C¨®mo decirles a nuestros hijos que nos divorciamos
Sea esperada o no por ellos siempre ser¨¢ dolorosa por la incertidumbre que les genera. Para ello desarrollar¨¦ una serie de pautas generales que os puedan servir para informar a vuestros hijos de la separaci¨®n
Uno de los mayores retos del ser humano consiste en educar a los ni?os para hacer una sociedad mejor. Son muchos los agentes que se dedican en cuerpo y alma a la educaci¨®n de los menores. No solamente madres y padres participan de este gran reto sino que maestros, profesionales y cualquier persona que pertenezca a nuestra sociedad aporta algo, por poco que sea, a la educaci¨®n de los m¨¢s vulnerables. Si ya de por s¨ª la tarea de educar es dif¨ªcil con unos padres comprometidos, que disponen de tiempo y que se quieren, las cosas se complican, y puede que mucho, cuando la relaci¨®n o el matrimonio se rompe.
Son muchas las cosas que podemos cambiar en esta vida, desde los amigos, el lugar de residencia, el puesto de trabajo y hasta nuestro nombre. Ahora bien, de lo que nunca nos podemos ¡°borrar¡± es de ser madres y padres de nuestros hijos. Las estad¨ªsticas hablan por s¨ª solas: en torno a un 50-60% de las parejas acaba en ruptura. Podr¨ªamos realizar un amplio an¨¢lisis de las causas de este porcentaje tan elevado, pero me gustar¨ªa dedicar este art¨ªculo a dar algunas ideas de c¨®mo decirles a que nos vamos a separar.
Toda separaci¨®n va a implicar una serie de cambios que debemos asumir, por muy dolorosos que sean. Al proceso mediante el cual nos adaptamos a una nueva situaci¨®n tras un cambio significativo se le conoce con el nombre de duelo. Cualquier cambio significativo en nuestras vidas va a suponer un duelo: una muerte, un divorcio, una mudanza, un cambio de trabajo o cualquier p¨¦rdida significativa para la persona que la sufre. Podemos elaborar duelos sanos y adaptativos, o bien duelos patol¨®gicos. Las cuatro fases por las que pasamos en cualquier tipo de duelo, incluido el de pareja, son las siguientes: negaci¨®n, rabia, tristeza y reconstrucci¨®n. Si somos capaces de transitar por todas las fases de una manera suficientemente buena quiere decir que hemos elaborado un duelo sano y seremos capaces de sacar aprendizajes de la experiencia. Nos habremos reinventado y habremos sobrevivido al cambio. De lo contrario, nos quedaremos bloqueados o atrapados en alguna de estas cuatro fases, lo que implicar¨¢ un alto grado de sufrimiento y la no aceptaci¨®n del cambio o la ruptura matrimonial.
?Y qu¨¦ pasa con nuestros hijos? Si estas en esta dif¨ªcil situaci¨®n es probable que lo que m¨¢s te preocupe sea c¨®mo decirles a vuestros hijos que os vais a separar y c¨®mo reaccionaran ante tal noticia. Sea esperada o no por ellos siempre ser¨¢ dolorosa por la incertidumbre que les genera. Para ello desarrollar¨¦ una serie de pautas generales que os puedan servir para informar a vuestros hijos de la separaci¨®n:
- Informar siempre: por muy peque?os que sean nuestros hijos, no informarles o no tener una conversaci¨®n con ellos no es una opci¨®n. Debemos tener una conversaci¨®n en donde expliquemos que nos vamos a separar, aunque nunca se revelan los conflictos de fondo de la pareja ni nuestras discrepancias. Es conveniente informar qui¨¦n de los dos se ir¨¢ de casa y con qui¨¦n vivir¨¢n los ni?os.
- Se rompe la pareja: en un divorcio o una separaci¨®n se rompe la pareja, aunque nuestro rol como padres y madres sigue intacto aunque nos veamos menos o de diferente manera.
