El bloqueo de Trump a Biden pone en riesgo la seguridad de EE UU

Transcurrida casi una semana desde la declaraci¨®n de Joe Biden como ganador de las elecciones en Estados Unidos, y pese a que los resultados definitivos otorgan al dem¨®crata una amplia victoria, Donald Trump sigue manteniendo la orden de que nadie de su Administraci¨®n coopere con el equipo de transici¨®n, pese a estar obligado por ley. La negativa al relevo por parte de Trump, que insiste en que ha ganado los comicios, genera riesgos de seguridad para el pa¨ªs y obliga al equipo de Biden y su vicepresidenta, Kamala Harris, a trabajar en precario en un momento sanitario crucial, con m¨¢s de 10 millones de afectados por la covid-19.

En el pa¨ªs de las siglas, cada vez un mayor n¨²mero de senadores republicanos insisten en que, al menos, Joe Biden tenga acceso al conocido como PDB (President¡¯s Daily Brief), el informe diario que cada ma?ana recibe el mandatario de Estados Unidos en el que se dibuja un mapa de las amenazas a la naci¨®n, lo que le permite elaborar planes al respecto. A estas alturas, compartir esa informaci¨®n con el presidente electo ya no es un asunto pol¨ªtico, es una cuesti¨®n de seguridad nacional. El veto republicano impide, adem¨¢s, liberar los fondos previstos para lograr un traspaso de poder ordenado (algo m¨¢s de seis millones de d¨®lares).

Ejemplos anteriores atestiguan la importancia de una transici¨®n de Gobierno adecuada para garantizar la seguridad del pa¨ªs. La Comisi¨®n que investig¨® los ataques terroristas del 11 de septiembre concluy¨® que la brevedad del relevo que se produjo en 2000, debido al recuento electoral de Florida, que a su vez retras¨® la designaci¨®n del presidente, dificult¨® la capacidad de la Administraci¨®n de George W. Bush para lidiar con los planes de Al Qaeda y reaccionar a los atentados que en 2001 cambiaron el mundo. Seg¨²n recuerda el diario The New York Times, pocos d¨ªas antes de su toma de posesi¨®n, George W. Bush confesaba a un reportero de ese peri¨®dico en su rancho de Texas el riesgo que entra?aba que los informes y las reuniones hubieran tenido que acortarse.

En opini¨®n del senador dem¨®crata Chuck Schummer, ¡°cada d¨ªa que los republicanos en el Senado consienten al presidente en su delirio de que no ha perdido las elecciones est¨¢n minando la fe en nuestra democracia, poniendo la seguridad nacional en riesgo e impidiendo que se den respuestas a la crisis econ¨®mica y de salud por el coronavirus¡±. Es de imperiosa necesidad que Biden y sus m¨¢s cercanos colaboradores tengan acceso al PDB. As¨ª lo declara la senadora republicana Susan Collins, quien considera que recibir esa informaci¨®n de inteligencia es quiz¨¢ ¡°una de las partes m¨¢s importantes de la transici¨®n¡±.

Pero se ha roto el protocolo, algo nada extra?o en la era Trump. Hace cuatro a?os, el equipo del presidente saliente Barack Obama estaba listo para entregar informes e incluso presentar simulacros de posibles crisis (lo que inclu¨ªa una pandemia de gripe). Al contrario de lo que los dem¨®cratas reclaman ahora, en 2016 los asesores de Trump no tuvieron inter¨¦s en la documentaci¨®n y en los testimonios que la Casa Blanca dem¨®crata les traspasaba.

John Kerry, secretario de Estado con Obama, nunca se reuni¨® con su sucesor, Rex Tillerson, porque sencillamente este ¨²ltimo no ve¨ªa ning¨²n aliciente en el encuentro. Michael Flynn no se sent¨® con Susan Rice, su predecesora como consejera en asuntos de seguridad nacional. Flynn fue expulsado por Trump antes de cumplir un mes en el puesto con uno de sus famosos mensajes de ¡°est¨¢s despedido¡±.

Reuniones en terrazas

En estos d¨ªas en que la pandemia impone las normas sociales y de seguridad, las m¨¢s de 500 personas que ¡ªentre asesores, expertos y antiguos miembros de pasadas administraciones¡ª componen los integrantes del equipo de transici¨®n de Biden-Harris se ven obligados a reunirse en terrazas de caf¨¦ y trabajar con aplicaciones de Internet que salvaguarden la confidencialidad de sus conversaciones, ya que la Casa Blanca de Trump les ha negado el acceso a comunicaciones seguras a trav¨¦s de canales del Departamento de Estado o de Defensa.

Los casi 78 a?os de Biden ¡ªm¨¢s de la mitad de ellos en los c¨ªrculos del poder de Washington¡ª constituyen una ventaja en esta complicada transici¨®n. El presidente electo fue durante 17 a?os presidente o miembro del Comit¨¦ del Senado de Asuntos Exteriores, lo que implica que hay pocas cosas que le puedan tomar por sorpresa. Excepto una: cuatro a?os de Administraci¨®n Trump. ¡°El verdadero riesgo es que no sabemos lo que no sabemos¡±, seg¨²n expone sin ambages un asesor de Biden citado por el Times, dadas las continuas entradas y salidas de personal en la Casa Blanca.

Para John Podesta, quien copresidi¨® el equipo de transici¨®n del presidente Obama en 2007-2008, las maniobras obstruccionistas de Trump son ¡°muy peligrosas¡±. Entre ellas, este avezado asesor cita el manejo de la pandemia y sus decenas de miles de muertos como una de las prioridades que va a tener que enfrentar la nueva administraci¨®n. Adem¨¢s, Podesta cuenta con el hecho de que los dem¨®cratas descubrir¨¢n ¡°campos de minas¡± dejados por el Gobierno saliente para los que habr¨¢ poco tiempo para reaccionar una vez est¨¦n en el poder el mediod¨ªa del 20 de enero de 2021.

Mientras que Trump sigue sin aceptar que ha sido presidente de un solo mandato, son pocos, pero cada vez m¨¢s quienes dentro de las filas republicanas piden que se reconozca la victoria de Biden. ¡°No creo que se pueda encontrar a un solo miembro del Congreso que realmente piense que existe una posibilidad de que Donald Trump sea el pr¨®ximo presidente de Estados Unidos¡±, explicaba Podesta en la radio p¨²blica. ¡°Y sin embargo le respaldan, quiz¨¢ porque le tienen miedo¡±, aventuraba el asesor, que pese a todo augura que Trump ¡°tendr¨¢ que abandonar la Casa Blanca¡±.

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