Los republicanos abren una brecha en el frente de apoyo de los sindicatos a Biden
El presidente de Teamsters (1,3 millones de afiliados), que ha intervenido en la convenci¨®n republicana, anuncia que su central no apoyar¨¢ a ning¨²n candidato en noviembre
La convenci¨®n nacional republicana que se celebra hasta el jueves en Milwaukee (Wisconsin) ha sido escenario de una peque?a revoluci¨®n sindical. La presencia de Sean O¡¯Brien, presidente de Teamsters (Hermandad Internacional de Camioneros, con implantaci¨®n en EE UU y Canad¨¢), en la primera jornada de la conferencia pone de relieve la importancia del voto obrero en Estados basculantes o indecisos como M¨ªchigan, Pensilvania o el propio Wisconsin. Pero su discurso, que cerr¨® la sesi¨®n del lunes, no s¨®lo hizo un feo a sus anfitriones, que le reservaron un horario estelar y el tramo m¨¢s prolongado de tiempo para su discurso. Tambi¨¦n puso nerviosos a los dem¨®cratas, que consideran tener el monopolio del respaldo sindical. En un potencial realineamiento de lealtades, O¡¯Brien, que representa a 1,3 millones de afiliados, dej¨® claro que su sindicato no apoyar¨¢ ni a Donald Trump ni a Joe Biden, al que se adhieren el resto de las grandes centrales, en noviembre. Las presidenciales se celebran, adem¨¢s, tras una etapa de huelgas y movilizaciones masivas in¨¦dita en d¨¦cadas.
Si los obreros olvidados del cintur¨®n del ¨®xido (Rust Belt) de nueve Estados del medio oeste y el este de EE UU contribuyeron a la victoria de Donald Trump en 2016, para entregarse luego a Joe Biden en 2020, la presencia del importante l¨ªder sindical marc¨® un hito el lunes, sobre todo porque el contenido de su discurso pareci¨® m¨¢s apropiado para un foro dem¨®crata o sindical. O¡¯Brien fustig¨® a las grandes empresas y a los grupos de presi¨®n de las corporaciones por ¡°librar una guerra contra los trabajadores estadounidenses¡±. Su encendido discurso fue, por decirlo de una manera clara, poco amistoso con los intereses que defienden muchos grandes donantes del Partido Republicano.
O¡¯Brien fue m¨¢s all¨¢ e hizo un llamamiento al consenso bipartidista en la reforma laboral, un atrevimiento notorio en la convenci¨®n pol¨ªtica de un partido que tradicionalmente se ha opuesto a los sindicatos. Ese desd¨¦n son¨® en sus labios como un claro reproche al partido que le hab¨ªa prestado un altavoz.
Aunque los Teamsters han respaldado anteriormente a candidatos presidenciales republicanos ¡ªy a Joe Biden en 2020¡ª, nunca antes un presidente del sindicato hab¨ªa hablado en una de sus convenciones. ¡°Es un honor ser el primer Teamster en nuestros 121 a?os de historia que se dirige a la convenci¨®n nacional republicana¡±, dijo O¡¯Brien. ¡°Hay que reformar la legislaci¨®n laboral. Los estadounidenses votan a favor de un sindicato, pero nunca consiguen un contrato sindicalizado¡±, continu¨®. ¡°Las empresas despiden a los trabajadores que intentan afiliarse a sindicatos y se escudan en leyes que pretenden protegerlos, pero que son manipuladas para beneficiar a las corporaciones. Esto es terrorismo econ¨®mico en su m¨¢xima expresi¨®n, un individuo no puede resistir semejante asalto¡±.
¡°Hay algunos en el partido que se oponen activamente a los sindicatos¡±, subray¨® O¡¯Brien. ¡°Esto tambi¨¦n debe cambiar, y quiero ser claro, a los [afiliados] Teamsters no les interesa si ustedes tienen una D [dem¨®crata], una R [republicano] o una I[independiente] junto a su nombre, queremos saber solo una cosa, ?qu¨¦ est¨¢n haciendo para ayudar a los trabajadores estadounidenses?¡±.
La poco complaciente intervenci¨®n de O¡¯Brien destaca a¨²n m¨¢s cuando casi todos los dem¨¢s grandes sindicatos, incluida la AFL-CIO, han respaldado oficialmente a Biden, que se jacta de ser el presidente m¨¢s prosindical de la historia de EE UU. O¡¯Brien se ha enfrentado a duras cr¨ªticas dentro de su organizaci¨®n por cortejar a ambos partidos: a principios de a?o don¨® 45.000 d¨®lares a los fondos de ambas convenciones. Tambi¨¦n ha solicitado un turno de palabra en la convenci¨®n nacional dem¨®crata, pero se desconoce si recibir¨¢ el pl¨¢cet tras su abierto coqueteo con los republicanos.
La brecha abierta por Teamsters en el frente sindical, en un pa¨ªs donde la afiliaci¨®n sindical roza m¨ªnimos hist¨®ricos ¡ª, por debajo del 10% de la poblaci¨®n activa¡ª parece dif¨ªcil de cerrar a menos de cuatro meses de las elecciones. Pero el hecho de que el sindicato no apoye oficialmente a ninguno de los candidatos por primera vez desde 1996, m¨¢s que un desdoro republicano, es un serio varapalo a Biden, tan necesitado de los votos de esa masa de trabajadores blue collar (obreros) como su rival republicano.
La intervenci¨®n de O¡¯Brien se produjo en la jornada dedicada a presentar el programa econ¨®mico republicano, que, como el resto de temas que se debatir¨¢n en la convenci¨®n (inmigraci¨®n, este martes; seguridad, etc¨¦tera), mezcla verdades, medias verdades y falsedades. Los republicanos echan la culpa de la inflaci¨®n a Joe Biden, pero prefieren soslayar la fortaleza del mercado laboral y el crecimiento pujante y sostenido de la econom¨ªa a medida que se recuperaba de la pandemia y los problemas de suministro que siguieron. El argumento es un mensaje clave para los votantes que pueden tener dudas sobre la ¨¦tica de Trump, pero a¨²n conf¨ªan en su juicio econ¨®mico y, sobre todo, en su desempe?o durante su presidencia (2017-2021), en un contexto radicalmente distinto al actual.
El objetivo del programa econ¨®mico, redactado en t¨¦rminos muy vagos, con puntos como ¡°acabar con la inflaci¨®n y hacer que EE UU sea de nuevo asequible¡±, sin m¨¢s, pretende servir tambi¨¦n de bander¨ªn de enganche para votantes de todas las convicciones, republicanos confesos pero tambi¨¦n independientes e indecisos, que compartan la frustraci¨®n por los altos previos, apenas si contenidos por la bajada del IPC hasta el 3% el ¨²ltimo mes. Sin embargo, pese a la preocupaci¨®n por la econom¨ªa, y al sentimiento popular, muy generalizado, de que la situaci¨®n no ha mejorado como aseguran los indicadores, la intervenci¨®n de O¡¯Brien no registr¨® los mayores aplausos de la noche, sino los discursos que arremetieron contra los derechos trans. Pese a la llamada a la moderaci¨®n de Trump, las guerras culturales no dan se?al de amainar.
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