Italia activa una segunda deportaci¨®n de migrantes a Albania pero solo consigue trasladar a ocho
La eficacia del plan vuelve a quedar en entredicho: los estrechos criterios de selecci¨®n apenas permiten mover a un grupo reducido, entre las m¨¢s de 1.200 personas llegadas a Lampedusa esta semana
Una segunda deportaci¨®n de Italia a Albania de migrantes rescatados en el mar ya est¨¢ en marcha, tras el fracaso de la primera, pero apenas comenzada ya se puede decir que suena de nuevo a fiasco y cuestiona a¨²n m¨¢s la viabilidad del plan del Gobierno de ultraderecha de Giorgia Meloni, que vuelve a quedar muy en entredicho. Si en el primer traslado se moviliz¨® una nave militar con una tripulaci¨®n de unas 70 personas para llevar solo a 16 migrantes hasta el puerto de Shengjin, esta vez son todav¨ªa menos, a bordo del mismo buque: ocho, seg¨²n los medios italianos, de los que a¨²n no ha trascendido la nacionalidad y que se espera que lleguen ma?ana jueves, o el viernes, al pa¨ªs balc¨¢nico.
Es una min¨²scula proporci¨®n de todos los que han llegado en dos d¨ªas a la isla de Lampedusa, m¨¢s de 1.200 personas, y un grupo diminuto para lo que est¨¢ previsto en el gran campo de internamiento de Gjad?r, en Albania, con m¨¢s de 1.000 plazas. Es decir, se confirma que en realidad muy pocos de los migrantes cumplen con las condiciones para ser deportados. Y esos pocos a¨²n deben pasar el filtro del tribunal de inmigraci¨®n de Roma, que debe convalidar su retenci¨®n en 48 horas, una vez llegados a tierra, y en la primera ocasi¨®n tumb¨® toda la operaci¨®n.
Un coste estimado de 1.000 millones
El exiguo n¨²mero de migrantes trasladados, a pesar de que se preve¨ªa que en esta ocasi¨®n ya se tratara de un grupo m¨¢s grande, cuestiona de nuevo el coste de la operaci¨®n. Italia prev¨¦ una inversi¨®n para el campo de internamiento de Gjad?r, a una hora en coche al norte de Tirana, de 653,3 millones de euros en cinco a?os. De ellos, 260 millones son solo para el env¨ªo, sueldo y mantenimiento del personal, 295 funcionarios y agentes desplazados al lugar y alojados en un complejo hotelero de cinco estrellas. Aunque la oposici¨®n dice que es una cifra m¨ªnima estimada, y que al final el presupuesto llegar¨¢ a 1.000 millones. Con el primer traslado de 16 migrantes, la oposici¨®n ya calcul¨® un gasto de 18.000 euros por cada uno de ellos, aunque el ministro de Interior, Matteo Piantedosi, luego asegur¨® que fueron 8.400 euros para todo el viaje. En todo caso, ahora se trata de la mitad de personas.
La clave de que Italia solo logre trasladar grupos peque?os a Albania est¨¢ en los rigurosos criterios de selecci¨®n establecidos para hacer equilibrios en el l¨ªmite de la legalidad. Limitan mucho el n¨²mero final y ya se preve¨ªa que lastrar¨ªan todo el plan, que la UE sigue con inter¨¦s porque pretende repetir la f¨®rmula. Solo se puede aplicar el pol¨¦mico protocolo r¨¢pido de retenci¨®n en frontera y posterior rechazo de la petici¨®n de asilo a migrantes hombres, adultos y sanos, rescatados en aguas internacionales por naves de bandera italiana (no, por ejemplo, por ONG extranjeras). Y, sobre todo, deben provenir de 19 pa¨ªses que Italia considera seguros, que respetan los derechos humanos, raz¨®n por la que las autoridades prev¨¦n que se rechazar¨¢n sus solicitudes de asilo y pueden entrar en ese protocolo r¨¢pido.
Sin embargo, es en ese punto donde todav¨ªa hay un obst¨¢culo mayor, porque seg¨²n los criterios de la UE, en realidad solo siete de esos 19 pa¨ªses pueden calificarse como seguros. As¨ª lo estableci¨® una reciente sentencia de octubre del Tribunal de Justicia de la UE, en la que se bas¨® el mes pasado el Tribunal de Roma para rechazar la retenci¨®n de los primeros migrantes deportados a Albania. La resoluci¨®n argumentaba que si en un pa¨ªs se violan derechos b¨¢sicos en una zona o hay un colectivo perseguido, todo el pa¨ªs debe considerarse no seguro. De ese modo, dejaba fuera de la lista los principales pa¨ªses de origen de las llegadas por mar a Italia, como Banglad¨¦s, Egipto o T¨²nez. En resumen, inutilizaba todo el modelo Albania. Los migrantes de la primera deportaci¨®n eran, por ejemplo, de Banglad¨¦s y Egipto, considerados no seguros seg¨²n los criterios de la UE, y por eso el tribunal romano ech¨® para atr¨¢s la solicitud de retenci¨®n en frontera.
El Gobierno de Meloni reaccion¨® al rev¨¦s judicial con un decreto ley que, seg¨²n argument¨®, reforzaba la obligaci¨®n de los magistrados de aplicar la normativa italiana, y no la europea. La gran mayor¨ªa de los expertos y todas las asociaciones judiciales han recordado, por el contrario, que el derecho comunitario es el que tiene vigencia en caso de conflicto. De hecho, los tribunales de Palermo y Catania, donde han llegado la mayor¨ªa de las solitudes del controvertido protocolo r¨¢pido, aprobado hace a?o y medio, han rechazado hasta ahora el 90% de ellas. Es decir, tambi¨¦n el obst¨¢culo legal se ve¨ªa venir, pero Meloni decidi¨® seguir adelante. Ahora, de hecho, su estrategia es echar la culpa a los tribunales de excederse en sus competencias e invadir las del Ejecutivo.
Ante el nuevo conflicto que se avecina, la semana pasada un tribunal de Bolonia que deb¨ªa decidir sobre una solicitud de asilo ya elev¨® al tribunal de Luxemburgo una consulta para que le aclarara qu¨¦ deb¨ªa hacer. Sin embargo, puede tardar meses en pronunciarse. En medio de este enfrentamiento del Gobierno con los tribunales y las normas europeas de asilo, llega esta segunda deportaci¨®n. A¨²n no se sabe su nacionalidad, que ya anticipar¨¢ mucho de lo que puede ocurrir. Luego, el tribunal de Roma podr¨¢ rechazar de nuevo la petici¨®n de retenci¨®n, o aceptarla, o elevar una consulta a los jueces europeos.
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