Washington, capital blindada
Un operativo de seguridad nunca visto cierra el coraz¨®n pol¨ªtico de Estados Unidos ante las amenazas de violencia por parte de grupos de extrema derecha
A casi 2.000 kil¨®metros del linde con M¨¦xico, la polic¨ªa fronteriza de Estados Unidos tiene otro muro que proteger. Son las altas vallas, de casi cuatro metros, que se han levantado en el centro de Washington rodeando el Capitolio a pocos d¨ªas de la ceremonia de investidura de Joe Biden como presidente. El coraz¨®n pol¨ªtico del pa¨ªs, la capital de la democracia m¨¢s grande de Occidente, est¨¢ blindado ante las amenazas internas de grupos de extrema derecha que amenazan con llevar a cabo actos de violencia tras el asalto al Congreso del 6 de enero. El despliegue de seguridad es algo nunca antes visto por los habitantes del Distrito de Columbia y los muchos turistas que visitan la ciudad para revivir la epopeya de los llamados padres fundadores y las libertades pilares de la cultura local.
El centro de Washington es una panoplia de agentes con varios uniformes: soldados, guardias nacionales, polic¨ªas del Capitolio, el servicio secreto y la polic¨ªa de la ciudad. M¨¢s de 25.000 miembros de la fuerza militar de reserva, m¨¢s del doble que los desplegados en investiduras pasadas, han llegado desde los Estados para la ceremonia del mi¨¦rcoles. Un enorme despliegue para una ciudad de 700.000 habitantes donde Trump es inmensamente impopular; solo obtuvo el 5,4% de los votos en noviembre. La alcaldesa, la dem¨®crata Muriel Bowser, ha dicho que esta ser¨¢ la nueva normalidad hasta por lo menos el jueves 21 de enero, una vez que se disipen las amenazas de los extremistas, a las que el FBI da credibilidad. ¡°Las tropas estadounidenses no deber¨ªan estar armadas contra sus compatriotas, pero lo que vimos fue un ataque a nuestra democracia sin precedentes¡±, afirm¨® Bowser el domingo.
¡°Es sencillamente incre¨ªble¡±, dec¨ªa Courtney, quien lleva 20 a?os viviendo aqu¨ª. Ella y su amiga Pam, de 60 a?os, nunca hab¨ªan visto nada similar. Lo de estos d¨ªas es un territorio inexplorado incluso para una ciudad acostumbrada a las visitas de Estado, las reuniones internacionales y todos los despliegues de seguridad que comportan. Ambas atravesaron los arcos detectores de metales supervisados por la polic¨ªa secreta. Fueron a tomar fotograf¨ªas para publicar en sus redes sociales y transmitir a sus amistades lo que las palabras no alcanzan a describir. ¡°Esto no es Am¨¦rica¡±, dice Pam, sorprendida por los rifles de gran potencia de los militares.
Ese es uno de los comentarios m¨¢s repetidos. Que la escena que vive el epicentro pol¨ªtico de Estados Unidos es indigna para este pa¨ªs. En la televisi¨®n, un corresponsal de una cadena nacional la ha descrito como una situaci¨®n m¨¢s propia de Oriente Pr¨®ximo. La Zona Verde de Bagdad ¡ªel entorno donde se localizan los edificios gubernamentales y las embajadas¡ª viene a la mente. As¨ª han descrito las numerosas manzanas que han quedado dentro del cerco, de casi 12 kil¨®metros cuadrados, algo m¨¢s del 6% de la superficie total de la ciudad, que impide el paso de veh¨ªculos y peatones al National Mall, la gran explanada visitada cada a?o por m¨¢s de 20 millones de personas y donde se encuentran populares atractivos tur¨ªsticos como el Memorial de Lincoln y los museos de Historia Natural y del Aire y el Espacio. Las autoridades piden a la poblaci¨®n evitar desplazarse al centro. Si alguien quiere ver las actuaciones de Lady Gaga y Jennifer Lopez el mi¨¦rcoles, que lo haga por televisi¨®n. De lo contrario ser¨¢ imposible.
Dentro del per¨ªmetro de seguridad, las puertas y ventanas de los negocios est¨¢n tapiadas, algo que ya era com¨²n desde junio tras las protestas del movimiento Black Lives Matter por la muerte de George Floyd. No hay coches estacionados en esas calles. Se han cerrado 13 estaciones de metro y las paradas de los autobuses est¨¢n desiertas. En las marquesinas de publicidad hay carteles del FBI donde pide ayuda para capturar a los insurrectos del Capitolio. Los ¨²nicos veh¨ªculos sobre el asfalto son camiones de construcci¨®n atravesados en las calles a modo de barricadas, patrullas y veh¨ªculos militares. El virus hab¨ªa vaciado las calles de Washington en 2020. Ahora es el miedo lo que provoca las im¨¢genes de la ciudad fantasma. Solo caminan dentro del per¨ªmetro los curiosos, personas sin techo y equipos de periodistas de todo el mundo que vienen a documentar lo inimaginable: el epicentro de las libertades convertido en fortaleza.
¡°Da miedo y es muy triste; lamentablemente este es el estado en que han dejado el pa¨ªs¡±, dice Erin, de 52 a?os. Es una mujer menuda y tiene el pelo largo te?ido de azul. Vive en el norte de la capital, pero camina hacia el sur como parte de su rutina para ejercitarse. Desde este lunes lo considera territorio vedado. ¡°?Para qu¨¦ arriesgarse?¡±, se pregunta. Las autoridades detuvieron el s¨¢bado a un hombre de 31 a?os que ten¨ªa 500 balas y un arma cargada que no estaba registrada. Y una mujer de Connecticut tambi¨¦n fue arrestada ese d¨ªa por la polic¨ªa del Capitolio por hacerse pasar por una agente y ¡°miembro del Gabinete¡±.
La ¨²nica zona dentro del per¨ªmetro donde no se respira la tensi¨®n es la calle 16 entre las avenidas H y K. En la rebautizada como Black Lives Matter Plaza se respira felicidad por los d¨ªas contados que le quedan a la Administraci¨®n de Trump. Ah¨ª ondean las banderas de colectivos agraviados por el republicano: una del arco¨ªris de la comunidad LGTBI, la bandera panafricana y la mexicana. Los altavoces escupen a un alto volumen FDT, del rapero californiano YG: ¡°Fuck Donald Trump!, Fuck Donald Trump!¡±.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter sobre las elecciones en Estados Unidos
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.