La adolescencia de los ¡®minishorts¡¯: ?hipersexualizaci¨®n o moda?
Ellos visten pantalones ca¨ªdos dejando ver la ropa interior, m¨¢s c¨®modos y sin la misma connotaci¨®n sexual, ?qu¨¦ les preocupa, realmente, a los padres?
Ellas visten shorts imposibles y camisetas que terminan mucho antes de llegar al ombligo. Ellos, pantalones ca¨ªdos dejando ver la ropa interior, pero mucho m¨¢s c¨®modos y sin la misma connotaci¨®n sexual. Esta podr¨ªa ser la descripci¨®n de la forma de vestir de muchos de los adolescentes pero, ?se trata de una cuesti¨®n generacional que ¡°solo¡± trae de cabeza a padres que no lo pueden entender, o es la consecuencia m¨¢s evidente de una sociedad hipersexualizada?
Los lugares comunes nos dicen que siempre habr¨¢ un padre o una madre quej¨¢ndose de su hijo adolescente. De sus ideas, de su forma de ver la vida, de la m¨²sica que escucha, de los amigos que le rondan y hasta de la ropa que se pone. Y es ah¨ª, en la forma de vestir, en la que caben tantos planteamientos como adolescentes porque, aunque no lo creamos, estamos ante uno de los grupos sociales m¨¢s diversos y heterog¨¦neos que existen. Sin embargo, y partiendo de que el concepto de adolescencia es un concepto moderno y no propio de todas las culturas, son precisamente los lugares comunes los que nos conducen una y otra vez hacia un concepto difuso de ¡°moda adolescente¡±, que no es otra cosa que una forma de llamar a una herramienta identitaria: ¡°Su personalidad se est¨¢ forjando y por eso la elecci¨®n de la ropa es importante para ellos. As¨ª se construyen a s¨ª mismos y contribuyen a construir la mirada de los dem¨¢s sobre ellos mismos; y en ese espectro se han movido y se mueven los adolescentes, tratando de encontrar su sitio tambi¨¦n a trav¨¦s de la ropa¡±, explica Paula Martos, doctora en Historia especialista en g¨¦nero, para quien, adem¨¢s, la globalizaci¨®n ha contribuido a convertir esas identidades diversas en algo ¡°globalizado y reconocible a nivel internacional¡±.
Para Alba Castellv¨ª, educadora, soci¨®loga y mediadora especializada en ni?os y adolescentes, la elecci¨®n de la ropa es importante para todos, no solo para los adolescentes ya que no tiene solamente una utilidad pr¨¢ctica, sino que est¨¢ socialmente codificada: ¡°Vestirse es un juego de m¨²ltiples significados que habla de nosotros: de nuestra posici¨®n social, de nuestro car¨¢cter... La ropa es un mensaje que emitimos acerca de quienes somos e incluso de c¨®mo queremos relacionarnos con los dem¨¢s. Las adolescentes desean anunciar que dejaron de ser ni?as y quieren gustar. Pertenecer a un grupo y contar con la aprobaci¨®n del entorno es una necesidad muy acentuada entre muchos adolescentes. La pertenencia se expresa a trav¨¦s del aspecto f¨ªsico y la aprobaci¨®n se consigue f¨¢cilmente asimil¨¢ndose a los dem¨¢s. Ello explica cierta uniformizaci¨®n en el vestir: los minishorts, por ejemplo, se han universalizado entre la poblaci¨®n juvenil femenina¡±.
Crecer en una sociedad hipersexualizada
Ahora bien, para Kepa Paul Larra?aga, soci¨®logo y presidente de laAsociaci¨®n del Grupo de Sociolog¨ªa de la Infancia y la Adolescencia (GSIA), puesto que todo hecho que sucede a nivel econ¨®mico, social, pol¨ªtico y cultural afecta a cualquier grupo social y humano, los adolescentes no escapan tampoco de las influencias externas. Por tanto, para el soci¨®logo, es evidente pensar que si vivimos en un entorno en el que los contenidos hipersexualizados dominan los medios de comunicaci¨®n e internet, estos tambi¨¦n influyen en el grupo social adolescente, ¡°no como un grupo social sexualizado en s¨ª mismo si lo comparamos con el resto de grupos sociales adultos, sino como consecuencia de la sociedad en la que viven: machista y que cosifica el cuerpo de la mujer¡±.
