El ej¨¦rcito de L¨ªbano busca reivindicarse entre la espada de Israel y la pared de Hezbol¨¢
Las infradotadas pero populares Fuerzas Armadas libanesas desempe?an un papel clave en la oferta de su pa¨ªs para un improbable acuerdo de alto el fuego al que Israel se niega
Un viejo televisor duerme en una esquina de la habitaci¨®n donde un grupo de militares retirados se re¨²nen en Akkar al Atiqa para discutir c¨®mo organizar la ayuda que est¨¢n distribuyendo a los desplazados por la guerra en L¨ªbano desde el recrudecimiento de los bombardeos israel¨ªes en septiembre. El norte del pa¨ªs, donde se encuentra esa localidad de 17.000 habitantes, es un lugar remoto desde Beirut. No por la distancia ¡ªapenas 135 kil¨®metros¡ª, sino por ese asfalto maltrecho, flanqueado de basura, que habla de un Estado en ruinas. La regi¨®n olvidada de Akkar es, sin embargo, el vivero de la que se considera la ¨²nica instituci¨®n popular de esa Administraci¨®n ausente: las Fuerzas Armadas y sus alrededor de 80.000 militares. ¡°El 50% de ellos vienen de esta zona¡±, asegura el suboficial Haytham Khalil, de 55 a?os.
¡°Honor, sacrificio, lealtad¡±. Ese es el lema de un ej¨¦rcito que asiste impotente a la guerra, ante el poder¨ªo militar del Goliat israel¨ª y con las manos atadas para someter a su autoridad a Hezbol¨¢, la milicia chi¨ª que tambi¨¦n es el partido pol¨ªtico dominante en L¨ªbano y cuyo arsenal es superior al de las Fuerzas Armadas. Relegadas al papel de convidadas de piedra del conflicto b¨¦lico, el Gobierno del pa¨ªs pretende ahora convertir a su fr¨¢gil ej¨¦rcito en el garante de una propuesta de alto el fuego que Israel ha rechazado ya.
El primer ministro en funciones del pa¨ªs, Najib Mikati, pidi¨® este lunes, en la cumbre de pa¨ªses ¨¢rabes de Riad (Arabia Saud¨ª), que la comunidad internacional presione para un cese inmediato de las hostilidades. Luego se?al¨® el compromiso de su Gobierno ¡°con la Resoluci¨®n 1701 de la ONU¡± ¡ªque recoge la retirada de Israel y de la milicia de la frontera sur de L¨ªbano¡ª, ¡°el fortalecimiento del despliegue del ej¨¦rcito de L¨ªbano en el sur¡± en cooperaci¨®n con los cascos azules de la ONU, Unifil, y ¡°la extensi¨®n de la autoridad del Estado a todas sus fronteras internacionalmente reconocidas¡±.
Mikati hab¨ªa anunciado el 6 de noviembre el reclutamiento de 1.500 soldados para enviar a ¡°5.000 tropas adicionales que se unir¨¢n a las 4.500 ya desplegadas¡± en el l¨ªmite meridional del pa¨ªs si ese alto el fuego llegara a rubricarse con Israel, algo que requerir¨¢ del improbable visto bueno previo de Hezbol¨¢, sin el que ese pacto se quedar¨ªa en papel mojado. La Resoluci¨®n 1701 de la ONU, que puso fin a la ¨²ltima guerra entre ambas partes en 2006, obliga tanto al ej¨¦rcito israel¨ª como al partido-milicia a retirar tropas y armas del territorio al sur del r¨ªo Litani. El documento prev¨¦ que los cascos azules y el ej¨¦rcito liban¨¦s garanticen ese repliegue y sean las ¨²nicas fuerzas desplegadas junto a la divisoria entre los dos pa¨ªses, pero a Israel esa oferta no le basta. Aspira a que sus soldados, y tambi¨¦n sus aviones de guerra, tengan carta blanca para entrar en territorio liban¨¦s, seg¨²n el medio estadounidense Axios.
En los 18 a?os transcurridos desde la aprobaci¨®n de la Resoluci¨®n 1701, ¡°Israel ha violado el espacio a¨¦reo y naval liban¨¦s 36.000 veces¡å, mientras que Hezbol¨¢ ha reforzado ¡°sus posiciones, construido t¨²neles y rampas de misiles¡± junto a la frontera sur del pa¨ªs, sostiene el general retirado Khalil Helou. Desde octubre de 2023, cuando los milicianos reanudaron el lanzamiento de cohetes contra Israel en solidaridad con Gaza, L¨ªbano ha contabilizado 3.243 muertos y m¨¢s de 14.100 heridos. Tras la ofensiva terrestre que comenz¨® el 1 de octubre, al menos 37 localidades y 40.000 viviendas han quedado destruidas por los ataques israel¨ªes.
Los ¨²nicos que hasta ahora se han replegado de la frontera sur han sido esos 4.500 militares libaneses a los que aludi¨® el primer ministro Mikati. Una decenas de soldados libaneses han muerto en la guerra y solo en una ocasi¨®n el ej¨¦rcito liban¨¦s se ha defendido. Fue el 3 de octubre, cuando sus militares abrieron fuego despu¨¦s de que tropas israel¨ªes mataran a uno de los suyos en la meridional Bint Jbel.
Las Fuerzas Armadas libanesas han carecido hasta ahora del ¡°mandato del Gobierno para asumir la defensa del pa¨ªs¡±, dice el sargento Medyen Mohamed Al Assaad en la sede del Movimiento de Militares Retirados de Akkar al Atiqa. ¡°Si nos dijeran que nos pusi¨¦ramos el uniforme y fu¨¦ramos a luchar, ir¨ªamos ahora mismo¡±, asevera, mientras sus compa?eros asienten. Y lo har¨ªan ¡°incluso con las manos desnudas¡±.
