El veto de Israel a la agencia de la ONU empuja a los palestinos al abismo en lo peor de la guerra
La prohibici¨®n de la UNRWA levanta cr¨ªticas y presiones internacionales y deja la inc¨®gnita de qui¨¦n asistir¨¢ a cientos de miles de gazat¨ªes golpeados por la crisis humanitaria
La vida en campamentos de refugiados palestinos como el de Shuafat, en Jerusal¨¦n Este, parece cogida con alfileres. Impera un aura de provisionalidad y desorden pese a que las tiendas de campa?a quedaron atr¨¢s hace muchos a?os, abriendo paso al ladrillo y a calles a medio asfaltar. ¡°No es f¨¢cil vivir aqu¨ª¡±, afirma este martes con una sonrisa Malak, de 15 a?os. Sortea junto a varias compa?eras, todas de uniforme, el sistema de muros de hormig¨®n, pasillos de verjas y tornos met¨¢licos que rodean el campo por el que regresan del colegio. Ese grupo de chicas risue?as parece salido de las p¨¢ginas del reportaje en forma de libro con el que Nathan Thrall ha ganado el premio Pulitzer en 2024, Un d¨ªa en la vida de Abed Salama, un retrato de la tragedia cotidiana bajo la que viven los palestinos de Jerusal¨¦n.
Decenas de lugares como Shuafat han acabado convertidos a lo largo de Palestina en guetos donde la poblaci¨®n espera su derecho a volver a las localidades de las que fueron expulsadas en el proceso de nacimiento de Israel, convertido en Estado en 1948. Dependen mientras tanto en gran medida de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA). Pero Israel la ha empujado un poco m¨¢s al abismo: sobre ella pesa una orden de prohibici¨®n aprobada este lunes en el Parlamento. La medida ha levantado las cr¨ªticas incluso entre los pa¨ªses m¨¢s pr¨®ximos al Estado jud¨ªo. Las consecuencias de esta particular guerra desatada especialmente durante el ¨²ltimo a?o, si es que no hay marcha atr¨¢s, supondr¨¢n una nueva carrera de obst¨¢culos para la ONU y otra losa sobre la supervivencia de los palestinos, pronostican las personas consultadas.
¡°La UNRWA es irremplazable¡±, asegura Jonathan Fowler, portavoz de esta entidad en Jerusal¨¦n, haciendo especial hincapi¨¦ en que supone el principal soporte de la poblaci¨®n m¨¢s vulnerable en Gaza, que sufre la mayor crisis humanitaria de su historia por el bloqueo israel¨ª. En contra de lo anunciado por el primer ministro Benjam¨ªn Netanyahu, Fowler ve imposible que en los tres meses en que debe implementarse la prohibici¨®n alguien sea capaz de dise?ar un sistema alternativo al engranaje que la UNRWA conforma de manera indisociable junto a otras agencias de las Naciones Unidas. Sin la agencia para los refugiados, ¡°es operacionalmente imposible que el resto del sistema de la ONU pueda dar un paso al frente de inmediato¡±. Ese es, sin embargo, el plan previsto por Israel, seg¨²n ha explicado el Ministerio de Exteriores aludiendo a agencias como Unicef, la Organizaci¨®n Mundial de la Salud o el Programa Mundial de Alimentos.
Fowler afirma que la principal v¨ªctima de la decisi¨®n israel¨ª, antes que la ONU, van a ser los gazat¨ªes ¡ªm¨¢s de 43.000 han muerto ya¡ª, que son el principal objetivo de sus actividades. Y m¨¢s bajo una contienda de incierto final.
Aunque prefiere hablar en condicional, el portavoz de la agencia atisba importantes obst¨¢culos si el plan israel¨ª sale adelante. Dependen, por ejemplo, del puerto israel¨ª de Ashdod para descargar ayuda humanitaria, del Ministerio de Exteriores para visados y permisos, de reuniones con la Administraci¨®n para coordinar sus actividades en Cisjordania, Gaza y Jerusal¨¦n Este o de algo tan cotidiano como que les dejen pasar por los controles militares. La lista es larga. ¡°La pol¨ªtica de no contacto podr¨ªa ser extremadamente severa¡±, advierte en referencia a la negativa, por la nueva ley aprobada, de relaciones entre la Administraci¨®n israel¨ª y la agencia de la ONU.
Estados Unidos considera que Israel no est¨¢ afrontando la ¡°catastr¨®fica crisis humanitaria¡± generada en Gaza ni sus palabras van acompa?adas de hechos y ¡°esto ha de cambiar de inmediato¡±, reclama la representante de EE UU ante las Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield. El pasado 13 de octubre Washington ya envi¨® una carta a Israel en la que alertaba de que si no permit¨ªa la entrada de ayuda en el enclave palestino podr¨ªa restringir el apoyo militar. Le daba de plazo un mes.
¡°Falta de alternativa viable¡±
El m¨¢ximo responsable de la UNRWA, Philippe Lazzarini, cree que la se ha puesto en riesgo la ayuda a los palestinos, cuyo sufrimiento se va a incrementar ante la ¡°falta de una alternativa viable para la agencia¡± por la nueva legislaci¨®n israel¨ª. En medio de la pol¨¦mica, Noruega va a proponer a la Asamblea General que solicite la opini¨®n del Tribunal Internacional de Justicia para saber si Israel ha violado con esa nueva legislaci¨®n el derecho internacional. El embajador israel¨ª ante la ONU, Danny Danon, ha insistido: la UNRWA es ¡°una iniciativa terrorista camuflada como una iniciativa de agencia humanitaria¡±.
