El Supremo de Estados Unidos se inclina por respaldar las restricciones de Biden a las ¡®armas fantasma¡¯
La mayor¨ªa de los jueces se muestran a favor de los requisitos que exigen registros y controles a las pistolas y escopetas que se venden por piezas para la fabricaci¨®n dom¨¦stica
Un Tribunal Supremo dividido parece inclinarse mayoritariamente por respaldar los requisitos que impuso el Gobierno de Joe Biden para la venta de armas por piezas, habitualmente por internet, para la fabricaci¨®n dom¨¦stica. Se conocen como armas fantasma porque escapan a los requisitos de registro, identificaci¨®n y control de antecedentes con que se venden normalmente las armas de fuego, de modo que resultaban muy dif¨ªciles de rastrear. Un tribunal inferior sentenci¨® que el Gobierno federal se hab¨ªa excedido de sus competencias con esa regulaci¨®n, pero el Supremo suspendi¨® esa decisi¨®n por una mayor¨ªa de cinco votos a cuatro que parece mantenerse, a tenor de la vista oral celebrada este martes en el Tribunal.
El Supremo tiene un predominio conservador de seis jueces a tres, pero dos de los miembros de esa mayor¨ªa ¨Del presidente del Supremo, John Roberts, y la magistrada Amy Coney Barrett¨D apoyaron mantener cautelarmente la regulaci¨®n hasta que se tome una decisi¨®n sobre el fondo, que llegar¨¢ en los pr¨®ximos meses. Se da por hecho que las tres juezas progresistas, m¨¢s restrictivas en lo relativo a las armas, apoyar¨¢n la regulaci¨®n y tanto Roberts como Cohen Barrett han dejado ver su escepticismo frente a las posiciones de quienes abogan por la comercializaci¨®n sin restricciones de esas armas fantasma.
La regulaci¨®n exige a los fabricantes y vendedores de armas por kits de piezas o de plantillas que tengan licencia para venderlas, impone que los productos lleven un n¨²mero de serie que permita rastrearlos y obliga a que los posibles compradores pasen una comprobaci¨®n de antecedentes, entre otros requisitos.
Nadie discute el derecho a que esas armas se comercialicen o se posean y, en ese sentido, no se trata de un caso sobre el alcance de la Segunda Enmienda de la Constituci¨®n de Estados Unidos, que consagra el derecho a llevar y portar armas, y que se ha abordado en anteriores sentencias. Lo que se discute es si la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de Estados Unidos se extralimit¨® en sus competencias al promulgar la norma al considerar a dichas piezas como armas de fuego o si es el Congreso el que debe aprobar las restricciones.
La ley de Control de Armas de 1968 deleg¨® en el Gobierno la facultad de establecer los requisitos de comercializaci¨®n. Ese poder abarca a los artefactos que ¡°pueden transformarse f¨¢cilmente para expulsar un proyectil por la acci¨®n de un explosivo¡± y al ¡°armaz¨®n o el receptor de cualquier arma de este tipo¡±. Parte de la discusi¨®n, por ello, ha girado sobre la facilidad o dificultad para construir un arma a partir de esas piezas.
¡°La Ley de Control de Armas impone requisitos sencillos, pero esenciales¡±, ha argumentado la abogada del Estado, Elizabeth Prelogar. ¡°Los vendedores y fabricantes de armas de fuego deben marcar sus productos con n¨²meros de serie, mantener registros de ventas y realizar comprobaciones de antecedentes. La industria ha seguido esas condiciones sin dificultad durante m¨¢s de medio siglo, y esos requisitos b¨¢sicos son cruciales para resolver los delitos con armas de fuego y mantener las armas fuera del alcance de menores, delincuentes y maltratadores dom¨¦sticos¡±, ha continuado.