Define la soci¨®loga Alba Castellv¨ª la hipersexualizaci¨®n como ¡°el enfoque instrumental de la persona mediante su percepci¨®n como objeto sexual¡± y apunta que ¡°son muchas las chicas que se valoran a s¨ª mismas sobre todo en funci¨®n de su atractivo sexual, que potencian al m¨¢ximo, y ello empieza pronto: el soci¨®logo Neil Postman ya habl¨® en 1994 de "la desaparici¨®n de la infancia" en su libro The disappearance of childhood, en el que expon¨ªa la tesis de que la infancia se pierde a causa de su nueva concepci¨®n como p¨²blico consumidor. Hoy lo vemos con toda claridad: incluso las ni?as son usadas como objeto cuando se convierten en modelos de la moda sexy¡±.
El problema es que normalmente esta "liberaci¨®n" se ha producido desde la mirada masculina, desde la mentalidad patriarcal
Y es que la moda femenina y muy especialmente la moda juvenil son clara expresi¨®n de la hipersexualizaci¨®n de la sociedad occidental contempor¨¢nea. Seg¨²n la historiadora Paula Martos, con el desarrollo de las revistas de moda y la aparici¨®n de los centros comerciales en el siglo XIX y, m¨¢s tarde, a partir de la d¨¦cada de 1920, con la popularizaci¨®n de las tendencias de moda y su extensi¨®n a todos los estratos sociales, la ropa femenina ha seguido el camino de la sexualizaci¨®n. ¡°En el siglo XX hay algunos modelos especialmente significativos como las chicas pin-up, cuyo auge se dio en la d¨¦cada de los 40. Tambi¨¦n de esta ¨¦poca destaca el modelo de la denominada femme fatal, y en los a?os 80 hay toda una revoluci¨®n en la vestimenta, que afecta sobre todo a los j¨®venes. Hay muchos hitos: el cors¨¦, el sujetador, los tacones, las medias, la minifalda, el bikini... as¨ª como la progresiva desaparici¨®n de la ropa que alcanza su punto ¨¢lgido con el topless¡±. Y es esa desaparici¨®n la que nos conduce a la pregunta de si llevar menos ropa es una liberaci¨®n para el cuerpo o es una forma de sexualizarlo. En opini¨®n de la historiadora ambos conceptos son igualmente v¨¢lidos: ¡°Por un lado, si entendemos que la sexualidad femenina ha estado reprimida y ha tratado de liberarse entonces ser¨¢ ¡°liberadora¡±. El problema es que normalmente esta "liberaci¨®n" se ha producido desde la mirada masculina, desde la mentalidad patriarcal, desde una industria de la moda dominada por hombres, por lo que tambi¨¦n podr¨ªa entenderse como una forma de sexualizaci¨®n¡±.
Comparte esa idea el soci¨®logo Kepa Paul para quien ¡°la forma en la que nos vestimos refleja un modelo de expresi¨®n social que afecta a las adolescentes y a los adolescentes que quieren vestir de manera provocativa, insinu¨¢ndose el hecho de poder ser libres aunque se propicie la conservaci¨®n de estereotipos de g¨¦nero evidentes, y sin olvidar que afecta de igual manera a todas y todos los adultos que visten de igual forma de manera provocativa¡±.
La influencia de las redes sociales e internet
Es imposible cerrar los ojos a una realidad, la tecnol¨®gica, y especialmente a c¨®mo esta se ha integrado en la mayor¨ªa de los ¨¢mbitos de nuestras vidas, desde el personal y familiar hasta el laboral. Y no solo como adultos. Seg¨²n Kepa Paul Larra?aga, diversos estudios europeos sit¨²an la edad media de inicio en el uso de las redes sociales e internet en torno a los 6 o 7 a?os. Teniendo en cuenta que es alrededor de los 10 a?os cuando se integran los estereotipos de g¨¦nero, son muchos los est¨ªmulos a los que los adolescentes han estado expuestos ¡°en relaci¨®n a la asunci¨®n social de su papel de g¨¦nero y por tanto de los estereotipos vinculados socialmente a ese rol de g¨¦nero¡±. Para el soci¨®logo, ¡°basta con observar la cantidad de fotos en perfiles de redes sociales donde se presentan tanto adultos como adolescentes con im¨¢genes sexualizadas. Todo enmarcado en una sociedad que contin¨²a queriendo aparentar f¨ªsicamente ser joven o incluso adolescente para ser m¨¢s atractivo sexualmente¡±.
