La pol¨ªtica alemana entra en terreno desconocido tras agrietarse el cord¨®n sanitario
El conservador Merz pone en juego sus ambiciones al unir sus votos a los de la ultraderecha contra la inmigraci¨®n. Seg¨²n sus rivales, ya ha cambiado la cultura democr¨¢tica en el pa¨ªs
Parec¨ªa la celebraci¨®n de un trofeo o un premio de loter¨ªa, y algo de eso hab¨ªa en los gestos euf¨®ricos en los esca?os del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD). Aplaud¨ªan, sonre¨ªan, se hac¨ªan fotos. Despu¨¦s de a?os como apestados parlamentarios, por fin se sent¨ªan aceptados. Alice Weidel, la candidata de AfD en las elecciones del 23 de febrero, sali¨® del hemiciclo y declar¨®: ¡°Hoy es un gran d¨ªa para la democracia¡±.
El Bundestag acababa de aprobar, con los votos de AfD, una moci¨®n para rechazar demandantes de asilo en las fronteras. La moci¨®n la hab¨ªa presentado la Uni¨®n Democristiana / Uni¨®n Socialcristiana b¨¢vara (CDU/CSU), el mayor y el principal de los partidos de la derecha moderada en Europa, la formaci¨®n que ha marcado la historia de Alemania y Europa con cancilleres como Konrad Adenauer, Helmut Kohl, Angela Merkel.
Friedrich Merz, candidato de la CDU/CSU y favorito para suceder en la canciller¨ªa al socialdem¨®crata Olaf Scholz, present¨® esta moci¨®n junto a una ley para restringir la inmigraci¨®n despu¨¦s de que, el 22 de enero, un afgano matase a cuchillazos a un ni?o de dos a?os y a un adulto en Baviera. No era un problema, seg¨²n Merz, si AfD le daba sus votos para la moci¨®n y la ley. Y ten¨ªa su l¨®gica, pues ambas se acercaban a algunas propuestas del partido de Weidel.
Pero nunca hab¨ªa ocurrido, tras la II Guerra Mundial, que un partido moderado aceptase conscientemente como se dispon¨ªan a hacer los democristianos, una mayor¨ªa en el Bundestag con la extrema derecha.
?Se estaba disparando Merz en el pie y poniendo en riesgo una campa?a que parec¨ªa ganada? ?O estaba captando el Zeitgeist, el esp¨ªritu de los tiempos que sopla en favor de romper consensos y cerrar fronteras?
¡°Merz ha abandonado el centro democr¨¢tico¡±, sentencia en los pasillos del Bundestag el diputado socialdem¨®crata Nils Schmid. ¡°Ha roto el tab¨² y, una vez que se rompe el tab¨², todo es posible.¡±
La moci¨®n de Merz se aprob¨® el mi¨¦rcoles 29 de enero con los votos de los democristianos, los liberales y AfD. El viernes 31, la propuesta de ley, aunque volvi¨® a contar con el apoyo de la extrema derecha, sali¨® derrotada por 12 votos. Entre ellos, las abstenciones de una decena de diputados del grupo democristiano.
Entretanto, su antecesora al frente del partido, la excanciller Angela Merkel, hab¨ªa calificado de ¡°error¡± aceptar los votos de la extrema derecha. Y pidi¨® un debate ¡°mesurado¡± sobre la inmigraci¨®n. Una manera, en negativo, de realzar algunos rasgos que se atribuyen a su viejo rival. Un car¨¢cter impulsivo que ahora podr¨ªa decidir las elecciones. O una audacia inusual en Alemania.
Y as¨ª es c¨®mo, en menos de una semana, se ha agrietado el llamado cortafuegos, el cord¨®n sanitario que impide cualquier cooperaci¨®n con la extrema derecha. Y c¨®mo la campa?a ha entrado en otra dimensi¨®n.
¡°La elecci¨®n podr¨ªa estar de nuevo abierta¡±, dice el polit¨®logo Wolfgang Schroeder, catedr¨¢tico en la Universidad de Kassel. ¡°Podr¨ªa ser que socialdem¨®cratas y verdes se dijesen: ¡®Algo est¨¢ pasando, la movilizaci¨®n es posible y es posible que podamos dar la vuelta a esta campa?a¡¯¡±.
