Israel insiste en repetir sus errores
Con la invasi¨®n de L¨ªbano, Benjam¨ªn Netanyahu busca crear un nuevo orden regional a su gusto aprovechando la coyuntura internacional
La operaci¨®n israel¨ª Flechas del Norte, iniciada hace unas semanas, ha desembocado, como era previsible, en su fase terrestre. A partir de ah¨ª cabe establecer varios puntos de referencia para seguir lo que ocurra sobre el terreno.
¡ñ No es una respuesta a nada ni a nadie, sino un paso m¨¢s en un plan dise?ado por el Gobierno liderado por Benjam¨ªn Netanyahu para rematar una tarea que se ha impuesto como resultado de su mesi¨¢nica ideolog¨ªa. Aunque la din¨¢mica belicista que domina la agenda regional le lleva a aparentar que act¨²a en defensa de la causa palestina (que tampoco es la de Ham¨¢s), tanto Hezbol¨¢ como Ir¨¢n han dado sobradas muestras de que no desean escalar el conflicto por temor a sufrir un castigo insoportable. Netanyahu ni siquiera ha esperado a que Teher¨¢n responda tras el asesinato de Ismail Haniya o a que Hezbol¨¢ haga lo propio por el de Hasan Nasral¨¢; la prolongaci¨®n y ampliaci¨®n del conflicto sirve a su estrategia de permanencia en el poder. Y el repunte de popularidad que le proporciona la citada operaci¨®n bien pudiera llevarle a adelantar elecciones para refrendar su liderazgo (y seguir escapando de la justicia).
¡ñ Es una invasi¨®n en toda regla y, por tanto, una violaci¨®n m¨¢s del derecho internacional. Una violaci¨®n que retrata tanto al Gobierno liban¨¦s ¡ªordenando el repliegue de sus tropas para no chocar con las fuerzas invasoras (?para qu¨¦ sirve entonces su ej¨¦rcito?)¡ª como el desprecio de Israel por unas normas que lleva violando impunemente desde hace d¨¦cadas. Netanyahu y los suyos saben que ni as¨ª dejar¨¢n de contar con el apoyo estadounidense, como lo demuestra la aprobaci¨®n de otros 8.700 millones en ayuda militar y su respaldo militar en la zona, no para proteger a los gazat¨ªes o a los libaneses, sino para bloquear los puertos de L¨ªbano, evitando que la milicia reciba apoyos, y para neutralizar los misiles lanzados en direcci¨®n a Israel.
¡ñ Se presenta como una ¡°operaci¨®n militar limitada¡±, rememorando inevitablemente a la ¡°operaci¨®n especial militar¡± lanzada por Putin en Ucrania. Una formulaci¨®n que contrasta con la realidad de Gaza, donde no se vislumbra una estrategia de salida cuando ya se cumple un a?o del inicio de la masacre. Un argumento que ya emple¨® en 1982, cuando las tropas israel¨ªes penetraron en L¨ªbano, iniciando una ocupaci¨®n que se prolong¨® hasta 2000. Por mucha que sea su superioridad militar y por tocada que haya quedado la milicia chi¨ª tras los ¨²ltimos golpes, la aniquilaci¨®n de Hezbol¨¢ est¨¢ fuera de su alcance. Los planes que maneja Israel consideran que la operaci¨®n ser¨¢ un ¨¦xito si logra matar a unos 3.000 combatientes y deja tras de s¨ª otros 12.000 heridos, mientras que las bajas propias estar¨ªan en el rango de los 800 soldados. Queda por saber cu¨¢les son los planes de Hezbol¨¢.
¡ñ Netanyahu busca crear un nuevo orden regional a su gusto, aprovechando la coyuntura internacional ¡ªcon Washington en plena campa?a electoral, Bruselas fragmentada y los gobiernos ¨¢rabes tan impotentes como de costumbre¡ª para redibujar el mapa de Oriente Pr¨®ximo. Sue?a con lograr el dominio total de la Palestina hist¨®rica, ¡ªpromoviendo la muerte y la huida de los palestinos¡ª redibujar el mapa de L¨ªbano, ¡ªcon alta probabilidad de que decida volver a ocupar el sur del pa¨ªs¡ª neutralizar al r¨¦gimen sirio, ¡ªel intento de asesinato del Maher al Asad es una clara se?al, mientras cuenta con que los Altos del Gol¨¢n son definitivamente suyos¡ª y evitar que Ir¨¢n siga constituyendo una amenaza a su seguridad, sea con el acceso al arma nuclear o manejando sus diversos peones regionales.
?Qui¨¦n va a pararlo?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.