J¨®venes y salud mental: ?hemos conseguido conectar con la adolescencia durante la pandemia?
Dos a?os despu¨¦s del primer caso de covid en Espa?a, el psic¨®logo Carlos S¨¢nchez Polo recomienda empatizar m¨¢s con estos menores porque, para ellos, la interacci¨®n social es mucho m¨¢s valiosa
Han pasado dos a?os desde que se detectase el primer caso de covid en Espa?a y resulta patente que la pandemia ha tenido un profundo impacto en muchas personas. Las consecuencias, por supuesto, han sido diferentes en funci¨®n de las circunstancias personales de cada individuo, y los expertos advierten que generalizar ser¨ªa un error: nos ha afectado a todos, pero no de la misma forma. Y en el caso concreto de los adolescentes, el latigazo ha sido indudable, algo que en las ¨²ltimas semanas se ha podido observar en multitud de medios. ¡°La realidad es que este segmento de la sociedad es m¨¢s vulnerable al contexto. Se encuentran en una etapa de m¨¢xima plasticidad cerebral, lo que significa que aprenden mucho m¨¢s y que absorben en mayor medida lo que sucede en el medio. Adem¨¢s, est¨¢n en su proceso de independencia, de construcci¨®n de pilares vitales¡±, explica Carlos S¨¢nchez Polo, graduado en Psicolog¨ªa en la Universidad Aut¨®noma de Madrid y especializado en Terapia Cognitivo-Conductual en poblaci¨®n infanto-juvenil.
¡°Por el contrario, los adultos, adem¨¢s de una mayor madurez biol¨®gica y un cerebro m¨¢s impermeable, tienen ciertas bases s¨®lidas que les han permitido amortiguar el impacto de manera distinta¡±, subraya el experto, que forma parte del equipo de Instituto Psicol¨®gico Cl¨¢ritas. S¨¢nchez pone un ejemplo: ¡°Ante una situaci¨®n de confinamiento, un adulto tendr¨¢ muchos m¨¢s recursos y estrategias para regularse y sobrellevar el malestar, como es una casa, actividades m¨¢s orientadas al hogar, un trabajo, una pareja con la que convive... Un adolescente es mucho m¨¢s dependiente de sus iguales y de salir fuera¡±. Aunque, como se explicaba al principio, ¡°generalizar es un error. Cada individuo tiene sus circunstancias particulares. Todos estamos rodeados por factores de protecci¨®n y de riesgo, y en funci¨®n de c¨®mo interact¨²en estos, el resultado ser¨¢ muy diferente¡±. Charlamos con S¨¢nchez sobre el efecto de la pandemia en la adolescencia.
PREGUNTA. Durante la pandemia, ha sucedido una contradicci¨®n clara: los adolescentes tienen una necesidad de libertad, pero se les ha impuesto la prohibici¨®n de salir. ?Qu¨¦ ha supuesto para ellos?
RESPUESTA. Es muy importante entender en qu¨¦ consiste esta etapa, ya que es muy particular. Est¨¢n en un proceso de construcci¨®n de identidad. Est¨¢n descubriendo qui¨¦nes son y qui¨¦nes quieren llegar a ser. Por supuesto, esta es la t¨®nica de cualquier adulto; independientemente de su etapa vital. Pero en la adolescencia es cuando m¨¢s acentuada est¨¢. Es una etapa donde, en ese af¨¢n de descubrirnos, necesitamos separarnos de la familia. Hasta ese momento, los padres han sido la principal fuente de criterios y valores. Pero, de manera casi innata, llega un punto donde el individuo necesita separarse y construir su propia moral. As¨ª pues, la necesidad de salir de casa o de encerrarse en su cuarto cobra sentido si entendemos ese trasfondo. Necesitan separarse para entenderse. En esta ecuaci¨®n, sus iguales, esto es, sus amigos o colegas, juegan un papel decisivo. Estos van a convertirse en un pilar fundamental para construir esa identidad y escala de valores. A estas edades, la pertenencia al grupo es muy importante. Si a esto le sumamos que, biol¨®gicamente, no est¨¢n preparados para percibir el riesgo ni frenar sus impulsos igual que lo hace un adulto, parece que el privarles de salir a ver a sus amigos se puede convertir en una tarea casi imposible. Y, en caso de conseguir el objetivo, probablemente este no sea gratuito. El confinamiento, para ellos, ha ido en contra de una necesidad biol¨®gica y social. Por lo que no es de extra?ar que su salud mental est¨¦ afectada.