En los sondeos, la CDU/CSU de Merz obtiene entre el 29% y 34% de votos. Segunda ser¨ªa AfD, con entre un 18% y un 23%. Tercero, el Partido Socialdem¨®crata (SPD) de Scholz, con un 15% a un 17%. Pero los sondeos no registran el impacto del psicodrama pol¨ªtico de esta semana que ha dejado la imagen de los partidos moderados divididos mientras la extrema derecha aparec¨ªa exultante.
¡°Lo que ha sucedido es feo y problem¨¢tico, porque ha realzado el valor de AfD¡±, dice Schroeder. ¡°Son los vencedores de esta semana, y han dado un paso m¨¢s hacia su objetivo de ser reconocidos como un partido normal en la competici¨®n partidista¡±.
En el campo progresista ¡ªpero no solo: tambi¨¦n las iglesias cat¨®lica y protestante se han pronunciado en este sentido¡ª se disparan las alertas. Miles de personas se manifestaron el s¨¢bado en varias ciudades y prev¨¦n hacerlo el domingo en Berl¨ªn. ¡°El da?o para la cultura pol¨ªtica de este pa¨ªs es gigantesco¡±, declara a EL PA?S Omid Nouripour, diputado de Los Verdes y antiguo copresidente del partido. En el campo conservador, se critica al Gobierno de socialdem¨®cratas y verdes por eludir la responsabilidad de regular la inmigraci¨®n y, en su lugar, hacer campa?a acusando a Merz de complicidad con AfD. ¡°Contra Merz y contra la voluntad del pueblo¡±, resume el sensacionalista Bild.
Schmid, del SPD, sospecha que la decisi¨®n de Merz de aceptar los votos de AfD ¡°no es un accidente¡±. ¡°Hay una voluntad de abrir el espacio pol¨ªtico a la derecha, y esto nos complica las cosas¡±, dice. Y alude al escenario de una negociaci¨®n de coalici¨®n entre democristianos y socialdem¨®cratas tras el 23 de febrero. ¡°Merz siempre podr¨¢ hacernos chantaje diciendo que puede ir a buscar los votos de la extrema derecha¡±, dice. ¡°Esto socava la confianza entre los partidos democr¨¢ticos.¡±
Merz asegura que se mantiene intacto el principio de no pactar nunca con la extrema derecha y alega que ¨¦l no busc¨® los votos de este partido para su propuesta sobre inmigraci¨®n. Pero en AfD quieren creer que lo sucedido esta semana puede ser el principio del fin del cord¨®n sanitario.
¡°Es un primer paso¡±, dice, en la cafeter¨ªa del Bundestag, el diputado de AfD Kay Gottschalk. ¡°Si esto fuese un partido de f¨²tbol, nada m¨¢s sonar el pitido inicial ya ir¨ªamos 1 a 0.¡±
Pero Gottschalk es prudente ante la posibilidad de que se rompa despu¨¦s de estas elecciones el cord¨®n sanitario y que los democristianos pacten gobernar con AfD, como han hecho con partidos de la misma ¨®rbita en otros pa¨ªses europeos. ¡°La CDU no est¨¢ madura¡±, dice, ¡°no ha llegado tan lejos¡±. La fecha para una coalici¨®n, seg¨²n este partido, es 2029.
La inc¨®gnita inmediata es el efecto de los votos conjuntos entre democristianos y extrema derecha. ¡°Da?ar¨¢ a Merz y a la Uni¨®n¡±, vaticina el profesor Schroeder. Porque ha roto su palabra, recuerda el polit¨®logo: en noviembre afirmaba que nunca aceptar¨ªa votos de AfD. Porque su iniciativa sorprendi¨® a su propio partido y al sector leal a Merkel. Y, concluye, porque este es uno de esos autogoles en los que es especialista la CDU/CSU, que ya dilapid¨® ventajas en campa?as anteriores.
¡°Hay miedo a la extrema derecha y esto podr¨ªa jugar en favor del SPD¡±, analiza el socialdem¨®crata Schmid, prudente ante las posibilidades de su partido para remontar. ¡°Al mismo tiempo, hay una angustia muy extendida entre los ciudadanos, una sensaci¨®n de inseguridad que ha crecido estos meses¡±. Todo se decidir¨¢ entre ambas angustias. ¡°Lo que elegir¨¢ el votante¡±, dice Schmid, ¡°no est¨¢ claro.¡±
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