Siete estrategias para ayudar a nuestros hijos a superar un divorcio
Es primordial que los ni?os vean que en nuestra separaci¨®n existe la armon¨ªa, el respeto y la coherencia y que ellos no se convierten en moneda de cambio
Cuando decidimos unir nuestra vida a la de otra persona, deseamos que esta opci¨®n sea para siempre. So?amos con un futuro conjunto, nos prometemos amor eterno y empezamos a construir un proyecto de vida com¨²n. Pero las cosas no siempre salen bien y las relaciones pueden acabar deterior¨¢ndose y rompi¨¦ndose. El n¨²mero de separaciones en nuestro pa¨ªs ha aumentado exponencialmente a lo largo de los ¨²ltimos a?os y su normalidad es aceptada en las familias, en los colegi...
Cuando decidimos unir nuestra vida a la de otra persona, deseamos que esta opci¨®n sea para siempre. So?amos con un futuro conjunto, nos prometemos amor eterno y empezamos a construir un proyecto de vida com¨²n. Pero las cosas no siempre salen bien y las relaciones pueden acabar deterior¨¢ndose y rompi¨¦ndose. El n¨²mero de separaciones en nuestro pa¨ªs ha aumentado exponencialmente a lo largo de los ¨²ltimos a?os y su normalidad es aceptada en las familias, en los colegios o en el ¨¢mbito escolar.
M¨²ltiples pueden ser las causas que provocan una separaci¨®n: problemas de comunicaci¨®n, expectativas insatisfechas, discusiones a destiempo, falta de compromiso o la infidelidad. En ese momento, los malos entendidos, las suposiciones, la comunicaci¨®n confusa, el rencor y el odio llegan a te?ir la relaci¨®n. La p¨¦rdida del amor provoca caos interior, tristeza y mucha desorientaci¨®n. El yo, el t¨² y el nosotros, dejan de mantenerse en equilibrio y se rompe la balanza. Una vez tomada la decisi¨®n de separarse toca volver a comenzar, volver a reinventarse y reconstruir. Es un proceso de duelo duro y largo que se complica si tenemos hijos en com¨²n.
Afrontar una separaci¨®n con ni?os no es f¨¢cil ni para los padres y, mucho menos, para los hijos, da igual la edad que tengan. Ante esta situaci¨®n, todos los miembros de la familia sienten una tremenda sensaci¨®n de p¨¦rdida e incertidumbre al experimentar que el concepto de familia desde ese momento cambiar¨¢ de forma radical. Un proceso de transici¨®n y adaptaci¨®n para todos los miembros del n¨²cleo familiar que cada uno vive de manera distinta.
La manera en la que reaccionar¨¢n nuestros hijos ante esta noticia depender¨¢ de la edad, la personalidad, la madurez y las circunstancias del proceso de separaci¨®n o divorcio. No todos los ni?os o adolescentes responder¨¢n de igual forma a una separaci¨®n y deberemos estar muy atentos para poder dar respuesta a las necesidades personales y educativas que vayan surgiendo y para saber acompa?ar el proceso desde el cari?o y la comprensi¨®n.
Durante el proceso de separaci¨®n nuestros hijos podr¨¢n manifestarse m¨¢s distantes, desafiantes o agresivos, respondones e impulsivos. Se mostrar¨¢n confusos, con dificultades para modular sus emociones y con m¨¢s cambios de humor. Tendr¨¢n menos tolerancia a la frustraci¨®n, quiz¨¢s empeoren su rendimiento escolar y normalmente mostrar¨¢n m¨¢s dificultades para asumir sus responsabilidades.
La separaci¨®n ser¨¢ para nuestros hijos una rotura del esquema de su vida, un punto de inflexi¨®n no deseado. Nos tocar¨¢ explicar a nuestros hijos que pap¨¢ y mam¨¢ ahora se quieren de forma diferente y que nunca les dejar¨¢ de querer. Ser¨¢ el momento de intentar evitar las peleas y las descalificaciones delante de ellos y de tomar decisiones que aseguren su bienestar y tranquilidad. Deberemos evitar contagiarles nuestra frustraci¨®n, desilusi¨®n o tristeza.
Ellos seguir¨¢n queriendo a mam¨¢ y a pap¨¢ a partes iguales y continuar¨¢n necesitando su atenci¨®n, apoyo, afecto e infinitas dosis de amor. Es primordial que vean que en nuestra separaci¨®n existe la armon¨ªa, el respeto y la coherencia y que ellos no se convierten en moneda de cambio.
Como padres podemos conseguir que los efectos de nuestra separaci¨®n sean menos dolorosos para nuestros hijos si somos capaces de mantener la estabilidad en casa y de priorizar y atender las necesidades con una actitud positiva y tranquilizadora siguiendo una misma l¨ªnea de actuaci¨®n.
?C¨®mo podemos ayudar a nuestros hijos a superar una separaci¨®n?
- Siendo honestos con nuestros hijos, explic¨¢ndoles de manera sencilla y clara la situaci¨®n, sin mentiras ni falsas promesas. Contestando con mucha empat¨ªa a todas las dudas o miedos que les puedan surgir y dej¨¢ndoles bien claro que ellos no son culpables de la situaci¨®n.
- Ayud¨¢ndoles a identificar y gestionar todas las emociones que les generar¨¢ la separaci¨®n: tristeza, rabia, des¨¢nimo, enfado, inseguridad o miedo. La inestabilidad emocional ser¨¢ muy habitual y necesitar¨¢n m¨¢s que nunca nuestra seguridad y confianza.
- Intentemos consensuar, aunque no ser¨¢ f¨¢cil, un proyecto educativo familiar en com¨²n con nuestra expareja, estableciendo normas comunes y ajustando nuestro nivel de exigencia ante nuestros hijos. Nuestros ni?os y j¨®venes necesitan ver como nos respetamos y colaboramos en todo aquello que les afecta. Esta sinton¨ªa les proporcionar¨¢ mucha seguridad y les ayudar¨¢ a adaptarse a su nueva vida.
- Nunca utilicemos a nuestros hijos como arma arrojadiza para hacer da?o a nuestra expareja. Evitemos hablar del otro progenitor de forma despectiva e ir¨®nica o involucrar a nuestros peque?os en los conflictos que puedan existir entre nosotros. Estas situaciones les provocar¨¢ mucho malestar, incomodidad y dolor.
- D¨¢ndoles tiempo y libertad para amoldarse a todos los cambios que les va a tocar vivir. Abriendo canales de comunicaci¨®n para que expresen lo que sienten, se sientan acompa?ados y comprendidos a lo largo de todo el proceso. Dici¨¦ndoles a diario que les queremos y estaremos a su lado siempre.
- Observando con mucha atenci¨®n si en nuestros hijos se producen cambios de conducta o modificaciones en sus h¨¢bitos de alimentaci¨®n, sue?o, estudio o comportamiento en casa o en la escuela. Establecer rutinas y normas claras les ayudar¨¢ a adaptarse de manera m¨¢s sencilla a su nueva situaci¨®n.
- Deberemos darnos permiso para estar mal, para reencontrarnos y volver a sentir, confiando que el tiempo modular¨¢ todos nuestros sentimientos. Para buscar nuestra propia felicidad y volver a empezar de cero cuando estemos preparados. Sin sentir culpa por la decisi¨®n tomada porque, sin duda, ser¨¢ la mejor para nuestros hijos tambi¨¦n.
Como dec¨ªa Miguel de Cervantes: ¡°Conf¨ªa en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades¡±. Convirtamos para todos la nueva situaci¨®n en una oportunidad para encontrar un camino personal m¨¢s satisfactorio.
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