No permitas que TikTok te sustituya como padre
Con la pandemia, el confinamiento, y las limitaciones a la actividad social presencial, es comprensible que todos, y en especial los j¨®venes, hayan hecho un uso mayor de las redes sociales
Con la pandemia, el confinamiento, y las limitaciones a la actividad social presencial, es comprensible que todos, y en especial los j¨®venes, hayan hecho un uso mayor de las redes sociales. Es curioso c¨®mo ciertas apps enganchan a los menores, e incluso les sirven para estar informados, mientras que los medios de comunicaci¨®n profesionales que gozan de rigor lo tienen m¨¢s dif¨ªcil para llegar a este sector de la poblaci¨®n. Algunas de esas redes sociales son tan adictivas y novedosas que merece la pena observarlas con cuidado.
Hab¨ªa una m¨¢xima de seguridad que se impuso al surgir internet y los chats que cada vez es m¨¢s dif¨ªcil de mantener. Desde que aparecieron los primeros foros y p¨¢ginas en las que se pod¨ªa chatear con alguien, y despu¨¦s las primeras redes sociales, los adultos impon¨ªamos a los adolescentes la regla de no aceptar amigos virtuales que no conocieran en persona, y, por tanto, nunca quedar presencialmente o entablar una amistad real con alguien que solo conocieran por internet.
Pero los nuevos conceptos de redes sociales en los que los usuarios visualizan contenidos de personas que no necesitan seguir, bas¨¢ndose en sus preferencias, en lo que les gusta, o lo que los algoritmos de inteligencia artificial van aprendiendo sobre ellos, rompen aquella m¨¢xima de no seguir a desconocidos. Y no puedo dejar de pensar en TikTok cuando me refiero a este tipo de apps. Es cierto que otras, como Pinterest, utilizan algoritmos parecidos, pero no tiene nada que ver el tipo de contenidos que se comparten en ambas redes.
TikTok apareci¨® en las vidas de muchos de nuestros menores tras la absorci¨®n de la exitosa app Musical.ly, la cual estaba muy extendida sobre todo entre las ni?as. Gracias a esta app, sus usuarios llegaban a asemejarse a estrellas del pop creando sus propios videos musicales, a veces tan desprovistos de ropa y sexualizados como algunos artistas famosos.
Tengo que reconocer que al principio Musical.ly no me disgustaba, porque promov¨ªa en cierto modo la m¨²sica, el baile y una cierta actividad creativa y f¨ªsica, hasta que algunas ni?as que conozco difundieron sus grabaciones fumando y ense?ando m¨¢s de lo que tapaban. Entonces me dej¨® de gustar. Algo diferente es Instagram. Al menos en esta red social, si quieren, pueden controlar a quien siguen, para despu¨¦s, eso s¨ª, acabar ligando, pidi¨¦ndose ¡°l¨ªo o rela¡± y jugando a ¡°. y opino¡± o ¡°. y digo si me l¨ªo¡±.
Con ese otro concepto de red social, los chicos ya no deciden a qu¨¦ se exponen. Otros lo hacen por ellos, lo cual es claramente una p¨¦rdida de control adicional. El efecto es el contrario a ese seguimiento de amigos reales del que hablaba antes, porque se propicia conocer a gente nueva. En realidad, solo tienen que lanzar la app para que les salte delante de sus ojos un v¨ªdeo en el que aparece un extra?o.
Cuando d¨ªa tras d¨ªa les aparecen las mismas caras, los mismos chicos y chicas en sus pantallas, llega un momento en que dejan de percibirlos como desconocidos. As¨ª, no resulta dif¨ªcil hacer amistad o intimar con ellos para acabar en una videollamada por WhatsApp o quedando en un centro comercial. Se rompe de esta manera aquella m¨¢xima de seguridad que reg¨ªa y que nos ayudaba a concienciar a nuestros hijos de no quedar f¨ªsicamente con extra?os.
