¡®P¨¦rez, el ratoncito de tus sue?os¡¯ | Mi hija y su primer diente de leche ca¨ªdo
La ni?a ha salido del cole, muy contenta, baj¨¢ndose la mascarilla para revelar el hueco. Porque en su mundo infantil es su ritual de iniciaci¨®n a la boca adulta
A la ni?a se le ha ca¨ªdo su primer diente y ha sido todo un acontecimiento en su clase. Ha salido del cole, muy contenta, baj¨¢ndose la mascarilla para revelar el hueco. Porque en su mundo infantil es su ritual de iniciaci¨®n a la boca adulta. (De hecho, todos en clase controlan a la perfecci¨®n los dientes ca¨ªdos y por caer de todos los compa?eros y esperan que les toque el turno).
Por supuesto, tambi¨¦n es nuestra iniciaci¨®n a la vida con el ratoncito P¨¦rez¡ o el hada de los dientes¡ o quien toque en vuestro bloque.
Ella estaba muy emocionada por la visita nocturna y ya hab¨ªa ideado todo el protocolo a seguir.
Seg¨²n ella, no podemos dejarle ninguna nota al rat¨®n porque si la coge sus patitas rascar¨¢n el papel y la despertar¨¢, teniendo que huir para no ser visto. Confiamos en sus a?os de experiencia para que sepa qu¨¦ tiene que hacer.
Con el tesoro preciado, el primer diente lleno de inocencia y esperanzas, tampoco sabemos si lo dejar¨¢ para que lo conservemos o se lo llevar¨¢
[?Para qu¨¦? ?Para hacer collares? ?Para montar un museo de dientes? ?Para cambiarlo por fichas en el casino?].
En cualquier caso, preguntar¨¦ a los padres amigos sobre la narrativa en sus hogares, para que las versiones concuerden si hay careo policial, que los ni?os de ahora preguntan como los de siempre, pero tienen m¨¢s herramientas para investigar por su cuenta.
Tampoco sab¨ªamos qu¨¦ traer¨ªa de regalo, pero ella intu¨ªa que ser¨ªan monedas peque?as y redonditas, porque con sus patas no puede cargar nada m¨¢s grande.
Pero lo que m¨¢s le preocupaba a mi hija era la log¨ªstica: ?por d¨®nde entra el ratoncito? ?Hay que dejarle una ventana abierta para que se descuelgue? ?Tiene poderes y viene volando? ?Se hace peque?ito y pasa por debajo de la puerta? ?Le tenemos que dejar un gel peque?o para que se limpie las manos, por si trae coronavirus de otros hogares? ?Le montamos una barricada de cojines a nuestra perra para que no intentara zamparse al rat¨®n cuando lo olisqueara?
Y sobre todo, la duda m¨¢s angustiosa: ?habr¨ªan avisado al ratoncito para que se presentara?
Finalmente, esa noche y sin que nadie oyera nada, el ratoncito trajo unas monedas de chocolate, que encajaban con su tama?o y fuerza, y como dej¨® varias, suponemos que lleva una mochila bien cargada, porque abrigo con bolsillos no se le supone. Y la criatura m¨¢gica debe tener la habilidad ninja de Indiana Jones sustituyendo ¨ªdolos por sacos de arena, porque meter regalos debajo del coj¨ªn mientras mi hija duerme seguro que es complicado.
En vez de pegarse un atrac¨®n y tener Diarrea P¨¦rez, mi hija llev¨® las monedas a clase para compartirlas con sus amigos. Fue la reina del d¨ªa, con todos esperando la novedad en plan rueda de prensa.
Ahora solo falta repetirlo con unas decenas de dientes m¨¢s. Y tener monedas de reserva para los imprevistos.
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