M¨®viles y adolescencia: m¨¢s educaci¨®n y menos prohibici¨®n
Hacer pedagog¨ªa y poner en marcha pol¨ªticas educativas son factores de protecci¨®n cruciales para el buen empleo de las pantallas por parte de los j¨®venes. Ayudarles a diferenciar entre utilizaci¨®n y abuso de la tecnolog¨ªa, en vez de culpabilizarlos sobre la base de prohibiciones, es lo m¨¢s importante
Ha surgido hace poco un movimiento de padres y madres que luchan para que sus hijos menores de 16 a?os no tengan acceso al m¨®vil. En concreto, en el tramo que supone el cambio de etapa educativa de Primaria a Secundaria. Son m¨¢s de 30.000 los padres y madres que se han unido a esta iniciativa, en grupos de WhatsApp concretos como, por ejemplo, Adolescentes libres de m¨®vil en Navarra. Ese paso al frente de este colectivo de proge...
Ha surgido hace poco un movimiento de padres y madres que luchan para que sus hijos menores de 16 a?os no tengan acceso al m¨®vil. En concreto, en el tramo que supone el cambio de etapa educativa de Primaria a Secundaria. Son m¨¢s de 30.000 los padres y madres que se han unido a esta iniciativa, en grupos de WhatsApp concretos como, por ejemplo, Adolescentes libres de m¨®vil en Navarra. Ese paso al frente de este colectivo de progenitores est¨¢ teniendo su reflejo en medios de comunicaci¨®n y redes sociales y se est¨¢ relacionando el uso de las pantallas con problemas de salud mental y adicciones.
Pero es importante no crear alarma m¨¢s all¨¢ de las supuestas relaciones que se puedan establecer entre una adicci¨®n, un m¨®vil y problemas de salud mental en menores y j¨®venes. M¨¢s a¨²n, viniendo de una pandemia que durante muchos meses cre¨® situaciones dif¨ªciles de manejar en muchos hogares de Espa?a y del mundo, con progenitores teletrabajando mientras ten¨ªan que hacerse cargo de los hijos, con poco o nada de tiempo para dedicarles. Aun as¨ª, es indiscutible que este movimiento ya est¨¢ teniendo calado pol¨ªtico. Por ejemplo, la ministra de Educaci¨®n, Pilar Alegr¨ªa, propuso el pasado mi¨¦rcoles 13 de diciembre a las comunidades aut¨®nomas restringir el uso del tel¨¦fono m¨®vil en los centros educativos.
Adem¨¢s, como se puede leer en la noticia La adicci¨®n al m¨®vil se ceba con las chicas: ¡°Sus confidentes son contactos ¡®online¡¯ a los que nunca han visto¡±, publicada en este medio el pasado noviembre, ¡°m¨¢s del 95% de las menores atendidas en el ¨²nico centro p¨²blico de adicci¨®n a las tecnolog¨ªas que hay en Espa?a son chicas, que buscan refugio e ideales sobre los que construir su vida en las redes sociales¡±. O como se?ala Francisco Villar, psic¨®logo cl¨ªnico, en el art¨ªculo Hay que prohibir los m¨®viles hasta los 16 a?os: ¡°Llevo 10 a?os luchando en primera l¨ªnea contra el suicidio adolescente y he visto que el abuso de las pantallas hace que los j¨®venes pierdan habilidades para afrontar la vida, ahonda su sensaci¨®n de malestar y deteriora su salud mental¡±. Ese mismo mes se difundi¨® tambi¨¦n que la Ertzaintza investigaba dos chats con contenido sexual y vejatorio con un millar de menores de San Sebasti¨¢n implicados.
Cabe entonces preguntarse: ?A qu¨¦ riesgos se han enfrentado generaciones anteriores en los a?os setenta, los ochenta o los noventa? Por poner un ejemplo, en 1996 un 56% de las personas que acud¨ªa a urgencias por consumo de drogas lo hac¨ªa por hero¨ªna, dato que baj¨® en 2020 hasta un 6,7%. Es obvio que cada generaci¨®n afronta unos retos relacionados con pr¨¢cticas poco saludables, pero lo importante, siempre ante el riesgo, no es la prohibici¨®n sino la protecci¨®n. Por tanto, es necesario poner en marcha factores de prevenci¨®n para poder educar en el buen uso de dispositivos a los que es imposible prohibir el acceso si se tiene en cuenta que, por ejemplo, el 52% del total del tr¨¢fico web se realiza desde un smartphone o que en Espa?a hay m¨¢s l¨ªneas de telefon¨ªa m¨®vil que habitantes.
Hay un interesante estudio reci¨¦n publicado de Jos¨¦ C. Perales e Ismael Muela (2023) sobre Adiciones tecnol¨®gicas: mitos y evidencias, en el que se concluye: ¡°En la actualidad existe una discrepancia importante entre la percepci¨®n social de las (supuestas) adicciones tecnol¨®gicas y la evidencia disponible sobre la naturaleza propiamente adictiva de tales actividades¡±. ¡°Mientras que la creencia de que el uso excesivo y desregulado de internet, los videojuegos, la pornograf¨ªa online o el consumo de v¨ªdeos y series en forma de atrac¨®n son adicciones comparables a las que producen las drogas de abuso est¨¢ muy extendida¡±, prosigue el estudio, ¡°la evidencia al respecto es pobre (en calidad, no en volumen) o resulta poco convincente¡±. Es muy interesante tambi¨¦n el estudio Impact of digital media activity on funcional Brain Organization in late chilhood (9-12 ages): Evidence from ABCD study. En este se se?ala que no se han encontrado asociaciones significativas entre el tiempo de pantalla y problemas en el desarrollo cognitivo de ni?os de 9 a 12 a?os.
El problema, por tanto, bas¨¢ndonos en datos e investigaci¨®n, no es el m¨®vil como tal, sino el contenido al que se tiene acceso, por lo que es importante regularlo. Por ejemplo, Instagram y Facebook, desde el pasado 6 de noviembre, han dejado de publicar anuncios a los usuarios de menos de 18 a?os en Europa para cumplir con el Reglamento General de Protecci¨®n de Datos (GDPR), la Ley de Servicios Digitales (DSA) y la Ley de Mercados Digitales (DMA). As¨ª pues, es fundamental que se cumplan las leyes y se pongan en marcha pol¨ªticas protectoras para que el uso de la tecnolog¨ªa no sea perjudicial, sino todo lo contrario, que ayude al aprendizaje a trav¨¦s del buen uso, la supervisi¨®n y la educaci¨®n.
Ayudar a los adolescentes a diferenciar entre utilizaci¨®n y abuso, en vez de culpabilizarlos sobre la base de prohibiciones, es lo m¨¢s importante. M¨¢s que responsabilizar a la adolescencia de hacer un mal empleo es clave que las empresas tecnol¨®gicas asuman la responsabilidad de desarrollar funciones y herramientas que promuevan un empleo consciente de sus plataformas. Hacer pedagog¨ªa y poner en marcha pol¨ªticas educativas tanto a nivel nacional como internacional son factores de protecci¨®n cruciales para poder educar en el buen empleo de pantallas a los j¨®venes. C¨®mo se?alaba Manuel Jabois en La Contra de Hora 25: ¡°Prohibir es asumir la derrota¡±.
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