El miedo de Starmer a la derecha populista frena un acuerdo de movilidad juvenil entre el Reino Unido y la UE
El nuevo Gobierno laborista rechaza la posibilidad de permitir permisos limitados de trabajo o estudio, a pesar de su voluntad reiterada de reiniciar relaciones con Bruselas
Cada vez que un Gobierno intenta ocultar sus cartas, corre el riesgo de que la falta de coordinaci¨®n lleve a alguno de sus miembros a meter la pata. El secretario de Estado brit¨¢nico para Asuntos Europeos, Nick Thomas-Symonds, que comparec¨ªa a finales de 2024 ante una comisi¨®n de la C¨¢mara de los Lores, sugiri¨® all¨ª por primera vez que Downing Street estar¨ªa dispuesto a contemplar un Esquema de Movilidad Juvenil (con permisos limitados para trabajar o estudiar), un objetivo planteado el pasado mayo por la Comisi¨®n Europea y deseado por pa¨ªses tan potentes como Alemania.
Hasta entonces, Londres se hab¨ªa resistido a debatir esa posibilidad.
¡°Debe ser la UE la que defina sus propuestas y las ponga sobre la mesa. Depender¨¢ mucho de a qu¨¦ se refieren cuando hablan de movilidad juvenil¡±, admiti¨® Thomas-Symonds con una franqueza que la oficina del primer ministro convirti¨® de inmediato en imprudencia. ¡°Creo que el ministro ha dejado claro que nunca regresaremos a la libertad de movimiento de personas de la UE¡±, dijo pocas horas despu¨¦s un portavoz de Keir Starmer. ¡°Y ya hemos se?alado claramente que no estamos siquiera considerando un Esquema de Movilidad Juvenil¡±, afirm¨®.
Los vaivenes de Starmer han creado incertidumbre en Bruselas. El nuevo primer ministro laborista comenz¨® su mandato con el compromiso, que no dejaba de repetir en cada encuentro con sus hom¨®logos del continente, de reiniciar unas relaciones con Europa muy deterioradas por los anteriores gobiernos conservadores, empe?ados en utilizar el Brexit como permanente arma contra la UE.
Y, sin embargo, a pesar de ser consciente de que la recuperaci¨®n de un espacio de libertad para j¨®venes trabajadores y estudiantes de ambos lados del canal de la Mancha contribuir¨ªa a impulsar el tan ansiado crecimiento econ¨®mico en el Reino Unido, el Gobierno de Starmer salta a la defensiva cada vez que surge el asunto.
¡°Se muestran claramente recelosos ante todo aquello que pueda sonar a la recuperaci¨®n de la libertad de movimiento de personas, que sigue siendo una l¨ªnea roja para muchos de los que votaron a favor del Brexit. Y ah¨ª es donde la precauci¨®n est¨¢ fuera de lugar. Porque un Esquema de Movilidad Juvenil no supone libertad de movimiento. Es un acuerdo rec¨ªproco y controlado, que establece l¨ªmites claros respecto a la edad, la duraci¨®n y los derechos de aquellos que se acogen al programa¡±, explica Monika Brusenbauch, profesora del Departamento de Relaciones Internacionales y Estudios Europeos de la Universidad de Masaryk y profesora visitante de la Universidad de Aston, en Birmingham.
Estrategia pol¨ªtica
Una encuesta reciente del Centro Europeo de Relaciones Exteriores dio la sorpresa, al se?alar que una mayor¨ªa de los brit¨¢nicos que votaron en 2016 a favor del Brexit (54%) estar¨ªan dispuestos a aceptar de nuevo la libertad de movimiento de ciudadanos a cambio de un mayor acceso al mercado interior de la UE para el Reino Unido.
Varias encuestas anteriores ya hab¨ªan dejado claro antes que la movilidad juvenil es uno de los asuntos que m¨¢s apoyo suscita entre votantes de izquierda y derecha.
La Comisi¨®n Europea, que propon¨ªa permisos de trabajo o estudio de hasta cuatro a?os para los menores de 30, confiaba en que el nuevo Gobierno laborista acogiera de buen grado la iniciativa.
Starmer, sin embargo, tuvo que hacer frente nada m¨¢s comenzar su mandato a una explosiva ola de violencia callejera cargada de xenofobia. Y durante sus primeros meses de mandato se conoci¨® que el dato neto de inmigrantes que entr¨® en el Reino Unido en 2023 fue de m¨¢s de 900.000, muy por encima de los 700.000 que ya hab¨ªan agitado al electorado cuando se anunciaron las cifras provisionales.
¡°Est¨¢ claro que hay diferentes tipos de migraci¨®n, y que la movilidad juvenil presenta un aspecto m¨¢s positivo. Pero sigue habiendo mucha preocupaci¨®n. Es un asunto muy delicado para muchos diputados, que los votantes de sus circunscripciones electorales les plantean una y otra vez. Es un ¨¢rea en la que el Gobierno de Starmer se siente vulnerable ante posibles ataques de la derecha¡±, se?ala a EL PA?S Ed Turner, profesor de la Escuela de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Aston y del Aston Centre for Europe.
