¡®Gremlins 2, la nueva generaci¨®n¡¯ | Fiestas superadas

Si Tolst¨®i empezaba Ana Karenina diciendo que todas las familias felices se parecen, seguro que en todas las infancias felices hay una noche de Reyes especial que se recuerda en el ranking de los mejores momentos de la vida.

A m¨ª me sigue emocionando esa sensaci¨®n de alegr¨ªa infinita cuando volv¨ªamos a casa en coche despu¨¦s de reunirnos todos, con la calefacci¨®n puesta, con el maletero cargado de regalos, con la barriga cargada de mazap¨¢n, con el coraz¨®n cargado de grandes momentos familiares y con las retinas cargadas de fantas¨ªa hollywoodiense estrenada en la tele, como Gremlins 2. Es maravillosa y casi irrepetible esa impresi¨®n de que no hay que preocuparse por nada, que tus padres te llevan y que t¨² solo tienes que ponerte elegante, abrir regalos, comer mucho y disfrutar m¨¢s...

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Pero cuando subes de nivel en responsabilidad y te toca ser el padre o la madre, muchas veces la log¨ªstica supera a la emoci¨®n, el cumplir un horario con todas las casas a visitar prevalece sobre la improvisaci¨®n y a la tan deseada siesta, y capturarlo todo con foto o v¨ªdeo predomina sobre fijarnos sin pantallitas en la sonrisa creciente de nuestras criaturas.

Nos obsesionamos con que todo salga bien para poderles dar a nuestros hijos la misma felicidad que tuvimos nosotros (o ahorrarles traumas, en el caso que tuvierais una infancia complicada). Y este a?o el salto era triple y con mucho tirabuz¨®n. Todos quer¨ªamos compensar con extra de magia navide?a tantos meses complicados llenos de cambios, renuncias y distancias.

Aunque con ERTES, negocios cerrados o tocados y medio hundidos, mucha incertidumbre por el futuro sanitario, econ¨®mico y psicol¨®gico, sin cabalgatas ni amplias reuniones familiares y con la recomendaci¨®n de no ver ni a los amigos de burbujas lejanas, el nivel de dificultad del videojuego vital se incrementaba bastante. Imposible no soltar alg¨²n bufido tras una insistente racha de ¡°mami-mami-mami, papi-papi-papi¡±. Que queremos la felicidad m¨¢xima de nuestros hijos, pero a veces pensamos m¨¢s en montar la gran operaci¨®n que en hacerles caso en el momento presente.

Cada a?o, nuestra Navidad era un Gizmo amoroso y tierno, y estas fiestas han sido peleonas como los gr¨¦mlins mojados y salvajes. Pero al final, como Gizmo con la flecha de fuego, hemos salido adelante. Hemos evitado entrar en pol¨¦micas con los de ¡°yo no miento a mis hijos y por eso les digo qui¨¦n son los reyes para que se lo puedan contar a los tuyos y arruinarles la ilusi¨®n¡±. Hemos controlado el mando a distancia para que no se pregunten por qu¨¦ en tantas cadenas llegan tantas cabalgatas distintas. Hemos guardado ya el Bel¨¦n y el ¨¢rbol, reciclado los envoltorios de todo, distribuido c¨®mo nos acabaremos los turrones que sobran y hasta nos hemos puesto los calcetines negros nuevos que s¨ª que eran un buen regalo.

Ahora ya solo nos queda estar entretenidos con la aut¨¦ntica loter¨ªa del Ni?o: si cierran o no los colegios.

Feliz vuelta a la normalidad.

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