Elecciones europeas: instrucciones de uso
El giro a la derecha es incontestable y deja mal parados a Macron y a Scholz, mientras Le Pen y Meloni salen fortalecidas
El giro a la derecha en toda Europa es incontestable despu¨¦s de las elecciones a la Euroc¨¢mara. La marea ultra golpea fuerte, pero, parad¨®jicamente, el embate causa menos estropicio en el Parlamento Europeo ¡ªla gran coalici¨®n entre centroderecha, socialdem¨®cratas y liberales sigue sumando, m¨¢s a¨²n si se adhieren los verdes¡ª que en la pol¨ªtica nacional, con el eje francoalem¨¢n muy, pero que muy tocado. Estas son cinco lecturas a vuelapluma de los resultados de anoche.
Europa se derechiza
El viraje hacia la derecha es algo m¨¢s fuerte de lo esperado; el centro aguanta a duras penas, pero aguanta. El PP europeo gana las elecciones y puede sostener la gran coalici¨®n (que suma m¨¢s de 400 diputados, por encima de los 361 imprescindibles en una c¨¢mara con 720 esca?os), pero hay tambi¨¦n n¨²meros para cocinar una alianza de las derechas, despu¨¦s de los gui?os indisimulados de Ursula von der Leyen a la italiana Giorgia Meloni.
M¨¢s paradojas: los manuales de politolog¨ªa dicen a las claras que las grandes coaliciones no terminan de funcionar en ninguna parte, porque las democracias liberales necesitan oposiciones fuertes; de lo contrario, los extremos acaban creciendo. Y los extremos ya han crecido mucho en Europa: la ultraderecha figura ya en el Gobierno de ocho pa¨ªses, y puede acabar formando un ¨²nico grupo que ser¨ªa el tercero m¨¢s numeroso del Parlamento Europeo.
El populismo nacionalista es un fen¨®meno relativamente nuevo, pero a la vez muy antiguo; solo una cosa es segura con estos partidos: son corrosivos, divisivos por naturaleza. Ojo con ellos: los resultados electorales son muy ambiguos, y la lectura que sostiene que el centro ha aguantado la marea ultra peca de optimista. En los pa¨ªses n¨®rdicos los ultras van a la baja; en la pen¨ªnsula ib¨¦rica est¨¢n muy por debajo del peso medio. Pero han percutido como una tuneladora en el centro de Europa. Y no digamos en los grandes pa¨ªses del club. El posfascismo es la primera fuerza en Francia. La primera fuerza en Italia. Y la segunda en Alemania. La opci¨®n de una coalici¨®n de derechas ¡ªcentroderecha m¨¢s extremadrecha, lo que supondr¨ªa una sacudida de primera magnitud¡ª est¨¢ sobre la mesa.
Macron se la juega
¡°Macron se ha hecho un S¨¢nchez¡±, dec¨ªa en la noche del domingo una fuente europea con cierta retranca. Le Pen ha barrido en Francia con el 33% de los votos, casi 20 puntos m¨¢s que el partido del presidente franc¨¦s, y la respuesta de Macron ha sido apretar el bot¨®n nuclear, con la convocatoria de elecciones legislativas. Esa es una apuesta de alto riesgo que no siempre sale bien: a S¨¢nchez le funcion¨® en junio, pero Aragon¨¨s fracas¨® estrepitosamente en Catalu?a semanas despu¨¦s. Macron pretende movilizar al centro, pero su discurso ha perdido brillo; es un pato cojo en Par¨ªs y en Bruselas. Puede verse abocado a una cohabitaci¨®n con la extrema derecha de final incierto. Francia es un pa¨ªs muy, muy polarizado, y Macron ha visto mellado su liderazgo justo cuando m¨¢s se necesitan los l¨ªderes en Europa: el eje francoalem¨¢n est¨¢ en horas bajas.
Scholz, el enfermo de Europa
Alemania atraviesa una crisis oce¨¢nica, con un cambio de modelo econ¨®mico despu¨¦s de haber subcontratado la seguridad a Estados Unidos, la energ¨ªa a Rusia y su posici¨®n comercial a China. La coalici¨®n de Gobierno flaquea, con luchas intestinas y un resultado muy pobre, por debajo del 30% en las europeas sumando socialdemocracia, liberales y verdes. Macron es ya un pato cojo, pero Scholz cojea tambi¨¦n: su liderazgo es muy discutido y el centroderecha amaga ya con una cuesti¨®n de confianza. La CDU domina en el Oeste, y la extrema derecha en el Este; los partidos que apoyan a Putin rondan el 25% de los sufragios.
En medio de continuas trifulcas por la pol¨ªtica econ¨®mica, por la fiscal y por pr¨¢cticamente cualquier asunto que se pone encima de la mesa, el resultado de las europeas parece un clavo m¨¢s en el ata¨²d de Scholz y su coalici¨®n. Malas noticias para Von der Leyen: una regla no escrita en Bruselas dice que cuando un pa¨ªs est¨¢ en crisis, los candidatos de ese pa¨ªs tienen m¨¢s dificultades, aunque quiz¨¢ con los alemanes esa regla sea menos firme. Los grandes puestos de la UE se decidir¨¢n el 27 de junio: m¨¢s malas noticias para Von der Leyen, porque con las legislativas francesas en su primera vuelta pr¨¢cticamente ning¨²n partido centrista franc¨¦s puede tener incentivos para apoyarla. Eso la echar¨ªa en brazos de Meloni: el terremoto, en ese caso, est¨¢ asegurado.
