Netanyahu busca un duelo directo con Ir¨¢n
Descabezado Hezbol¨¢, la Rep¨²blica Isl¨¢mica se ha quedado sin su principal fuerza de disuasi¨®n frente a Israel
La incertidumbre sobre un eventual ataque es un cl¨¢sico en las operaciones psicol¨®gicas entre combatientes. En el caso de la respuesta de Israel a Ir¨¢n por su andanada de misiles del pasado martes, el primer ministro Benjam¨ªn Netanyahu ha dejado claras sus intenciones, a falta de conocer el objetivo y el momento. Esta vez no estamos ante un juego de se?ales para salvar la cara como en abril, cuando se produjo el primer bombardeo iran¨ª. De ah¨ª esa sensaci¨®n de que Oriente Pr¨®ximo se halla al borde del abismo. Da la impresi¨®n de que Netanyahu busca implicar a la Rep¨²blica Isl¨¢mica en un duelo directo para completar su redise?o de la regi¨®n.
Incluso tras la humillaci¨®n que supuso el asesinato del jefe pol¨ªtico de Ham¨¢s, Ismail Haniya, en el coraz¨®n de Teher¨¢n, los dirigentes iran¨ªes insist¨ªan en que no iban a caer en la trampa israel¨ª. Por muy exaltados que resulten sus esl¨®ganes de ¡°Muerte a Israel, muerte a Estados Unidos¡±, temen que un enfrentamiento directo haga peligrar la supervivencia del r¨¦gimen isl¨¢mico. Pero la eliminaci¨®n de Hasan Nasral¨¢, el l¨ªder de Hezbol¨¢, les ha puesto contra las cuerdas. Bajo su mando, esa milicia libanesa se convirti¨® en una fuerza de disuasi¨®n clave frente a Israel y en el pilar central de la red de grupos armados proiran¨ªes conocida como Eje de resistencia. No responder habr¨ªa trasmitido un mensaje de debilidad, pero sobre todo habr¨ªa suscitado dudas entre el resto de los aliados de la Rep¨²blica Isl¨¢mica.
As¨ª que el l¨ªder supremo, el ayatol¨¢ Ali Jamene¨ª, dio el visto bueno al ataque y, con menos preaviso que en abril, los misiles iran¨ªes apenas tardaron unos minutos en llegar a su destino (y volver a ser interceptados por el sistema antimisiles israel¨ª, con ayuda de Estados Unidos). Es posible que Jamene¨ª considerara que as¨ª quedaban empatados. De hecho, su ministro de Exteriores, Abbas Araghchi, dio por concluida la operaci¨®n ¡°a menos que el r¨¦gimen israel¨ª decida invitar m¨¢s represalias¡±, en cuyo caso anunci¨® una respuesta ¡°m¨¢s fuerte y contundente¡±. El serm¨®n de Jamene¨ª llamando a la ¡°unidad de los musulmanes¡± frente al ¡°enemigo sionista¡± este viernes no a?adi¨® mucho m¨¢s.
Netanyahu, por su parte, declar¨® que Ir¨¢n hab¨ªa ¡°cometido un gran error¡± y que pagar¨¢ por ello. Filtraciones m¨¢s o menos interesadas y especulaciones de comentaristas hablan de diversos escenarios. Desde un bombardeo a las bases militares desde las que se dispararon los misiles hasta la destrucci¨®n de los emplazamientos nucleares, pasando por da?ar instalaciones petroleras. La Casa Blanca ha hecho saber que desaprueba estas dos ¨²ltimas alternativas.
Cualquiera que sea la opci¨®n elegida, dar¨¢ un pretexto a los ultras iran¨ªes, humillados por la reciente elecci¨®n del moderado Masud Pezeshkian como presidente y su plan de reabrir el di¨¢logo con Occidente (para que levante las sanciones econ¨®micas sobre Teher¨¢n). Tal parece el objetivo del primer ministro israel¨ª: evidenciar la ret¨®rica de los dirigentes iran¨ªes y, una vez degradados sus aliados Ham¨¢s y Hezbol¨¢, revelar el bluf de sus amenazas. Aun a riesgo de que no lo sea.
Se han juntado el hambre con las ganas de comer. Desde principios de siglo, la Rep¨²blica Isl¨¢mica e Israel mantienen un poco soterrado conflicto (guerra en la sombra): la primera, que niega la legitimidad del segundo como Estado, arma y financia a las milicias que lo hostigan, y el segundo, empe?ado en acabar con el programa nuclear iran¨ª, asesina a sus cient¨ªficos y sabotea sus instalaciones.
La tensi¨®n ha ido en aumento desde el brutal ataque de Ham¨¢s hace un a?o. Aunque no hay constancia de que estuvieran al tanto del mismo, los dirigentes de Teher¨¢n lo celebraron y expresaron su apoyo al grupo palestino. Israel, por su parte, no ha tenido empacho en matar a una veintena de altos cargos de la Guardia Revolucionaria iran¨ª que se ocupaban de la coordinaci¨®n con esa y otras milicias del eje de resistencia.
Empe?ado en restaurar el aura de invencibilidad de Israel que destruy¨® el ataque de Ham¨¢s, Netanyahu se ha embarcado en un peligroso juego con su n¨¦mesis. Su intento por redise?ar Oriente Pr¨®ximo lleva camino de sumergirlo en una espiral de guerra y dejar su pa¨ªs m¨¢s aislado que antes.
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