Divorcio conflictivo y sus consecuencias en los hijos
Las rupturas de pareja suelen ser dolorosas, pero cuando hay ni?os el sufrimiento se extiende. Generar entornos seguros basados en el respeto es uno de los deberes m¨¢s importantes de los progenitores
Luc¨ªa del Prado es autora del libro Yo no puedo ser dos. Los padres se divorcian, los hijos no y presidenta de la Fundaci¨®n Filia de Amparo al Menor (2011). La misi¨®n de esta organizaci¨®n es ¡°prevenir los graves da?os que sufren los ni?os tras un divorcio de alta conflictividad¡±. Del Prado a?ade: ¡°Da?o de tipo emocional¡±. ¡°Solo el 15% de los casos consume el 90% de los recursos judiciales, de ah¨ª las monta?as de expedientes judiciales y la lentitud en resolver. Cuando los conflictos traspasan la delgada l¨ªnea del respeto, no se logra dar marcha atr¨¢s y se utiliza a los hijos como elemento de chantaje. El da?o emocional causado lo arrastrar¨¢n a lo largo de su vida si no se trata¡±, manifiesta la experta. ¡°Cuando una ni?a de 10 a?os te dice que se ve obligada a decidir entre pap¨¢ y mam¨¢, deja de ser ni?a. Le est¨¢n robando su infancia, su seguridad y el amor de una de las dos familias extensas. Esto es terrible. La sensibilizaci¨®n del da?o que sufren es nuestra prioridad¡±, subraya la autora.
Las rupturas de pareja suelen ser dolorosas, pero cuando hay hijos el sufrimiento se extiende a los menores. ¡°El ni?o sufre cuando se le hace part¨ªcipe del conflicto entre sus padres, en ocasiones por el dolor de la separaci¨®n y en otras por ignorancia o imprudencia. En otros casos, cegados por el resentimiento, los adultos buscan la satisfacci¨®n personal¡±, refiere Yolanda A. Al¨¦n, psic¨®loga sanitaria en el centro Con Psicolog¨ªa en Ourense. Cuando tenemos un conflicto nos gusta sentir apoyo que nuestras peticiones y/o quejas, tienen sentido y objetivo. En el proceso de recabar apoyos, Julio A. D¨ªaz Rodr¨ªguez, psic¨®logo sanitario en el mismo centro, subraya que disponemos de varias estrategias:
- Acercarnos a las personas que sabemos que comparten nuestros puntos de vista. Buscamos el apoyo en los iguales.
- Generar un ambiente en el que la simpat¨ªa de los terceros aparece, bien haci¨¦ndonos parecer la v¨ªctima (o la parte buena) o destacando la maldad de la otra parte.
Dados los supuestos anteriores, ¡°cuando extendemos esta pr¨¢ctica entre nuestros iguales, lo hacemos con personas que han configurado su realidad bas¨¢ndonos en su experiencia y que aceptar¨¢n o se enfrentar¨¢n a nuestros intentos por convencer con esa informaci¨®n¡±, subraya el experto en psicolog¨ªa infantil. Esto cambia en el momento en el que lo hacemos con nuestros hijos. ¡°Ellos no forman parten de un mundo s¨®lido configurado en torno a creencias propias, sino que se apoyan en las nuestras para crear ese mundo en expansi¨®n¡±, a?ade.
Actitudes da?inas para los hijos
Hay actitudes por parte de uno o de los dos progenitores muy da?inas para los ni?os. ¡°En muchos casos no se es consciente de las terribles consecuencias que esas actitudes acarrean en los ni?os¡±, asegura A. Al¨¦n. Cuando se habla de perjudicar a los hijos en la separaci¨®n, se trata de establecer una alianza con el ni?o ofreci¨¦ndole ciertas recompensas y en caso de no surtir efecto, incluso, recurrir al chantaje emocional o emplear el castigo no motivado. ¡°El progenitor busca que su hijo tome partido por uno en contra del otro. Ante esta situaci¨®n, el menor se ve presionado a elegir a uno de sus padres gener¨¢ndole un conflicto de lealtades que compromete su estabilidad psicol¨®gica y emocional¡±, declara la psic¨®loga. La experta enuncia la sintomatolog¨ªa en los ni?os cuando sucede la manipulaci¨®n o el chantaje emocional:
- Existe un modo de interferir en el adecuado desarrollo emocional de los hijos. Los ni?os no comprenden que quien debe protegerles les ocasione sufrimiento.
