C¨®mo abordar la educaci¨®n de nuestros hijos con mentalidad de crecimiento
Estos d¨ªas de principio de curso he vivido con tristeza el rechazo que se ha producido en algunos entornos a la creaci¨®n de grupos mixtos o grupos internivel
Llevaba varios d¨ªas pensando en escribir este art¨ªculo, en el que reflexiono sobre c¨®mo los padres y las madres somos a veces entorpecedores, en vez de facilitadores, de cambios que afectan a la educaci¨®n de nuestros hijos. Para la mayor¨ªa de nosotros su correcta educaci¨®n es nuestra prioridad n¨²mero uno. Tan prioritaria es que no nos gusta que se experimente con ella. A veces, consideramos experimento cualquier innovaci¨®n que rompa el molde del esquema con el que hemos aprendido nosotros mismos y nos hemos educado. Y sin tener siquiera una base para evaluarla objetivamente, decididamente nos ...
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Llevaba varios d¨ªas pensando en escribir este art¨ªculo, en el que reflexiono sobre c¨®mo los padres y las madres somos a veces entorpecedores, en vez de facilitadores, de cambios que afectan a la educaci¨®n de nuestros hijos. Para la mayor¨ªa de nosotros su correcta educaci¨®n es nuestra prioridad n¨²mero uno. Tan prioritaria es que no nos gusta que se experimente con ella. A veces, consideramos experimento cualquier innovaci¨®n que rompa el molde del esquema con el que hemos aprendido nosotros mismos y nos hemos educado. Y sin tener siquiera una base para evaluarla objetivamente, decididamente nos sentimos legitimados a rechazarla.
Cuando nos oponemos a algunos cambios, en cierto sentido tambi¨¦n podemos entorpecer la atenci¨®n a la diversidad y la mejora de la convivencia. Con atenci¨®n a la diversidad me refiero a todo lo que, como parte de la comunidad educativa que somos, podemos hacer para que cualquier ni?o o ni?a, independientemente de sus capacidades, su g¨¦nero, su raza, su religi¨®n, sus dificultades o su entorno familiar, progresen en su educaci¨®n e inclusi¨®n social. Ni que decir tiene que me parece muy importante que la educaci¨®n de nuestros hijos avance hacia la tolerancia y el respeto de todos, hacia la colaboraci¨®n y sobre todo a evitar la exclusi¨®n de ese porcentaje, demasiado elevado a¨²n, de estudiantes que abandonan sus estudios sin saber a qu¨¦ se quieren dedicar y sin expectativas en ellos mismos.
Estaba pensando en c¨®mo escribir y justificar este art¨ªculo, cuando de repente he encontrado la explicaci¨®n y en parte la soluci¨®n a este hecho. Carol Dweck, investigadora estadounidense en el campo de la motivaci¨®n, ha acu?ado el concepto de mentalidad de crecimiento, un concepto que explica por qu¨¦ podemos llegar a entorpecer en vez de a facilitar cambios en la educaci¨®n. Un concepto que tambi¨¦n explica por qu¨¦ muchos estudiantes fracasan, o m¨¢s bien por qu¨¦ fracasamos como educadores, al fin y al cabo.
La mentalidad de crecimiento o el autoconvencimiento de que puedes mejorar deja un margen para seguir aprendiendo, desde la aceptaci¨®n de que tus capacidades no son fijas. Quien tiene esta mentalidad, entiende que hay que enfocar los resultados hacia lo que a¨²n se puede lograr, y no hacia lo que no vas a lograr nunca. La visi¨®n del error y el fallo como un fracaso, err¨®neamente achacable a las escasas capacidades de un alumno, cortan de cuajo cualquier posibilidad de mejora. Los errores, para las personas con mentalidad de crecimiento, son sin embargo oportunidades para seguir aprendiendo y mejorando. Son una se?al de que no se ha llegado todav¨ªa a un punto concreto en la curva de aprendizaje. No de que no se vaya a llegar nunca.
Cuando los padres y los profesores entienden que salir de su propia zona de confort y abrazar cambios con una perspectiva de mejora produce un efecto positivo trasladable hacia sus hijos y estudiantes, inmediatamente las expectativas en los ni?os y ni?as aumentan. Que un alumno no haya conseguido algo a¨²n no quiere decir que no lo vaya a conseguir nunca. Es lo que Dweck denomina ¡°el poder del todav¨ªa¡± (the power of yet). ¡°Todav¨ªa¡± es una palabra que deja margen para mejorar, que pone el foco en lo que queda por hacer o por aprender. ¡°Todav¨ªa¡± es una palabra llena de esperanza y expectativas. Tener altas expectativas en nuestros hijos o en nuestros alumnos tiene un efecto empoderador demostrado y perdurable en el tiempo.
Si los que estamos dedicados a la tarea de educar no hacemos propia esa mentalidad de crecimiento, autom¨¢ticamente trasladamos a nuestros peque?os un sentimiento derrotista. Pero si aceptamos que hay oportunidades de aprender, de crecer y mejorar en aquello que puede parecer un problema o una amenaza, aumentaremos las expectativas en nuestros ni?os y les abriremos un abanico de oportunidades. Entender que todav¨ªa queda camino por recorrer y no darse ni permitir que se den por vencidos es tambi¨¦n trasmitir y favorecer la resiliencia.
