Es el momento de despertar vocaciones cient¨ªficas entre los m¨¢s peque?os de la casa
La conexi¨®n entre cient¨ªficos y centros escolares deber¨ªa ser fluida y continua para dotar a la poblaci¨®n de rigor y sentido cr¨ªtico
Hace unos d¨ªas, mientras manten¨ªa una video llamada con unos amigos, su hija peque?a nos hac¨ªa re¨ªr diciendo ¡°Soy Coronavirus, voy a infectaros a todos¡±, como si de un villano se tratara. Me pareci¨® muy graciosa y ocurrente. Unas horas m¨¢s tarde, cuando chateaba con mi compa?era Noelia, entend¨ª por qu¨¦ la hija de mis amigos hac¨ªa esto.
Noelia es cient¨ªfica, concretamente especializada en microorganismos pat¨®genos, y ese mismo d¨ªa le coment¨¦ que estoy un poco cansada de que la gente diga que esto, todo lo que estamos viviendo, es como una guerra. Y estoy cansada porque lo que est¨¢ ocurriendo tiene nombre: es una pandemia. Est¨¢ bien que, en un primer momento, para asimilar la situaci¨®n e identificarla con algo tal vez m¨¢s conocido, digamos que es como una guerra. Pero lo cierto es que la mayor¨ªa de nosotros no tenemos tampoco referentes propios al respecto, salvo lo que nos hayan contado nuestros abuelos. As¨ª que me pregunto ?por qu¨¦ no nos preocupamos de entender bien, desde un punto de vista cient¨ªfico, lo que est¨¢ ocurriendo? ?Por qu¨¦ no llamar a las cosas por su nombre?
En realidad, lo que sucede es que, como explica muy bien Noelia en los siguientes p¨¢rrafos, estamos humanizando al virus. La hija de mis amigos tambi¨¦n lo hace, lo cual es comprensible en una ni?a, pero los adultos deber¨ªamos ser capaces de abordar la situaci¨®n con un poquito m¨¢s de rigurosidad y de paso, pedagog¨ªa. Si lo pensamos fr¨ªamente, esta pandemia es una oportunidad ¨²nica para darle un empuj¨®n a nuestros conocimientos en ciencia y a la vez, despertar la vocaci¨®n cient¨ªfica entre los m¨¢s peque?os de la casa.
Estos d¨ªas no deber¨ªamos escatimar a la hora de responder las preguntas de los ni?os, que, por otra parte, son tambi¨¦n las que nos hacemos muchos adultos: ?Qu¨¦ es una pandemia? ?Ha habido pandemias antes? ?Por qu¨¦ ha aparecido este nuevo virus? ?Lo han creado en un laboratorio? Veamos qu¨¦ nos cuenta la experta.
Las respuestas a todas esas preguntas b¨¢sicas deber¨ªan ser idealmente conocidas por todos, para que pudi¨¦semos explic¨¢rselo todo de forma sencilla a los ni?os. Las pandemias son enfermedades de origen infeccioso que afectan al conjunto de la poblaci¨®n mundial sin respetar fronteras. No es esta la primera vez que la humanidad se ha enfrentado a pandemias devastadoras, ni ser¨¢ la ¨²ltima, a no ser que aprendamos de los errores y le demos m¨¢s protagonismo a las ¨²nicas herramientas ¨²tiles para prevenir y solventar estos desaf¨ªos: las herramientas cient¨ªficas.
Otras pandemias vividas por la humanidad anteriormente han sido la peste negra (causada por la bacteria Yersinia pestis), que asol¨® Europa en el siglo XIV; la gripe espa?ola (causada por un influenzavirus A, del subtipo H1N1), que acab¨® con la vida de entre 40 y 100 millones de personas hace 100 a?os; o el SIDA (causado por el VIH, un lentivirus de la familia Retroviridae), que apareci¨® en los a?os 80 del pasado siglo y se ha llevado a 40 millones personas.
Incluso los coronavirus ya hab¨ªan estado dando avisos de su potencial virulento. Muchos recordaremos las epidemias de SARS (s¨ªndrome respiratorio agudo y grave) en el 2003 y MERS (s¨ªndrome respiratorio de Oriente Medio) en el 2012, causadas precisamente por este tipo de virus. Sin embargo, la gravedad de lo vivido con anterioridad siempre se diluye con el paso del tiempo. La memoria social colectiva es muy d¨¦bil y la falta de una cultura cient¨ªfica s¨®lida, junto con el miedo, hace que nos olvidemos de lo ocurrido a la vez que aparecen bulos que son aceptados por millones de personas.