- Los menores pueden presentar problemas a corto plazo como somatizaciones (dolores frecuentes, de barriga, de cabeza, desmayos, sentirse enfermo), problemas de regulaci¨®n emocional, retraimiento social, irritabilidad o aumento de comportamientos disruptivos, dificultades para dormir, sentimientos de culpa y deterioro acad¨¦mico.
- A largo plazo, los ni?os pueden desarrollar sintomatolog¨ªa ansiosa o depresiva y problemas de autoestima.
- Conforme vayan creciendo puede verse afectada la forma en la que los ni?os construyen relaciones con los dem¨¢s. Algunos aprender¨¢n que la manipulaci¨®n, el enga?o, la mentira o el chantaje son herramientas leg¨ªtimas para conseguir reconocimiento, valoraci¨®n o ver cumplidos sus deseos. Otros pueden construir sus relaciones basadas en modelos disfuncionales donde emerge el miedo al rechazo, sentimientos de abandono, desconfianza e inseguridad.
Cuando existen sesgos constantes por parte de un progenitor se hace necesaria la intervenci¨®n de un psic¨®logo para afrontar los s¨ªntomas derivados. ¡°Ser¨¢ necesaria ayuda no solo para las somatizaciones, sino hacia las distorsiones que pueden afectar a c¨®mo va a construir el mundo y los afectos en la infancia¡±, retoma D¨ªaz Rodr¨ªguez. ¡°Especialmente importantes son los aspectos cognitivos como el malestar por no coincidir con esa visi¨®n que se intenta imponer sobre hechos o factores m¨¢s o menos objetivos (mira c¨®mo pap¨¢/mam¨¢ hace esto)¡±, a?ade. Para el psic¨®logo: ¡°Esto puede llevar a que los hijos generen un desapego total por ambos progenitores: con uno por esa visi¨®n manipulada y con el otro por el rechazo a recibir informaci¨®n negativa de manera constante¡±.
?C¨®mo deber¨ªan actuar los padres?
Del mismo modo, A. Al¨¦n a?ade algunas sugerencias a los padres previa separaci¨®n:
- La separaci¨®n de los padres es uno de los mayores estresores para los hijos, por lo que debemos de primar siempre el bienestar de estos. Tras la separaci¨®n, los ni?os deben adaptarse a una situaci¨®n tan novedosa como desconocida para ellos. Deben saber que no son responsables de la ruptura, que ambos padres los quieren y que sus necesidades ser¨¢n satisfechas.
- En los casos de custodia compartida hay que proporcionar estabilidad y seguridad a los hijos para adaptarse con normalidad a la nueva situaci¨®n. Es decir, en sus rutinas diarias (horarios, pautas educativas, deberes¡), procurando mantener el mismo entorno y permiti¨¦ndole conservar sus amistades y actividades extraescolares.
- Mantener una relaci¨®n cordial entre los padres es vital. Los ni?os aprenden de lo que observan y si los padres entran en descalificaciones y competiciones, mandar¨ªan un mensaje equivocado sobre lo que son las relaciones. Si queremos que los ni?os construyan relaciones saludables, los padres deben dar ejemplo y mantener a los ni?os alejados de sus conflictos.
- Por ¨²ltimo, hay que entender que el amor es incondicional. No depende de las elecciones o preferencias de los hijos.
Generar entornos seguros basados en el respeto es uno de los deberes m¨¢s importantes para los padres. ¡°Con la terapia, intentamos restaurar esos apegos seguros y la capacidad para crear valoraciones por uno mismo y para evitar el malestar generado en el ni?o al creer que es incapaz o que se equivoca mucho a la hora de juzgar o valorar a las personas de su entorno¡±, concluye D¨ªaz Rodr¨ªguez.
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