P. ?C¨®mo ha afectado a toda la familia que un adolescente estuviera en casa las 24 horas?
R. Esto ha sido un aspecto muy sensible. Aqu¨ª la empat¨ªa hay que repartirla. Que las necesidades de los diferentes miembros de la familia sean diferentes e incluso opuestas, no significa que se invaliden mutuamente. Por un lado, tenemos a un adolescente cuya percepci¨®n del riesgo es menor y que tiene una mayor necesidad de explorar su ¨¢rea social. Pero, por otro, tenemos a unos padres mucho m¨¢s preocupados por la situaci¨®n sanitaria. Esto es l¨®gico, ya que por su edad est¨¢n en m¨¢s riesgo de sufrir complicaciones, y son mucho m¨¢s conscientes de las potenciales consecuencias; tanto para ellos como para la gente de su alrededor. En definitiva, no ha debido ser nada f¨¢cil para las familias con adolescentes encontrar un equilibrio donde ambas partes hayan podido cubrir sus necesidades un m¨ªnimo.
P. Consecuencias principales para su salud mental. ?Se han vuelto m¨¢s irascibles?
R. Las consecuencias pueden ser muchas y, como he dicho, dependen de las circunstancias de cada individuo. Depresi¨®n, trastornos de ansiedad, fobias, insomnio, apat¨ªa, trastornos de conducta¡ Todo se ha podido acentuar. Al margen de los recursos de los que disponemos por nuestra gen¨¦tica e historia de aprendizaje, cada persona est¨¢ condicionada por los factores de riesgo y de protecci¨®n que le rodean. Y la pandemia y sus consecuencias han multiplicado los factores de riesgo. Por supuesto que se han podido volver m¨¢s irascibles. Se les ha privado de lo que m¨¢s necesitan en este momento. Los adolescentes, o muchos de ellos, salen y quedan con amigos porque, adem¨¢s de ser fundamental para su desarrollo, esto es una fuente de autorregulaci¨®n. Es un recurso del que dependen enormemente para sentirse mejor.
P. ?C¨®mo trabajar con ellos desde la incertidumbre constante?
R. Ser¨ªa importante empatizar m¨¢s. S¨ª, todos lo estamos pasando mal. Todos hemos perdido algo. Pero ser¨ªa relevante reconocer que, para ellos, la exploraci¨®n social es mucho m¨¢s valiosa. Para un adulto, la familia que ha construido o el trabajo en el que est¨¢ inmerso son una de sus principales fuentes de autoestima y bienestar. Si estas se han visto alteradas, es l¨®gico pensar que lo pueda estar pasando mal. Pues bien, para el adolescente, es su ¨¢rea social. Esto es esencial entenderlo. Por eso, lo ideal es empatizar y comunicarse con ellos tanto como se pueda.
P. ?Se puede paliar el da?o? ?O ya hemos llegado tarde?
R. Se puede paliar el da?o, s¨ª. Los hechos nos condicionan, pero no nos determinan. Busquemos todos los factores de protecci¨®n de los que dispone el adolescente (a nivel macro y micro) y us¨¦moslos para contrarrestar el impacto de los factores de riesgo. Terapia, deporte, comunicaci¨®n, fomento de la vida social, recursos culturales de cada ciudad, trabajar en din¨¢micas familiares que le puedan estar afectando¡ Vamos a parar y a reflexionar. ?Qu¨¦ necesitan de manera global? ?Qu¨¦ necesita este chaval en particular? ?Estoy tratando de entender su malestar desde mis propios criterios? ?Podr¨ªa empatizar m¨¢s? ?C¨®mo le puedo ayudar? ?Le he preguntado? ?He buscado un espacio para conversar y explorar? Se trata de detectar los ingredientes a quitar y poner. Por supuesto, esto no es una tarea f¨¢cil.
P. ?Afectar¨¢ a su vida futura? ?C¨®mo?
R. Como dec¨ªa, esto depender¨¢ de los factores de protecci¨®n y de riesgo de cada uno. A todos nos va a afectar de alguna manera. La clave est¨¢ en los recursos de los que disponemos para amortiguar el golpe.
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