El error de asociar a los ni?os superdotados con el alto rendimiento escolar
De todas las falsas creencias difundidas sobre las altas capacidades, que son muchas, la m¨¢s da?ina es aquella que asocia las altas capacidades con el alto rendimiento
De todos los mitos difundidos y tr¨¢gicamente interiorizados acerca de las altas capacidades, que son muchos y muy generalizados, creo que el m¨¢s da?ino es aquel que asocia la sobredotaci¨®n con el alto rendimiento, traducido en calificaciones excelentes, es decir, con el alumno brillante.
Si bien es verdad que hay un porcentaje de ni?os y ni?as con altas capacidades que tienen un alto rendimiento acad¨¦mico, hay muchos, much¨ªsimos que no. Este colectivo que no se adapta a las demandas de la escuela basada en aprendizajes creados para la media de la poblaci¨®n desde el punto de vista de inteligencia, tiene rendimientos mediocres e incluso fracaso escolar. Entonces, los profesores y algunos orientadores no solo no les detectan, sino que adem¨¢s tienden a cuestionar las valoraciones hechas por profesionales privados.
El fracaso escolar no es solo suspender
El fracaso escolar no es solamente suspender asignaturas, o el abandono de los estudios, tambi¨¦n es que alumno rinda muy por debajo de sus capacidades.
Normalmente, el alumno brillante suele ser un talento acad¨¦mico, no un superdotado. Este ¨²ltimo suele tener una forma de aprender que en ning¨²n caso se parece a la del alumno medio. Gracias a la investigaci¨®n y a las modernas t¨¦cnicas de neuroimagen, sabemos que el cerebro del ni?o con altas capacidades es diferente en morfolog¨ªa y funcionalidad, respecto al cerebro del ni?o normot¨ªpico. Entonces, no es tan dif¨ªcil entender que un cerebro que es diferente aprende tambi¨¦n diferente.
La investigaci¨®n realizada por el Instituto Nacional de Salud Mental de EE UU y de McGill University de Montreal mediante resonancia magn¨¦tica a 307 ni?os y publicada posteriormente en la Revista Nature puso de manifiesto el desarrollo diferente, as¨ª como una configuraci¨®n morfol¨®gica final del cerebro de las personas superdotadas:
- Distinto grosor de la corteza cerebral que permite desarrollar una red de circuitos neuronales de pensamiento de alto nivel.
- R¨¢pida reducci¨®n cortical a partir de los 12 o 13 a?os que se traduce en una superior plasticidad que el de los ni?os con inteligencia promedio.
- El c¨®rtex de las personas superdotadas tiene un grosor menor.
- Diferente seccionado de conexiones neurales redundantes.
Por tanto, numerosos autores reflejan que a partir de la certeza de estos hallazgos se puede concluir que ¡°los ni?os superdotados piensan y sienten de forma distinta de los dem¨¢s¡± (Acereda); ¡° las personas intelectualmente superdotadas piensan de una manera diferente de la mayor¨ªa de la gente¡± (Yolanda de Benito); y por ¨²ltimo Stenberg y Davidson llegaron a la conclusi¨®n de que ¡°los ni?os superdotados utilizan formas diferentes de resoluci¨®n de los problemas y tienen formas diferentes de aprendizaje¡±. La met¨¢fora planteada en la Teor¨ªa Emergente de la Inteligencia es por s¨ª misma explicativa: ¡°De la misma manera que el agua cambia de propiedades al llegar a determinado grado de temperatura, la inteligencia humana puede cambiar de propiedades cuando llega a un nivel cr¨ªtico¡±.
Adaptaci¨®n del superdotado a los m¨¦todos de aprendizaje
Entonces, la pregunta que hay que hacerse no es c¨®mo hacer para que el superdotado se adapte a los m¨¦todos de aprendizaje que la escuela ha dise?ado para los ni?os que se encuentra en la media desde el punto de vista de potencial cognitivo, sino entender c¨®mo aprende el cerebro del ni?o excepcionalmente dotado y ofrecer una respuesta acad¨¦mica acorde con su demanda. Si las diferentes leyes sobre educaci¨®n en Espa?a defienden la atenci¨®n a la diversidad y son te¨®ricamente garantes de la atenci¨®n a esta, entonces el ni?o o la ni?a con Altas Capacidades, tiene leg¨ªtimo derecho a ser atendido en su diferencia, sea esta cual sea.
Es decir, no es el ni?o el que debe adaptarse al sistema, sino al contrario. Es f¨¢cil comprender que no le podemos pedir al ni?o con un retraso en el desarrollo que alcance est¨¢ndares de normalidad o que aprenda al mismo ritmo y manera que los no afectados por ning¨²n retraso, tampoco se lo podemos pedir al superdotado.
Al ni?o superdotado, aprender le produce un placer intelectual muy potente, entonces, si esto no ocurre es porque algo no se est¨¢ haciendo bien.