Y el miedo no proceder¨ªa, se?alan algunos expertos, solo de la derecha brit¨¢nica. ¡°Creo que tambi¨¦n hay un motivo ideol¨®gico. Hay personas en el Partido Laborista, en posiciones elevadas, que est¨¢n preocupados porque ganaron las elecciones del pasado 4 de julio gracias a un tipo de votante incorrecto. Llegaron al poder gracias a los ciudadanos de clase media de las grandes ciudades, pero no lograron reconquistar las mentes y corazones de la clase trabajadora que hasta ahora les hab¨ªa apoyado¡±, indica Catherine Barnard, profesora de Derecho Laboral y de la Uni¨®n Europea de la Universidad de Cambridge.
Pero a los miedos de Starmer se unen sus c¨¢lculos pol¨ªticos. El Gobierno laborista, concentrado en manejar las reacciones adversas que ha provocado su primer presupuesto, ha pospuesto hasta el primer trimestre de 2025 el inicio de cualquier negociaci¨®n con la UE. Su prioridad es reforzar la cooperaci¨®n en materia de seguridad y defensa. A continuaci¨®n, introducir mejoras en las condiciones del acuerdo comercial que estableci¨® las reglas post-Brexit.
¡°Saben que disponen de una baza negociadora. El Reino Unido va a tener ciertas demandas, en este nuevo intento de reiniciar las relaciones con la UE, y es consciente de que [el Esquema de Movilidad Juvenil] es algo que Bruselas quiere a cambio. Estoy convencido de finalmente se llegar¨¢ a alg¨²n acuerdo sobre esta materia, pero creo que habr¨¢ m¨¢s entregas y concesiones. ?Por qu¨¦ malgastar una de tus mejores cartas cuando a¨²n no han comenzado las negociaciones?¡±, se pregunta Turner.
Esa podr¨ªa ser, ciertamente, la estrategia oculta de Starmer. ?Pero cu¨¢l era la de la Comisi¨®n Europea? La UE, concentrada en sus propios problemas, hab¨ªa demostrado hasta ahora poco apetito por reabrir la carpeta del Brexit e iniciar nuevas, y posiblemente tortuosas, conversaciones con el Reino Unido.
¡°Fue un intento claro de evitar cualquier acuerdo bilateral entre Londres y otra capital europea, porque lo cierto es que el grueso de esta materia es realmente una competencia estatal. Los Estados miembros de la UE pueden cerrar pactos con un tercer pa¨ªs en aspectos migratorios. Y preocupaba a Bruselas que todo este asunto acabara encarril¨¢ndose por la v¨ªa unilateral¡±, se?ala Turner.
Es decir, la Comisi¨®n Europea, que ni siquiera ten¨ªa a¨²n el permiso del Consejo para comenzar a negociar, quiso ser la que coordinara, de lograrse, el primer ejercicio que, de alguna manera, comenzar¨ªa a deshacer las consecuencias del Brexit.
La resistencia de las universidades
Finalmente, junto al recelo que despierta cualquier asunto migratorio en la pol¨ªtica brit¨¢nica, hay una cuesti¨®n econ¨®mica de primer orden. Desde hace m¨¢s de 10 a?os, las universidades p¨²blicas del Reino Unido no pod¨ªan cobrar m¨¢s de 9.250 libras (unos 11.160 euros) por la matr¨ªcula anual a los estudiantes brit¨¢nicos o con permiso de residencia en el pa¨ªs. A partir del a?o que viene, el Gobierno de Starmer ha subido ese l¨ªmite hasta las 9.535 libras (unos 11.500 euros).
El Brexit fren¨® en seco la llegada de estudiantes de la UE al Reino Unido. A cambio, aumentaron los alumnos procedentes de Asia y ?frica. Las universidades les han cobrado matr¨ªculas anuales de entre 23.000 y 30.000 libras (27.700-36.200 euros aprox.), algo que les ha permitido frenar una situaci¨®n financiera en claro deterioro.
Abrir las puertas de nuevo a los estudiantes de la UE ¨Dal abaratar la matr¨ªcula para los comunitarios¨D tendr¨ªa su impacto en la inmigraci¨®n. ¡°Desgraciadamente, para las universidades, [el Esquema de Movilidad Juvenil] es y no es un asunto migratorio. Las estad¨ªsticas de estudiantes extranjeros se incorporan a los datos generales de inmigraci¨®n, porque el criterio para a?adirlos es haber residido en el pa¨ªs m¨¢s de un a?o, algo que es inevitable para un alumno universitario¡±, se?ala la profesora Barnard.
Como tantos otros asuntos derivados del Brexit, las soluciones pr¨¢cticas, que todo el mundo es capaz de ver, se ven paralizadas por los miedos pol¨ªticos. Y Starmer no puede evitar la constante visi¨®n del fantasma amenazante del populismo ante todo aquello que suponga abrir las puertas del Reino Unido.
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