Sin armas
Esa met¨¢fora apenas lo es. El gasto militar de L¨ªbano fue en 2023 del equivalente de unos 226 millones de euros; el de Israel alcanz¨® casi 26.000 millones de euros, calcula el Instituto Internacional para la Investigaci¨®n de la Paz de Estocolmo (Sipri). Las Fuerzas Armadas libanesas carecen de defensas antia¨¦reas y de aviones de combate. Sus armas, obsoletas, suelen proceder de donaciones de otros pa¨ªses. Lejos de poder compararse con Israel y sus F-35 de ¨²ltima generaci¨®n, su arsenal tampoco es equiparable al de Hezbol¨¢, que se cree acumulaba entre 120.000 y 200.000 proyectiles antes de que los bombardeos israel¨ªes diezmaran a su liderazgo y probablemente tambi¨¦n su armamento.
Si Hezbol¨¢ se niega a desarmarse, el ej¨¦rcito liban¨¦s no podr¨¢ forzar a la milicia a hacerlo. No solo por su poder pol¨ªtico ni por la infradotaci¨®n de las Fuerzas Armadas, sino porque parte de la poblaci¨®n libanesa lo ver¨ªa como una traici¨®n frente a Israel. Tambi¨¦n porque ello minar¨ªa su reputaci¨®n de neutralidad entre las confesiones que conviven en L¨ªbano y le granjear¨ªa la deserci¨®n de muchos militares chi¨ªes, la comunidad de la que se nutre el partido-milicia. Una decisi¨®n as¨ª podr¨ªa revivir a ese fantasma que persigue a los libaneses: el de la guerra civil que acab¨® en 1990 y sus m¨¢s de 100.000 muertos.
Mucho menos pueden las Fuerzas Armadas luchar contra el ej¨¦rcito israel¨ª. Incluso sin considerar la ausencia de mandato para ello del Estado liban¨¦s, ni su abrumadora inferioridad militar, Israel cuenta con el respaldo indefectible de Estados Unidos. Si las Fuerzas Armadas libanesas se han mantenido a flote en los ¨²ltimos a?os ha sido en parte por los alrededor de 2.800 millones de euros de ayuda militar concedida por Washington desde 2006.
La fragilidad del ej¨¦rcito liban¨¦s no es una casualidad, a?ade en su despacho de Beirut el general retirado Hisham Jaber. En 2008, EE UU ¡°amenaz¨® al [presidente Michel] Sleiman con castigar a L¨ªbano¡± si aceptaba ¡°la donaci¨®n de un sistema de defensa antia¨¦rea y varios helic¨®pteros de Rusia. Esa amenaza parti¨® de Israel¡±, asegura quien fue comandante militar de la capital libanesa.
Labor social
En lo que va de guerra, los militares retirados de Akkar al Atiqa se han afanado en esa labor social que apuntala tambi¨¦n la popularidad del ej¨¦rcito. Los maleteros de sus coches, aparcados ante la sede de su movimiento, est¨¢n repletos de pasta, galletas y mantas para los desplazados a quienes su pueblo ha dado cobijo. La ausencia de las Fuerzas Armadas en el frente est¨¢ siendo tan notoria como su presencia en las calles. En las localidades que acogen a muchos de los 1,2 millones de desplazados por la guerra ¡°ha habido fricciones¡± entre chi¨ªes, sun¨ªes y cristianos que, ¡°sin la presencia de los militares¡±, pod¨ªan ¡°haber degenerado¡±, considera el tambi¨¦n analista Khalil Helou.
Imad Salman, otro militar retirado de 62 a?os, desplazado con su familia desde Abbasiyeh, en el sur, sostiene que Akkar al Atiqa ha recibido a su familia ¡°como invitados, no como desplazados¡±. Este oficial se aloja en una casa cedida por un compa?ero de armas. Luego subraya: ¡°Soy chi¨ª, pero, sobre todo, soy liban¨¦s y militar. El ej¨¦rcito es la columna vertebral de la unidad nacional¡±.
Una encuesta del Bar¨®metro ?rabe conclu¨ªa en 2019 que el 91% de los libaneses consideraba a su ej¨¦rcito ajeno a la corrupci¨®n que impera en el pa¨ªs. Y ello pese a que su situaci¨®n econ¨®mica es ¡°miserable¡±, describe el sargento Al Assaad. Un soldado ganaba en 2018 ¡°el equivalente¡± de unos 939 euros. En 2019, la moneda libanesa se devalu¨® el 90% y ese salario se desplom¨® en ciertos casos hasta los 32 euros. El sueldo actual de un militar raso es de ¡°unos 190 euros¡±; el de un oficial, unos 560, calcula Al Assaad. En 2020, el Gobierno liban¨¦s autoriz¨® a los integrantes de sus Fuerzas Armadas a pluriemplearse y muchos trabajan en su tiempo libre como taxistas, mec¨¢nicos o conductores de autob¨²s.
¡°L¨ªbano tiene excelentes soldados y oficiales¡±, asegura el general Jaber, que calcula que para que el ej¨¦rcito liban¨¦s pudiera asumir la defensa del pa¨ªs, se precisar¨ªa una ayuda econ¨®mica internacional de al menos 4.600 millones de euros en armamento. Los 200 millones de d¨®lares (185 millones de euros) comprometidos en la conferencia de apoyo a L¨ªbano de Par¨ªs, el pasado 24 de octubre, ¡°no son nada¡±.
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