®n entre el pueblo de Georgia y el de Osetia. Mosc¨² aplaudi¨® sus palabras. ¡°Madura la comprensi¨®n de que la hostilidad y confrontaci¨®n despu¨¦s de la aventura de Saakashvili en 2008 debe dejar paso a la raz¨®n y a la estabilidad¡±, dijo el senador y exviceministro de Exteriores de Rusia, Grigori Karasin.
La gran inc¨®gnita ante los comicios georgianos es si habr¨¢ suficientes observadores independientes y capaces de evaluar honestamente el veredicto de las urnas y de conseguir que los mismos georgianos lo acepten. En agosto, el jefe del servicio de espionaje ruso, Sergu¨¦i Narishkin, acus¨® a EE UU y a Occidente de planear el no reconocimiento de los resultados y afirm¨® que Mosc¨² no permitir¨¢ una revoluci¨®n de colores en Georgia.
¡°Rusia tiene recursos para restablecer su influencia en el C¨¢ucaso, y Georgia no puede alterar su situaci¨®n geogr¨¢fica. Venga quien venga al poder, Georgia deber¨¢ considerar esta realidad¡±, dice Tedo Dzheparidze, exjefe del comit¨¦ de relaciones exteriores del Parlamento georgiano, desde Tbilisi. En sus clases a futuros diplom¨¢ticos georgianos, Dzheparidze dice haber observado que sus j¨®venes compatriotas saben mucho de f¨²tbol en Europa y muy poco sobre la historia, la cultura y las tendencias imperiales del vecino ruso.
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