¡°La ropa est¨¢ sexualizada, no los adolescentes"
Dado que es a trav¨¦s de las relaciones entre iguales pero tambi¨¦n familiares, sociales y del entorno escolar como los adolescentes van configurando su propia identidad social, es importante analizar qu¨¦ mensajes seguimos lanzando como sociedad en cuanto a los roles de g¨¦nero, estereotipos, culto al cuerpo e hipersexualizaci¨®n. Opina Nora Rodr¨ªguez, pedagoga y fundadora de Happy Schools Institute, que hay que ir m¨¢s all¨¢ del concepto de hipersexualizaci¨®n en el uso de un determinado estilo de ropa y hay que mirar c¨®mo son los adolescentes de hoy y qui¨¦n influye en ellos. ¡°No es solo un estilo de moda que usan para llamar la atenci¨®n, estamos hablando de iGens, la primera generaci¨®n de adolescentes cuyas vidas est¨¢n dise?adas por la tecnolog¨ªa m¨®vil y las redes sociales. El modo en que visten proviene del omnipresente uso del iPhone, con un individualismo inflado. Los adolescentes crecen con m¨®viles, y tienen una p¨¢gina de Instagram antes de comenzar la escuela secundaria. Pasan de cinco a seis horas al d¨ªa enviando mensajes de texto, chateando, jugando, navegando por la web, transmitiendo y compartiendo v¨ªdeos, y pasando el rato en l¨ªnea; y todo teniendo en cuenta, adem¨¢s, que las ni?as son incre¨ªblemente vulnerables porque usan m¨¢s las redes sociales, e informan el doble del ¨ªndice de acoso cibern¨¦tico que los ni?os¡±.
?Qu¨¦ hacer? Para la pedagoga, docentes y familias deber¨ªan caminar hacia la construcci¨®n de un pensamiento m¨¢s cr¨ªtico en una sociedad en la que la mercadortecnia gira en torno a lo sexual. ¡°La ropa est¨¢ sexualizada, no los adolescentes. Ellos no quieren quedar excluidos por lo que debemos ense?ar a los adolescentes que el marketing de los nuevos medios siempre beneficia al vendedor, no necesariamente al comprador¡±.
Seg¨²n Alba Castellv¨ª, por su parte, ¡°la familia debe actuar, en la medida de lo posible, como filtro en el bombardeo de mensajes del mercado y tambi¨¦n como protectora de la autoestima y garante de la capacidad de resistencia de las ni?as y j¨®venes¡± ante lo que sugiere que como padres nos planteemos las cosas mucho antes: ¡°En primer lugar, cuando sus hijas son a¨²n peque?as, los padres deben ser agentes preventivos. Para ello, han de evitar proyectar la imagen de sus hijas. Usarlas en redes como Instagram para mostrar una imagen de ¨¦xito, de ni?a bonita, implica transmitir la idea que la apariencia es importante, y las chicas aprender¨¢n pronto de sus madres a considerarlo de este modo¡±. A?ade que padres y madres debemos ser conscientes y cr¨ªticos acerca del significado de la moda sexualizada femenina: ¡°Deben tomar consciencia de c¨®mo la imagen les contagia de roles o arquetipos, y de los valores a los que se asocian: seducci¨®n, el atractivo como valor supremo...¡± Y, por ¨²ltimo, a?ade que lo m¨¢s importante debe hacerse desde el punto de vista educativo, mediante procesos de comunicaci¨®n adecuados que inviten a las ni?as a preguntarse: ¡°?soy m¨¢s libre, vistiendo como todas, o lo soy menos? ?Qu¨¦ o qui¨¦n me sugiere c¨®mo debe ser mi imagen? ?A qu¨¦ preferencias obedece y por qu¨¦?¡±.
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