Meloni, la gran deseada
Meloni es la ultraderecha presentable en Europa, a juzgar por los gui?os de Von der Leyen en la campa?a, y eso a pesar de las pol¨ªticas que ha aplicado en casa, desde la migratoria a las de g¨¦nero y familia. No sale mal parada de su primer examen, aunque los resultados italianos son extremadamente borrosos. Meloni y sus Hermanos de Italia se afianzan con casi un 30% de los votos, pero la derechizaci¨®n de sus socios de la Liga no ha salido bien: Salvini est¨¢ en una posici¨®n muy delicada. Para el Gobierno italiano, adem¨¢s, lo dif¨ªcil empieza ahora. Tiene que lidiar con un d¨¦ficit p¨²blico muy abultado y eso le obligar¨¢ a aprobar recortes si no quiere que Bruselas se ponga un punto nervioso y el mercado levante las orejas con la tristemente famosa prima de riesgo.
Hay una extrema derecha que se siente a gusto con la motosierra de los ajustes draconianos. Meloni no es ese tipo de ultraderecha. Una cosa es segura: gana peso en Bruselas. Puede decantar la balanza a favor de Von der Leyen, y puede acabar optando por capitanear un solo grupo de ultras poderoso y peligroso a partes iguales. Tiene buenas cartas en la mano, y ha demostrado que sabe jugarlas. De momento; en pol¨ªtica siempre es de momento.
Espa?a y las contradicciones
Los resultados de las europeas est¨¢n pre?ados de contradicciones; suelen decir que las contradicciones son interesantes, pero a lo mejor en exceso pueden acabar siendo estomagantes. En un contexto de ruido y de barro, y tratando de generar un estado de excepcionalidad permanente, el PP gana las elecciones con cuatro puntos y 700.000 votos de ventaja sobre el PSOE, pero eso se traduce en solo dos diputados m¨¢s que los socialistas. Dos esca?os: es la segunda victoria amarga de Feij¨®o despu¨¦s de la del 23J; esta puede que incluso un poco m¨¢s amarga, a pesar del discurso triunfalista del domingo.
La ret¨®rica de la excepcionalidad y de la urgencia de Feij¨®o no termina de funcionar. S¨¢nchez sale con bastantes plumas del superciclo electoral de los ¨²ltimos tiempos ¡ªy muy reforzado en Catalu?a¡ª, y las apuestas por una legislatura larga suben. Feij¨®o va aguantar, pero el PP no ha barrido, ni mucho menos, a un PSOE que se agarra al 30% del voto despu¨¦s de cinco tortuosos a?os en el poder (y media docena de elecciones en unos meses). La ultraderecha sube tambi¨¦n ¡ªy el fen¨®meno Alvise irrumpe con fuerza¡ª pero se queda por debajo del 15% de los votos, muy por debajo de la media europea.
La ¨²nica verdadera novedad del superciclo electoral que acaba de quedar atr¨¢s es el pinchazo del independentismo en Catalu?a: buenas noticias para S¨¢nchez. La otra conclusi¨®n es que para el PP ha habido mucho m¨¢s ruido que nueces. Y, aun as¨ª, el presidente del Gobierno no las tiene todas consigo. El giro a la derecha se evidencia en estas elecciones. Salvo por Catalu?a y alg¨²n enclave m¨¢s, el mapa azulea clar¨ªsimamente. El PSOE tiene dificultades en Madrid, en la Comunidad Valenciana y en Andaluc¨ªa: en tres de los cuatro grandes graneros de votos de ese perro verde que es Espa?a. S¨¢nchez sigue ah¨ª a pesar de las continuas maniobras de desestabilizaci¨®n, pero su situaci¨®n es precaria: un equilibrio inestable. A esto se a?aden las dificultades que atraviesa el espacio a la izquierda del PSOE, evidenciadas este lunes con la dimisi¨®n de Yolanda D¨ªaz como coordinadora de Sumar. El enfrentamiento a cara de perro de este partido con sus antiguos compa?eros de Podemos augura un periodo de inestabilidad en el flanco izquierdo de la pol¨ªtica espa?ola.
Y una paradoja m¨¢s para terminar: a pesar de la inestabilidad, el desplome de los socialdem¨®cratas alemanes deja como el l¨ªder indiscutible del centroizquierda europeo a un presidente del Gobierno que ha demostrado una querencia natural por la pol¨ªtica internacional en general y la europea en particular. Despu¨¦s de su fracaso en las elecciones de mayo, despu¨¦s de la erosi¨®n que ha provocado la amnist¨ªa entre sus propias huestes, despu¨¦s de su controvertida posici¨®n sobre Israel, despu¨¦s de sus pol¨¦micas con Milei, y sobre todo despu¨¦s de la desestabilizaci¨®n de la vida institucional de los ¨²ltimos tiempos, con un ruido insoportable que va de la polic¨ªa al poder judicial y viceversa, no parece poco bagaje para alargar la legislatura m¨¢s de lo que se las promet¨ªan algunos.
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