Por ejemplo, algunos de esos bulos dicen que el virus ha sido creado en un laboratorio, que puede tener relaci¨®n con la tecnolog¨ªa 5G, o que se puede prevenir el contagio si se hacen g¨¢rgaras con sal o bicarbonato. Esas teor¨ªas conspiratorias tienen muy f¨¢cil desmantelamiento si se poseen conocimientos cient¨ªficos b¨¢sicos, que todos los ciudadanos deber¨ªamos tener para nuestra propia protecci¨®n, tanto individual como colectiva. Al igual que nadie duda de que leer y hacer operaciones matem¨¢ticas sencillas son conocimientos imprescindibles, tenemos que plantearnos seriamente que las competencias cient¨ªficas b¨¢sicas deben ser conocidas y compartidas por todos y cada uno de nosotros. De hecho, el m¨¦todo cient¨ªfico, cuyo contenido est¨¢ presente en el curr¨ªculo educativo, es decir, la capacidad de contrastar diferentes hip¨®tesis para construir un razonamiento l¨®gico y cr¨ªtico basado en evidencias, es el mejor regalo que podemos conceder a los ni?os para su correcta madurez e independencia intelectual dada su aplicaci¨®n a cualquier ¨¢mbito de la vida.
Es cierto que algunos conceptos cient¨ªficos pueden ser de dif¨ªcil compresi¨®n para los m¨¢s peque?os. Sin embargo, por mi experiencia como voluntaria en varios colegios, los conceptos fundamentales son entendidos sin problema por todos los alumnos, incluso en la etapa de educaci¨®n infantil. Por el bien de todos, la conexi¨®n entre cient¨ªficos y centros escolares deber¨ªa ser fluida y continua para dotar a la poblaci¨®n de rigor y sentido cr¨ªtico, los cuales ha quedado demostrado que son m¨¢s que necesarios siempre, pero particularmente en situaciones como la actual. Con los conocimientos necesarios, nadie, ni los ni?os, sentir¨ªa la necesidad de decir el ¡°maldito tsunami¡±, ¡°la maldita radiaci¨®n nuclear¡± o ¡°el maldito terremoto¡±. Si queremos hablar de t¨² a t¨² con el virus no deber¨ªamos humanizarlo, sino, m¨¢s bien animalizarnos nosotros. Es decir, ser conscientes de nuestra naturaleza biol¨®gica dentro de la biosfera, de la que no podemos estar al margen, independientemente de nuestra esencia humana. Aunque lo creamos, no estamos por encima del resto de seres vivos.
Continuando con la comparativa b¨¦lica, es cierto que las pandemias y las guerras comparten varias cosas: hist¨®ricamente han definido el destino de las sociedades, saturan los servicios m¨¦dicos y producen miles de fallecidos directa e indirectamente, y son causa de un desplome econ¨®mico abrupto y profundo que continua durante un tiempo posterior m¨¢s o menos prolongado. Sin embargo, la diferencia entre guerra y pandemia es tan grande que es nuestro deber no confundirlos. En una guerra hay dos bandos, pero aqu¨ª no existe un enemigo, puesto que no existe una intencionalidad como tal de producir da?o por parte del microsc¨®pico bando contrario.
No deber¨ªamos hablar de un ¡°bichito malo¡±, si acaso de un ¡°bichito¡±. Por tanto, ni podemos ni debemos volcar nuestra rabia y odio contra el ¡°enemigo¡± invisible. Se trata pues de una lucha com¨²n, pero en ning¨²n caso es una guerra. Es cierto que imaginar que somos soldados y combatimos al enemigo con armas puede molar mucho, pero ser cient¨ªfico y vencer al virus con rigor y ciencia, definitivamente, mola m¨¢s. Mientras tanto, sigamos aprendiendo y siendo responsables. No permitamos que el villano Coronavirus nos infecte a todos. Ya sabemos que es un virus sin m¨¢s y que el contagio se previene con unas medidas de higiene muy concretas, que para nada podr¨ªan considerarse b¨¦licas.
Eva Bail¨¦n es diputada en la Asamblea de Madrid y portavoz de Educaci¨®n de Ciudadanos y Noelia L¨®pez Montero, es tambi¨¦n diputada y portavoz de Ciencia, Innovaci¨®n y Universidades.
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