As¨ª, volviendo a la idea original, a esa reflexi¨®n acerca de si somos padres que entorpecen o que facilitan los cambios, si somos padres que vemos oportunidades donde otros ven amenazas, creo que todo depender¨¢ de nuestra mentalidad. Si tenemos una mentalidad de crecimiento, podremos ver que hay cambios que son oportunidades de mejora y de aprendizaje. En estos tiempos revueltos, en los que la educaci¨®n se vio interrumpida durante un trimestre, en el que la educaci¨®n a distancia es una opci¨®n que no sirve para todos, es importante actuar con mentalidad de crecimiento.
La buena noticia es que el cambio de mentalidad es posible, tal vez necesitemos un motivo que lo dispare, pero sin duda se puede. El motivo puede ser personal, porque tus propios hijos est¨¦n experimentando los efectos nocivos de la mentalidad fija, la falta de expectativas y la percepci¨®n del fallo como fracaso ineludible e inmutable. Es posible que te hayas dado cuenta de que no consigues nada cuando solo te quedas con la foto fija en vez de apreciar el progreso y alentar a tus hijos a no desesperar y a seguir perseverando. O puede haber otro disparador, pero necesitamos m¨¢s personas que piensen desde la perspectiva de la mejora para avanzar hacia un sistema educativo m¨¢s justo y que no abandone a nadie.
Estos d¨ªas de principio de curso he vivido con tristeza el rechazo que se ha producido en algunos entornos a la creaci¨®n de grupos mixtos o grupos internivel. Nos hemos cre¨ªdo durante a?os que estar en el mismo curso garantizaba que todos los ni?os ten¨ªan el mismo nivel. Nos hemos olvidado de que algunos pasan de curso con asignaturas suspensas, de que algunos aprueban a duras penas, de que algunos tienen dificultades para seguir el ritmo de las clases, mientras otros se aburren soberanamente o sienten que pierden el tiempo en un sistema que no les deja avanzar m¨¢s r¨¢pido. Si teniendo esto en cuenta podemos afirmar que todos los alumnos de un grupo tienen el mismo nivel creo que estamos ciegos.
La mentalidad fija de algunas familias, el miedo a que sus hijos se vean perjudicados por esta medida, ha impedido a algunos padres y madres ver la oportunidad que s¨ª han visto aquellos maestros que entienden estos grupos como un motivo para poner en marcha proyectos colaborativos entre alumnos de distintos niveles. Tal vez sea rizar un poco m¨¢s el rizo, tal vez a?ada una complejidad adicional a lo que ya ocurre en cualquier aula con diversidad de alumnado y por tanto de niveles. Pero es una oportunidad para aprender a atenderlos a todos. Es una oportunidad para ganar experiencia y para cambiar el concepto de aquellos que creen que un ni?o con un nivel m¨¢s bajo es una amenaza para el ¨¦xito de su hijo.
Los ritmos diferentes y los niveles diferentes no son una amenaza si se gestionan desde el convencimiento de que hay que dar y exigir a cada uno seg¨²n su curva de aprendizaje y siempre alabando su progreso y su esfuerzo. El suyo propio, personal e individual. En este sentido, se puede organizar el proceso de ense?anza-aprendizaje desde una perspectiva multinivel y la evaluaci¨®n atendiendo a procesos cognitivos de orden de complejidad diferente. No es lo mismo evaluar qu¨¦ recuerdan los alumnos (recordar es un proceso cognitivo de orden inferior) que plantear una evaluaci¨®n desde la creaci¨®n de su propio entregable (crear es un proceso cognitivo de orden superior).
Necesitamos padres y madres que no entorpezcan los cambios y que apoyen a maestros y maestras con mentalidad de crecimiento contagi¨¢ndose ellos mismos de ese cambio de paradigma. Debemos favorecer que nuestro sistema educativo avance en todo aquello que nos lleve a aceptar la diversidad, y en definitiva a adoptar medidas que favorezcan la personalizaci¨®n del aprendizaje y la inclusi¨®n. Dec¨ªa Salman Khan, impulsor de la Khan Academy, que los ni?os deb¨ªan tener la oportunidad de alcanzar el 100% del objetivo marcado en cada ¨¢mbito de conocimiento o asignatura. A?ad¨ªa que no nos deb¨ªamos conformar con que sigan adelante con la mitad de los conocimientos. Al fin y al cabo, estaba defendiendo el ¡°poder del todav¨ªa¡± y pidiendo que se les d¨¦ margen para mejorar y progresar, margen para llegar a lo m¨¢s alto de la curva de aprendizaje.
*Eva Bail¨¦n es ingeniera en Telecomunicaciones y autora del blog todoeldiaconectados.com sobre nuevas tecnolog¨ªas para ni?os. Inici¨® la campa?a de Change.org ¡°por unos deberes escolares justos¡±. Ahora es diputada en la Asamblea de Madrid y portavoz de Educaci¨®n de Ciudadanos.
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