Entonces, ?de qu¨¦ manera aprende el ni?o o ni?a con altas capacidades? La respuesta es ¡°de forma autorregulada con saltos intuitivos¡± (UNED. Primer congreso internacional de estilos de aprendizaje).
La forma general de aprender, la de la poblaci¨®n normot¨ªpica, se da en dos tiempos: primero se ¡°comprende¡± y despu¨¦s se ¡°aprende¡±. Aquello que no se comprende no produce aprendizaje a largo plazo, solo v¨®mitos memor¨ªsticos para superar un examen. Para el alumno superdotado, comprender y aprender pueden darse, de forma paralela, cuando se dan las condiciones adecuadas, que b¨¢sicamente son que el ni?o con alta capacidad hay finalizado el proceso entendimiento-aprendizaje mediante su descubrimiento personal, investigando, a trav¨¦s del aprendizaje autorregulado y que no se le someta a la repetici¨®n.
Cuando la informaci¨®n ya es redundante para ellos, se desconectan. Y entonces el docente interpreta que est¨¢ ausente o distra¨ªdo (que lo est¨¢), pero es un mecanismo de defensa para no caer en el tedio y doloroso aburrimiento que les produce la repetici¨®n cuando el aprendizaje ya se ha producido. Entonces, ya no hay est¨ªmulo, no hay reto, no hay nada que hacer. El riesgo es el rechazo y la fobia al colegio, pudiendo desembocar en trastornos tales como el S¨ªndrome de Disincron¨ªa Escolar, donde entra en confrontaci¨®n su necesidad cognitiva con el contexto escolar, que le exige una desaceleraci¨®n de la que no es capaz y el S¨ªndrome de Difusi¨®n de la Identidad, que le hace sentirse y verse como un ¡°raro¡±, fragmentando autoestima y generando un autoconcepto distorsionado que nada tiene que ver con la realidad de su potencial.
Ergo, otra de las condiciones ineludibles en cualquier adaptaci¨®n metodol¨®gica para un alumno con alta capacidad es la eliminaci¨®n de los contenidos repetitivos. De forma sint¨¦tica y en l¨ªneas generales el estilo de aprendizaje com¨²n de los ni?os y ni?as superdotados est¨¢ centrado en el aprendizaje autorregulado, es decir: descubridor aut¨®nomo, personal y generador de nuevas formas de pensamiento.
Es imprescindible conocer sus intereses y tratar de aunarlos con los contenidos curriculares necesarios para su curso acad¨¦mico, ayudarles a planificar (suelen ser ca¨®ticos e impulsivos) el material, el tiempo, etc. La flexibilidad a la hora de permitir la forma o t¨¦cnica con la que quieren llevar a cabo la tarea, la duraci¨®n o profundidad de esta, ayudarle a conectar los aprendizajes con la vida real y las relaciones entre las asignaturas, cuya segmentaci¨®n en compartimentos estancos, no favorece la visi¨®n global del aprendizaje del ni?o superdotado.
Desde este lugar, el rol del docente se transforma en gu¨ªa, en orientador y acompa?ante, cuya funci¨®n principal es la de estimular permanentemente al alumno, desde el reto, no desde la presi¨®n y el chantaje a trav¨¦s de las calificaciones. Y, m¨¢s all¨¢ de entender que su manera de aprender requiere formas diferentes de las que ofrece la escuela convencional, lo que es esencial es atender la demanda afectivo-emocional del ni?o o ni?a con altas capacidades, piedra angular del ajuste o no, del superdotado.
Sin ajuste emocional no hay rendimiento intelectual: ¡°Los aspectos emocionales de los estudiantes modulan su aprendizaje favoreci¨¦ndolo o dificult¨¢ndolo, donde el autoconcepto afecta significativamente al rendimiento. (Herrera, Ram¨ªrez y Rosa, 2004). Desde esta premisa, la primera y urgente obligaci¨®n del docente que tiene en su aula a un alumno con esta condici¨®n es la de saber vincularse a ¨¦l. Establecer un v¨ªnculo emocional entre ambos donde el ni?o o ni?a se sienta aceptado, comprendido, reconocido y valorado.
Aquella frase de ¡°le bajo la nota porque s¨¦ que puede dar m¨¢s¡±, o ¡°no le recompenso para que no se vuelva un soberbio¡±, no pueden ser m¨¢s caducas y contraproducentes, en este alumnado en particular, y en el resto de ni?os y ni?as en general. Es necesario dar respuesta a las necesidades tanto educativas como emocionales de estos menores, puesto que tienen este leg¨ªtimo derecho y porque los adultos, padres, madres, educadores¡ somos los garantes de su felicidad.
*Olga Carmona es psic¨®loga. Experta en Atenci¨®n Psicoeducativa de Ni?os con Altas Capacidades Intelectuales y Neuropsicolog¨ªa de la Educaci¨®n.
Fuente consultada: Primer Congreso Internacional de Estilos de Aprendizaje. Universidad Nacional de Educaci¨®n a Distancia.
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