Trump emponzo?a el primer debate con Biden y anticipa un final de campa?a feroz

La recta final de la campa?a presidencial estadounidense se adivina descarnada. Donald Trump y Joe Biden se batieron el martes en uno de los debates m¨¢s broncos y ca¨®ticos que se recuerdan, reflejo del clima de hostilidad que vive el pa¨ªs. Un Trump en su versi¨®n m¨¢s agresiva e indecorosa, insumiso a los turnos de palabra, se lanz¨® en tromba contra un Biden que trat¨® de interpretar el papel presidencial, pero tambi¨¦n baj¨® al barro para frenar al mandatario. Hubo insultos y palabras gruesas, ataques personales y mentiras. El mandatario, abonado a la misma estrategia de 2016, impuso su show.

Trump tach¨® a Biden de est¨²pido, este lo llam¨® ¡°payaso¡±. El presidente interrumpi¨® al dem¨®crata hasta 35 veces y su contrincante le acab¨® espetando: ¡°?Te vas a callar, hombre?¡±. Las chispas saltaron desde el primer momento en el que los dos l¨ªderes que pelean por la Casa Blanca pusieron un pie en el escenario del campus universitario de Cleveland (Ohio), donde se celebr¨® el primero de los tres cruces programados hasta la cita con las urnas, el 3 de noviembre.

Sobre la pandemia, la ola de protestas contra el racismo, la econom¨ªa, la sanidad o la propia integridad de las elecciones, que el presidente lleva semanas cuestionando. No hubo asunto en el que la discusi¨®n no acabase en llamas. Antes del minuto cinco, Trump ya hab¨ªa llamado a Biden ¡°socialista¡±. Al cumplirse 10, ya se hab¨ªa referido a la senadora Elizabeth Warren como ¡°Pocahontas¡± y se hab¨ªa encarado con el moderador, Chris Wallace, una estrella de la cadena conservadora Fox. As¨ª, durante 90 minutos. Discutiendo sobre el coronavirus, el republicano insult¨® a Biden: ¡°?Has dicho la palabra listo? No uses esa palabra conmigo¡±, se?al¨®, y remat¨®: ¡°Joe, no hay nada listo en ti¡±. ¡°Oh Dios...¡±, respondi¨® Biden.

Fue tal el desaguisado que el Comit¨¦ de Debates Presidenciales anunci¨® este mi¨¦rcoles que incorporar¨¢ cambios para lograr una discusi¨®n m¨¢s ordenada. La noche sirvi¨® de cata de lo que se avecina en las cinco semanas que faltan para las elecciones y evidenci¨® que la estrategia de Trump, hoy presidente, es la misma que utiliz¨® hace cuatro a?os como outsider: emponzo?ar el debate, sembrar el descr¨¦dito en el sistema. Atac¨® al rival con malas formas, insisti¨®, sin base, en la sospecha de fraude electoral y evit¨® condenar el supremacismo blanco. Busc¨®, en definitiva, agitar a sus bases m¨¢s fieles, no tanto ampliarlas.

Los candidatos se batieron en condiciones extra?as, como todo en esta campa?a marcada por la pandemia. Por precauci¨®n ante el riesgo de contagios, no hubo apretones de manos ni apenas p¨²blico, aunque s¨ª concentraciones de protesta contra el presidente en la calle. Era dif¨ªcil predecir qu¨¦ pod¨ªa salir de este primer duelo. Un pol¨ªtico veterano, con medio siglo de trayectoria a la espalda, se enfrentaba a un showman de primera, ind¨®mito. Al verse ambos por primera vez en vivo y en directo, se abri¨® la caja de los truenos.

Biden, de 77 a?os, no es h¨¢bil en los debates, como se comprob¨® durante las primarias dem¨®cratas, y Trump, de 74, encuentra en la confrontaci¨®n y las c¨¢maras de televisi¨®n su h¨¢bitat natural. Las vociferaciones del republicano, esa misma electricidad que es capaz de mantener durante sus m¨ªtines de hora y media, contrastaban con la voz quebradiza del candidato dem¨®crata, siempre menos en¨¦rgico, pero que aguant¨® el tipo e incluso par¨® los pies al presidente en varias ocasiones.

Parec¨ªa ese estudiante delgaducho que un d¨ªa saca fuerza de dentro y planta cara al mat¨®n del instituto: ¡°?Te vas a callar, hombre?¡±; ¡°No hay quien diga una palabra con este payaso, perd¨®n, con esta persona¡±; ¡°Sigue parloteando, hombre¡±, le replic¨® en algunas interrupciones. ¡°No estoy aqu¨ª para se?alar sus mentiras, todo el mundo sabe que es un mentiroso¡±, se?al¨® cuando Trump le acus¨® de querer eliminar el sistema de seguros de salud privados, algo que es falso.

El candidato que lucha por mantenerse en el cargo suele ser quien recibe los ataques y se centra en sacar brillo a su gesti¨®n, pero la era Trump ha liquidado tambi¨¦n esta convenci¨®n. El magnate neoyorquino, acechado por las cr¨ªticas por su gesti¨®n de la crisis sanitaria, sali¨® al ataque y acus¨® al dem¨®crata de querer llevar adelante un programa electoral del gusto del senador izquierdista Bernie Sanders, excandidato de las primarias, y de ¡°la izquierda radical¡± de su partido. ¡°La cosa es que yo gan¨¦ a Bernie Sanders¡±, replic¨® Biden, para luego a?adir, en una de esas frases que se recordar¨¢n: ¡°Ahora el Partido Dem¨®crata soy yo¡±.

EE UU llegaba agitado al cara a cara: el domingo, The New York Times hab¨ªa publicado una informaci¨®n explosiva, los datos tributarios de m¨¢s de 20 a?os del republicano, que pintan el retrato de un empresario que factura dinero a espuertas, pero sufre p¨¦rdidas y apenas paga impuestos gracias a piruetas fiscales. Trump se limit¨® a negar la mayor: ¡°He pagado millones en impuestos¡±. Y Biden evit¨® lo personal y opt¨® por usar el caso del presidente como ejemplo de la necesidad del plan fiscal que ¨¦l propone y revertir¨ªa rebajas aprobadas. El vicepresidente de la era Obama (2009-2017), en general, trat¨® de mantenerse fr¨ªo ante las provocaciones de Trump. Con frecuencia reaccionaba ri¨¦ndose burlonamente.

Encuestas

En el bloque sobre las tensiones raciales, el moderador emplaz¨® a Trump a condenar a los grupos supremacistas blancos, cuya presencia en las calles se ha multiplicado. Trump evit¨® rechazarlos. ¡°Casi todo lo que veo [de violencia] es de la izquierda, no de la derecha¡±, dijo, y se dirigi¨® directamente a uno de esos movimientos: ¡°Proud Boys, retroceded y quedaos a la espera¡±.

Las encuestas de CNN y CBS nada m¨¢s terminar el debate conced¨ªan la victoria a Biden, pero no est¨¢ claro en qu¨¦ se traduce eso. Solo un 3% de electores dice que ¡°probablemente¡± el debate les ayudar¨ªa a decidir el voto, seg¨²n una encuesta reciente de la Monmouth University. Y solo hay un 5% de indecisos, seg¨²n esa universidad. Ese pu?ado de papeletas, con todo, puede resultar decisivo en los territorios bisagra y clave, como en Ohio. Para quienes se sentaron delante de la televisi¨®n a tomar una determinaci¨®n, no hubo sorpresas: cada candidato hizo de s¨ª mismo.

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