Por qu¨¦ es importante potenciar las habilidades sociales en los ni?os
Para poder relacionarnos de un modo eficaz, hay que desarrollar conductas que permitan una interacci¨®n satisfactoria con los dem¨¢s, y los primeros a?os de vida son esenciales para conseguirlo
Son las cuatro de la tarde. Los padres agolpados en la puerta de la escuela esperan pacientemente a que los m¨¢s peque?os del centro, aquellos que cursan alguna etapa de Educaci¨®n Infantil, salgan. Pasados unos minutos, la puerta de cristal de una de las aulas del colegio se abre y el maestro anima a un grupo de cuatro a?os a que, agarrados de la mano y sin soltarse del compa?ero, se dirijan a la salida del recinto. Algunos de ellos, juguetones, se resisten a obedecer las ¨®rdenes del profesor. Quieren salir corriendo, saltando entre los setos del jard¨ªn, hacia donde se encuentra sus padres. Su ...
Son las cuatro de la tarde. Los padres agolpados en la puerta de la escuela esperan pacientemente a que los m¨¢s peque?os del centro, aquellos que cursan alguna etapa de Educaci¨®n Infantil, salgan. Pasados unos minutos, la puerta de cristal de una de las aulas del colegio se abre y el maestro anima a un grupo de cuatro a?os a que, agarrados de la mano y sin soltarse del compa?ero, se dirijan a la salida del recinto. Algunos de ellos, juguetones, se resisten a obedecer las ¨®rdenes del profesor. Quieren salir corriendo, saltando entre los setos del jard¨ªn, hacia donde se encuentra sus padres. Su ¡°profe¡± insiste en que deben ir sujetos de la mano. Aun as¨ª, se revuelven y, con un ¡°no¡± n¨ªtido, ponen en jaque la autoridad de su tutor. Esta situaci¨®n hace que la salida del grupo se demore, hasta que no comprendan que las normas son las mismas para todos; nadie puede esquivarlas. Algunos, m¨¢s conscientes, pese a su corta edad, y para mitigar la situaci¨®n intentan sujetar con la mano a sus compa?eros para hacerles comprender que deben respetar y obedecer. El docente, con su actitud, trabaja para que desarrollen una serie de conductas sociales que les ayude a relacionarse adecuadamente con el resto de sus compa?eros; es decir, que incorporen habilidades sociales.
El desarrollo de habilidades sociales durante la ¨¦poca infantil y juvenil es esencial para que la persona modele su conducta mediante la educaci¨®n y las experiencias diarias. Pedro Javier Rodr¨ªguez Hern¨¢ndez, miembro de la Sociedad de Psiquiatr¨ªa Infantil de la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa (SPI-AEP), considera que ¡°las habilidades sociales son un grupo de estrategias y capacidades donde interviene la conducta y la modulaci¨®n emocional que ayuda a desenvolverse y resolver situaciones sociales¡±. Este miembro de la SPI-AEP apunta que ¡°el ser humano, como animal social, se desenvuelve en un contexto social necesario para su desarrollo y, m¨¢s concretamente, para su ¨¦xito social, uno de los factores m¨¢s importantes para alcanzar la felicidad¡±. De hecho, este experto afirma que ¡°el mayor estudio que se ha hecho hasta el momento para identificar cu¨¢les son los factores de felicidad en el ser humano coloca el ¨¦xito en la sociabilizaci¨®n en la primera posici¨®n, por delante incluso de la salud¡±.
Para poder relacionarnos de un modo eficaz, satisfactorio y competente con las personas que nos rodean hay que desarrollar conductas que nos permitan esa relaci¨®n satisfactoria con los dem¨¢s, y los primeros a?os de vida son esenciales para conseguirlo. Mar Faya Barrios, jefa de la Secci¨®n de Psiquiatr¨ªa del madrile?o Hospital Infantil Universitario Ni?o Jes¨²s, considera que, durante la infancia, ¡°padres, familiares y educadores les ayudar¨¢n a interiorizar y tener conciencia de sus actos y saber que ¨¦stos tienen consecuencias. Comenzar¨¢n a ponerse en el lugar del otro y no pensar¨¢n s¨®lo en ellos mismos. Aprender¨¢n a tolerar los primeros NO, porque ¨¦stos les ayudar¨¢n a crecer con l¨ªmites y a tolerar poco a poco las frustraciones¡±.
La adquisici¨®n de las habilidades sociales se inicia pr¨¢cticamente desde que somos beb¨¦s y se van fortaleciendo a medida que vamos creciendo. El miembro de SPI-AEP dice que ¡°con la adquisici¨®n de este tipo de habilidades comprendemos, modulamos y expresamos todo tipo de sentimientos en los momentos adecuados. Los ni?os los tienen desde muy peque?itos, pero, a medida que van creciendo, est¨¢n condicionados por el propio temperamento o personalidad del ni?o y, tambi¨¦n, por el entorno¡±.