Una consecuencia directa de lo decidido de forma mayoritaria por los parlamentarios, tanto de la coalici¨®n de Gobierno como de la oposici¨®n, puede ser la de que decenas de miles de palestinos se queden sin sus necesidades m¨¢s b¨¢sicas, sostiene a trav¨¦s del tel¨¦fono Aviv Tatarski, de Ir Amin, una ONG israel¨ª que denuncia los abusos de derechos humanos bajo la ocupaci¨®n. ¡°Israel no lo har¨¢ e impedir¨¢ que la UNRWA lo haga¡±, a?ade.
Para Israel, abunda Tatarski, esta agencia de la ONU simboliza la ayuda a los palestinos y el derecho de retorno de los refugiados y la nueva legislaci¨®n significa, ¡°en medio de las atrocidades en Gaza¡±, que Israel busca ¡°una nueva situaci¨®n¡±. Cubrir casi sobre la marcha la experiencia de m¨¢s de siete d¨¦cadas de la agencia de los refugiados palestinos con empresas privadas, paramilitares o de seguridad no es visto como algo al alcance de la mano, se?ala una fuente conocedora del trabajo de la UNRWA que prefiere no ser citada.
Entre vendedores callejeros de fruta y verdura y ni?os en bicicleta, el dentista Ahmed Abed, de 40 a?os y nacido en Shuafat, tiene claro que la nueva medida de presi¨®n israel¨ª sobre la ONU ¡°no es una buena noticia¡±. Su familia es originaria de Modiin, hoy una ciudad israel¨ª entre Jerusal¨¦n y Tel Aviv. Mientras narra los avatares de las ¨²ltimas d¨¦cadas, le rodean algunos vecinos que se dirigen a ¨¦l como ¡°doctor¡±. En 2023 hab¨ªa unos 16.400 refugiados registrados por la ONU en este campamento, una poblaci¨®n muy inferior a la que realmente lo habita. La presi¨®n inmobiliaria, fiscal y burocr¨¢tica, unida a las pol¨ªticas de judaizaci¨®n, llevan a muchos palestinos de Jerusal¨¦n a buscar acomodo en zonas m¨¢s baratas como Shuafat, donde, al mismo tiempo, los servicios y el nivel de vida son mucho m¨¢s precarios.
Fowler se refiere tambi¨¦n a posibles consecuencias de la nueva normativa israel¨ª ¡°en una regi¨®n de alta tensi¨®n pol¨ªtica, tensi¨®n social, dificultades econ¨®micas¡±, donde la UNRWA ¡°ha sido un garante relativo de la estabilidad¡±. ¡°Si acaban con nosotros y nuestros servicios, ?qu¨¦ suceder¨¢ con una poblaci¨®n enervada y desatendida? No es la receta ideal para la paz social. Y las consecuencias de eso en una regi¨®n como esta pueden tener un efecto en cadena¡±, vaticina desde un despacho en la sede de la UNRWA en Jerusal¨¦n, atacada varias veces por radicales israel¨ªes y ubicada sobre unos terrenos de la Jerusal¨¦n ocupada donde el Ayuntamiento de la ciudad pretende levantar una promoci¨®n de m¨¢s de 1.000 viviendas para colonos jud¨ªos. Todo, recuerda el funcionario, forma parte de una amplia ¡°campa?a¡± que lleva meses tratando de acabar con la agencia de la ONU, que ha perdido en Gaza a 220 de sus 13.000 empleados en el a?o de guerra.
Cree que acusar a la UNRWA de ¡°terrorismo¡± y de ser aliado de Ham¨¢s forma parte asimismo de esa campa?a. Hasta ahora, la agencia ha despedido a nueve trabajadores de los 13.000 tras ser se?alados por el Estado jud¨ªo, al que la ONU reclama m¨¢s pruebas. ¡°No estoy minimizando la naturaleza de las acusaciones, pero esos nueve representan un 0,04% o menos. Y, sin embargo, algunos dicen, que eso significa todos¡±, se defiende Fowler.
La UNRWA, que cuenta con 30.000 empleados, opera bajo un mandato de la Asamblea General de la ONU que se renueva cada tres a?os desde 1949 y ofrece servicios de educaci¨®n, salud y sociales a los m¨¢s de dos millones de refugiados palestinos de Gaza, Cisjordania y Jerusal¨¦n Este, as¨ª como en Jordania (dos millones), Siria (530.000) y L¨ªbano (460.000). De manera unilateral, detalla Fowler, Israel trata de imponer un cambio sobre algo decidido en la Asamblea y, adem¨¢s, sobre un territorio que ocupa de manera ilegal.
¡°I love Ham¨¢s¡± (amo a Ham¨¢s), grita provocativo un chaval de siete u ocho a?os en Shuafat. Persigue al reportero junto a otros amigos al grito de yehudi (jud¨ªo), lo que llama la atenci¨®n de un tendero que sale a comprobar que el extranjero es en realidad periodista y no un infiltrado. A la salida del campo de refugiados, al informador le espera un breve interrogatorio junto al detector de metales por parte de la polic¨ªa de fronteras. S¨ª, agentes de fronteras dentro de la ciudad de Jerusal¨¦n, a pie del muro que separa a palestinos de israel¨ªes.
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