- Ambos padres presentes: a la hora de dar la noticia es importante que ambos padres est¨¦n presentes. El d¨ªa y el lugar debe ser acordado por ambos progenitores y deben tener un esquema de los puntos imprescindibles a tratar. A mayor tranquilidad de los padres, m¨¢s seguros se sentir¨¢n sus hijos. Estar tranquilos no quiere decir evitar o no expresar nuestra tristeza. Es un proceso de separaci¨®n y es inevitable que sea triste y duela.
- La ruptura es una decisi¨®n conjunta: siempre es mejor presentar la separaci¨®n como una decisi¨®n que hemos tomado ambos miembros de la pareja, aunque en la pr¨¢ctica puede que la decisi¨®n la haya tomado uno de los dos.
- Darles todo hecho a los ni?os: no dejar nada a la imaginaci¨®n de los ni?os. Cuanto m¨¢s expl¨ªcitos y concretos seamos, mejor para nuestros hijos aunque en un primer momento pueda doler.
- Mismo mensaje: ambos miembros de la pareja deben transmitir el mismo mensaje a sus hijos. Por este motivo, antes de tener la conversaci¨®n con los ni?os, los adultos deben coordinarse para transmitir un mismo mensaje que sea coherente y consensuado. Evitar caer en el error de dramatizar la situaci¨®n o mostrar comportamientos victimistas. No hay ni buenos ni malos en una separaci¨®n de cara a los ni?os.
- Decisi¨®n irrevocable: cuando le comuniquemos la decisi¨®n a nuestros hijos, debe quedar claro que no hay nada que ellos puedan hacer para evitar la ruptura. Adem¨¢s, nuestra decisi¨®n nada tiene que ver con ellos, es una cuesti¨®n de pareja. Por mucho miedo que no d¨¦ es importante dejar claro que es una decisi¨®n firme, meditada y consensuada.
- Permitir que se expresen: es importante que en todo momento dejemos que expresen sus emociones y hagan preguntas. Es normal que puedan sentirse rabiosos, tristes, culpables, con miedo o responsables de esta ruptura. Dejadles que expresen cualquier emoci¨®n y que hagan todas las preguntas que necesiten. Quiz¨¢s las preguntas no salgan en ese momento debido al shock inicial y puedan surgir en los pr¨®ximos d¨ªas o semanas.
- Miedo a romper el v¨ªnculo: la madre de todas las emociones es el miedo. Por eso, el mayor miedo que tienen nuestros hijos no es otro que la ruptura de la relaci¨®n con ambos progenitores. Una de las cosas que debemos tener en cuenta es que la calidad de nuestra relaci¨®n no debe cambiar. Si esto se lo aseguramos, los ni?os se sentir¨¢n mejor y m¨¢s seguros.
- Nuestros hijos tienen un pensamiento egoc¨¦ntrico: ellos piensan en s¨ª mismos y sus padres quedan relegados a un segundo plano. Por eso, lo ¨²nico que quieren es que las cosas cambien lo menos posible y nos les afecte a ellos. El hecho de que pap¨¢ y mam¨¢ est¨¦n juntos es secundario. Decirles que la relaci¨®n que tienen con sus padres no va a cambiar suele tranquilizarles.
En conclusi¨®n, tener una conversaci¨®n con nuestros hijos para comunicarles que la pareja se rompe no es plato de buen gusto para nadie; ni para los padres ni para sus hijos. A pesar de esto, si tenemos presente en todo momento, ambos miembros de la pareja, que los menores son la prioridad y hacemos las cosas con cari?o, coherencia y pensando en ellos, las cosas ir¨¢n bien. La capacidad de resiliencia y adaptaci¨®n de los menores no tiene l¨ªmites. Mucho ¨¢nimo.
Rafa Guerrero es psic¨®logo y doctor en Educaci¨®n. Director de Darwin Psic¨®logos. Autor de los libros ¡°Educaci¨®n emocional y apego¡± (2018), ¡°Cuentos para el desarrollo emocional desde la teor¨ªa del apego¡± (2019), ¡°C¨®mo estimular el cerebro del ni?o¡± (2020), ¡°Educar en el v¨ªnculo¡± (2020) y ¡°Vinculaci¨®n y autonom¨ªa a trav¨¦s de los cuentos¡± (2020).
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