Y al d¨ªa siguiente les volver¨¢ a aparecer ese ya no tan desconocido, y seguir¨¢ ah¨ª d¨ªa tras d¨ªa, hasta que se conviertan en alguien familiar, o incluso, un referente. Si adem¨¢s el individuo en cuesti¨®n es Torbe, el actor porno al que se le atribuyen varios delitos contra menores, todo se torna sumamente desagradable. Este tipo no solo crea sus propios videos, contando sus historias, sino que tambi¨¦n crea d¨²os (v¨ªdeos paralelos a los de otros usuarios) de v¨ªdeos de adolescentes a los que ridiculiza. No es, desde luego, el referente que deber¨ªan tener nuestros j¨®venes.
Tambi¨¦n se pueden encontrar videos de chicos o chicas, de la misma edad que nuestros hijos, transmitiendo mensajes machistas, que apestan a transfobia, homofobia, o a propaganda populista y retr¨®grada. Lo que raramente se conseguir¨ªa que los adolescentes escucharan viniendo de un adulto, se logra que lo compren de cabo a rabo cuando quien se lo cuenta es un tiktoker, un adolescente como ellos que ha conseguido convertirse en referente. Por lo que he podido observar, no es dif¨ªcil que se expongan a contenidos que les inculcan ideas incorrectas sobre el feminismo, la sexualidad, o incluso el franquismo.
Pero, ni que decir tiene que las redes sociales no son el lugar en el que nuestros hijos tienen que formarse una opini¨®n sobre temas tan importantes. Creo que es dif¨ªcil que a esas edades est¨¦n preparados para analizar cr¨ªticamente lo que les cuentan en un v¨ªdeo. En realidad, no son conscientes de c¨®mo algunos contenidos est¨¢n moldeando sus opiniones. Y esto no ocurre por casualidad. Recibir informaci¨®n que no buscan, proveniente de un tiktoker es una estrategia muy pensada y utilizada por ciertos grupos de inter¨¦s.
En las ¨²ltimas semanas, TikTok ha pasado a formar parte de la guerra comercial entre EE. UU. y China. Las razones del gobierno de Trump para prohibir la app no se basan desde luego en su necesidad de proteger a los menores, lo cual s¨ª que nos deber¨ªa preocupar a los progenitores. En esta red social, adem¨¢s de los videos musicales heredados de Musical.ly que evidentemente todav¨ªa abundan, se cuelan otros contenidos menos desinteresados. Nuestros menores se ven f¨¢cilmente expuestos a im¨¢genes que transmiten mensajes que les polarizan, les crean una opini¨®n radical, influyen sobre ellos e incluso los informan err¨®neamente y educan en contra de lo que hayan aprendido en casa o en el colegio.
Esta no es la manera en la que se deben educar nuestros j¨®venes si queremos que sean ciudadanos comprometidos por mejorar la sociedad en la que viven. Por eso, si se topan con ese tipo de v¨ªdeos, debemos hacerles reflexionar sobre lo que est¨¢n viendo y escuchando, para que se formen opiniones respetuosas, fundamentadas y realistas. Fomentar en ellos la responsabilidad social, el sentido de la iniciativa y el pensamiento cr¨ªtico es la mejor estrategia que podemos usar. Adem¨¢s de por supuesto, tratar de que no pasen demasiadas horas enganchados al m¨®vil. No podemos permitir que TikTok nos sustituya, ni que reemplace la buena educaci¨®n que padres y docentes nos esforzamos en proporcionar a nuestros j¨®venes.
*Eva Bail¨¦n es ingeniera en Telecomunicaciones y autora del blog todoeldiaconectados.com sobre nuevas tecnolog¨ªas para ni?os. Inici¨® la campa?a de Change.org "por unos deberes escolares justos". Ahora es diputada en la Asamblea de Madrid y portavoz de Educaci¨®n de Ciudadanos.
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