Una Europa con numerosas crisis afronta una larga carrera de obst¨¢culos para ratificar el acuerdo con Mercosur

Casi mejor que Ursula von der Leyen haya cancelado, a ¨²ltima hora, su asistencia a la reapertura de Notre Dame este s¨¢bado. El enfado del presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, con la jefa de la Comisi¨®n Europea es de tama?o catedral parisina despu¨¦s de que la alemana haya ignorado el non franc¨¦s a la firma del tratado de Mercosur. Una acci¨®n que desde Par¨ªs se ve hecha casi con nocturnidad y alevos¨ªa ¡ªVon der Leyen mantuvo silencio sobre su viaje hasta que se plant¨® en Montevideo el jueves¡ª y justo cuando Francia a¨²n diger¨ªa, at¨®nita, el derrumbe del Gobierno de Michel Barnier apenas tres meses despu¨¦s de su designaci¨®n. A la crisis pol¨ªtica de la segunda econom¨ªa de la UE se une ahora la indignaci¨®n por el acuerdo con Mercosur.

La ira de Par¨ªs ¡ªpese a su autoproclamado multilateralismo, Macron advirti¨® a Von der Leyen en cuanto supo de su viaje a Montevideo que consideraba el acuerdo ¡°inaceptable¡±¡ª es solo parte de los obst¨¢culos que le esperan en Europa a un acuerdo a cuya sombra han crecido, en el cuarto de siglo de idas y venidas negociadoras, varias generaciones e incontables gobiernos. Francia ha llevado la voz cantante en la oposici¨®n al tratado, que ya fue fruto de sonoros enfrentamientos entre Macron y el anterior Gobierno brasile?o del ultra Jair Bolsonaro en 2019, cuando se pensaba que estaba a punto de caramelo.

Francia no est¨¢ sola en su escepticismo ante el que Von der Leyen ha calificado como ¡°una de las mayores asociaciones comerciales y de inversi¨®n jam¨¢s vistas en el mundo¡± y una oportunidad geopol¨ªtica necesaria ante ¡°los vientos contrarios hacia la fragmentaci¨®n y aislamiento¡±. Macron cuenta con el apoyo del primer ministro polaco, Donald Tusk, cuyo Gobierno ha adoptado una resoluci¨®n oponi¨¦ndose al acuerdo ¡°en su actual forma¡±, espec¨ªficamente en el ¨¢rea de agricultura.

Tanto Francia como Polonia son de los pa¨ªses que m¨¢s han sentido ¡ªy temido¡ª la ira de los agricultores, que a comienzos de a?o convulsionaron Europa con sus protestas y que tambi¨¦n muestran un rechazo profundo al Mercosur pese a las ¡°salvaguardas¡± y garant¨ªas prometidas por Von der Leyen. ¡°Os hemos escuchado, hemos o¨ªdo vuestras preocupaciones y hemos actuado¡±, ha asegurado la jefa del Ejecutivo comunitario desde Montevideo. La oposici¨®n de Tusk es un golpe para la alemana, no solo porque el polaco asumir¨¢ a partir de enero la presidencia rotatoria de la UE en uno de los momentos clave de la continuaci¨®n del proceso del Mercosur, sino porque ambos son de la misma familia pol¨ªtica, el Partido Popular Europeo (PPE).

Tambi¨¦n Austria ha manifestado reticencias al texto, al que se unen los recelos de Italia. Por el momento, ¡°no se dan las condiciones para la firma del texto actual¡±, dej¨® saber horas antes del acuerdo de Montevideo el entorno de la primera ministra, la ultra Giorgia Meloni. Por si no se hab¨ªa o¨ªdo claro en Bruselas (o Montevideo), su viceprimer ministro, Matteo Salvini, lo reiter¨® en la capital belga: ¡°Todos los agricultores y ganaderos europeos dicen no a este acuerdo, al Mercosur. Est¨¢ paralizado desde hace a?os, que siga as¨ª¡±, pidi¨®.

Su deseo, y el de Par¨ªs, no se ha visto cumplido. La esperanza ahora de los que se oponen al pacto es que estos pa¨ªses mantengan su no y constituyan una minor¨ªa de bloqueo (al menos cuatro pa¨ªses que representen a al menos el 35% de la poblaci¨®n europea) cuando llegue uno de los pr¨®ximos pasos pendientes cruciales: la ratificaci¨®n a nivel de Estados en el Consejo de la UE. Con Italia, se?ala el eurodiputado macronista franc¨¦s Pascal Canfin, las cuentas dan para ese bloqueo y, entonces, ¡°el acuerdo se cae¡±.

Tambi¨¦n deber¨¢ dar su visto bueno el Parlamento Europeo. Desde la Comisi¨®n de Asuntos Exteriores de la Euroc¨¢mara se han apresurado a celebrar la conclusi¨®n de las negociaciones pol¨ªticas como un ¡°hito significativo en el avance de la cooperaci¨®n interregional entre la UE y Mercosur¡±. Pero otras voces parlamentarias, tanto desde los extremos como tambi¨¦n en el seno de los partidos de centro, han dejado claro su desacuerdo, con lo que la ratificaci¨®n, aunque requiere solo de mayor¨ªa simple, podr¨ªa ser muy ajustada.

Frente al escepticismo de parte de los Estados europeos, est¨¢ el entusiasmo de aquellos pa¨ªses que llevan a?os presionando por el acuerdo, especialmente Alemania y Espa?a. Para el presidente del Gobierno espa?ol, Pedro S¨¢nchez, el acuerdo ayudar¨¢ a ¡°tender un puente econ¨®mico sin precedentes entre Europa y Am¨¦rica Latina¡±. ¡°Nos har¨¢ ¡ªa todos¡ª m¨¢s pr¨®speros y m¨¢s fuertes¡±, considera. ¡°Espa?a trabajar¨¢ para que este acuerdo sea aprobado por mayor¨ªa en el Consejo¡±, ha prometido frente a las amenazas de bloqueo de Par¨ªs o Roma. Contar¨¢ para ello con el apoyo de Alemania, cuyo canciller, el socialdem¨®crata Olaf Scholz, tambi¨¦n ha celebrado la superaci¨®n de un ¡°importante obst¨¢culo¡± en Montevideo.

Dado que ahora comienza el arduo y complicado proceso de traducir a las todas las lenguas oficiales europeas un tratado largo y complicado, es m¨¢s que probable que para cuando este llegue a la votaci¨®n de los l¨ªderes de la UE, el canciller alem¨¢n que deba votarlo sea de otro signo. Tras el fracaso de su coalici¨®n, Scholz ha convocado elecciones adelantadas para el 23 de febrero. Otro gran pa¨ªs de Europa en medio de una crisis pol¨ªtica. Aunque el Mercosur no est¨¢ siendo un gran tema de campa?a, todos los candidatos lo han apoyado.

La Comisi¨®n Europea espera que los meses que quedan para el pr¨®ximo ¡°obst¨¢culo¡±, como dice Scholz, sirvan para apaciguar los ¨¢nimos en contra y cambiar algunos votos. ¡°Presentaremos con detalle las diferencias entre el acuerdo de 2019 y el nuevo para que se entienda por qu¨¦ consideramos que este es un acuerdo mejor y confiamos en que podamos contar con apoyo¡±, ha prometido el portavoz comunitario Olof Gill.