¡°Explosi¨®n de delitos¡±
¡°Pero, en los ¨²ltimos a?os, empresas como las aqu¨ª demandadas han intentado eludir esos requisitos. Han empezado a vender armas de fuego como kits f¨¢ciles de montar y armazones y receptores que requieren un trabajo m¨ªnimo para ser funcionales. Han publicitado los productos, en sus propias palabras, como ¡®rid¨ªculamente f¨¢ciles de montar y a prueba de tontos¡¯ y han promocionado que se puede pasar de abrir el correo a tener un arma completamente funcional en tan solo 15 minutos, sin necesidad de n¨²mero de serie, comprobaci¨®n de antecedentes o registros. Estas armas imposibles de rastrear resultan atractivas para quienes no pueden adquirirlas legalmente o planean utilizarlas para cometer delitos. Como resultado, nuestro pa¨ªs ha visto una explosi¨®n de delitos cometidos con armas fantasma¡±, ha asegurado.
En su opini¨®n, dejar al margen de los requisitos a las armas de autoensamblaje ¡°contradice el texto llano de la ley, y tambi¨¦n contradice el sentido com¨²n. Este tribunal deber¨ªa dejar claro que la ley regula estos productos como lo que son, armas de fuego y armazones y receptores de armas de fuego¡±, ha concluido su alegato inicial.
Por su parte, los contrarios a la norma argumentan que la mayor¨ªa de las personas que cometen delitos utilizan armas tradicionales y que los kits pueden ser dif¨ªciles de montar. ¡°El Congreso, en la Ley de Control de Armas, no pretend¨ªa llevar a la en¨¦sima potencia sus prop¨®sitos de controlar el acceso a las armas de fuego¡±, ha dicho el abogado Peter Patterson, representante de fabricantes, grupos de defensa de los derechos de las armas y personas que poseen piezas de armas de fuego. Patterson ha indicado tambi¨¦n que el Congreso no regul¨® el mercado de armas de fuego de segunda mano, y ¡°ese mercado secundario es una fuente mucho mayor de armas de fuego para criminales que las armas de fuego de fabricaci¨®n casera.
En la discusi¨®n posterior, el juez ultraconservador Samuel Alito se ha dirigido a la representante del Gobierno de Biden para poner en cuesti¨®n que las piezas sean un arma. ¡°Aqu¨ª hay un bloc en blanco, y aqu¨ª hay un bol¨ªgrafo, ?de acuerdo? ?Esto es una lista de la compra?¡±, le ha dicho. ¡°No creo que eso sea una lista de la compra, pero la raz¨®n es que hay un mont¨®n de cosas para las que podr¨ªas utilizar esos productos para crear algo m¨¢s que una lista de la compra¡±, ha contestado.
Alito ha replicado cn otro ejemplo: se?alando que los huevos, los pimientos y el jam¨®n no son necesariamente una tortilla del Oeste. Prelogar ha insistido en que se pueden hacer muchas cosas con esos ingredientes adem¨¢s de una tortilla. La jueza Barrett ha terciado se?alando que los kits de armas se parecen m¨¢s a los paquetes de comida pedidos por Internet que contienen todo lo necesario para preparar una cena espec¨ªfica, ¡°como chili de pavo¡±, se?alando con eso su incinaci¨®n a considerarlas un arma.
El presidente del Tribunal Supremo, por su parte, Roberts, por su parte, ha mostrado su escepticismo ante los defensores de la falta de regulaci¨®n que presentaban los kits como una cuesti¨®n de bricolaje, como quienes se dedican a tunear su coche el fin de semana. Muchos kits de armas fantasma solo requieren taladrar unos cuantos agujeros y retirar unas pesta?as de pl¨¢stico. ¡°Seg¨²n tengo entendido, no es terriblemente dif¨ªcil que alguien lo haga y ciertamente no es terriblemente dif¨ªcil retirar la pieza de pl¨¢stico¡±, ha dicho. ¡°Taladrar uno o dos agujeros, creo, no da el mismo tipo de recompensa que obtienes trabajando en tu coche el fin de semana¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.