En los primeros a?os de una persona, el doctor Jos¨¦ Luis Pedreira Masa, psiquiatra del Hospital La Luz de Madrid, sostiene que una de las primeras conductas que se deben aprender es ¡°saber en cada momento cu¨¢l es la manera de responder ante los avisos que le hacen las personas: como no hagas eso, ven, etc¨¦tera. Estas respuestas est¨¢n relacionadas en parte con la obediencia, pero tambi¨¦n con la capacidad de interaccionar de manera positiva con los pares, con los que son iguales, pero tambi¨¦n con la capacidad de respeto. Es decir, por una parte, se tiene el respeto y, por otra, se desarrolla la capacidad de comunicaci¨®n y la capacidad de interacci¨®n positiva que refuerza el que se hagan las cosas bien¡±.
La adquisici¨®n de habilidades sociales se puede evaluar. Seg¨²n la jefa de la Secci¨®n de Psiquiatr¨ªa del Hospital Infantil Universitario Ni?o Jes¨²s, ¡°a trav¨¦s de la observaci¨®n conductual de las familias (sus competencias en las interacciones y el reconocimiento de claves sociales); y tambi¨¦n mediante los informes que reporten profesores, amigos y compa?eros y los profesionales a trav¨¦s de la entrevista cl¨ªnica estructurada, test psicom¨¦tricos y la evaluaci¨®n conductual (EC). En caso de no haberlas implementado adecuadamente, la disciplina positiva y la educaci¨®n emocional nos pueden proporcionar herramientas para potenciar los recursos personales facilit¨¢ndoles las destrezas sociales para modificar su conducta y desarrollar competencias emocionales, entre las que se incluir¨¢n aspectos como regulaci¨®n emocional, autogesti¨®n, inteligencia emocional (intrapersonal e interpersonal) y habilidades para la consecuci¨®n de mayor bienestar¡±. Y para lograrlo, la familia y la escuela adquieren un papel fundamental. Porque, seg¨²n asegura Mar Faya Barreiros, ¡°ning¨²n ser humano cambia si no es a trav¨¦s de otro y, en esta ¨¦poca en que la tecnolog¨ªa invade las relaciones sociales y las cambia, los valores que transmiten los padres competentes a trav¨¦s de un v¨ªnculo seguro permanecen¡±. Por eso, contin¨²a esta psiquiatra, ¡°es fundamental sensibilizar a maestros y profesores de la importancia del desarrollo social en la escuela, facilitar las relaciones sociales en el contexto del aula y el recreo, evitar el acoso y estimular la educaci¨®n emocional¡±.
Porque, como dice el representante de la SPI-AEP, si un ni?o no implementa habilidades sociales puede suceder, entre otras cosas, que desarrolle comportamientos agresivos o violentos, ¡°favorecidos por la baja autoestima, la insensibilidad a los resultados de sus acciones y la escasa tolerancia a la frustraci¨®n¡±. Este tipo de ni?os poseen dificultad para empatizar, ponerse en el lugar del otro, ¡°pues presentan dificultades en las capacidades de escucha, porque cuando escuchas puedes interiorizar los pensamientos de los dem¨¢s; problemas para comunicar sentimientos y emociones; modular su expresi¨®n emocional seg¨²n el entorno, algo fundamente, porque hay entornos en los que puedes expresar emociones de una determinada manera y otros en los que tienes que aprender no a reprimir pero s¨ª a utilizar de manera inteligente la expresi¨®n emocional para que no sea negativo para la propia persona¡±, agrega Pedro Javier Rodr¨ªguez Hern¨¢ndez. La capacidad de disculpa es importante tambi¨¦n, asegura este experto en psiquiatr¨ªa ¡°para poder reflexionar sobre lo que ha pasado y responder de manera alternativa para establecer la disculpa¡±.
Implementar habilidades sociales permite a ni?os y adolescentes a relacionarse con los dem¨¢s de una manera positiva y les ayuda a evitar la agresividad y las conductas violentas. Porque, como explican los expertos, cada conducta tiene una funci¨®n y finalidad espec¨ªfica y las conductas agresivas tambi¨¦n son una forma de comunicar. Esto se debe, en ocasiones, seg¨²n Mar Fayas Barrios, ¡°a que los ni?os y adolescentes no han aprendido formas de comunicar sus necesidades y la forma de hacerlo es a trav¨¦s de conductas problem¨¢ticas y no adaptativas. Aqu¨ª interviene la vulnerabilidad gen¨¦tica, la neurobiolog¨ªa, el v¨ªnculo establecido con sus cuidadores de referencia y la relaci¨®n de ¨¦ste con la regulaci¨®n emocional, todo ello asociado al ambiente y en interacci¨®n con ¨¦ste. Cuando un ni?o o adolescente presenta esta conducta (aqu¨ª no nos referimos a los Trastornos de Conducta) puede ser bien por dificultades perceptivas en el reconocimiento de emociones o bien porque no ha adquirido o ha perdido las habilidades sociocognitivas, tanto las simples como las complejas -empat¨ªa, inteligencia emocional, asertividad...-, necesarias para tener una actividad social competente¡±.Son las cuatro de la tarde. Los padres agolpados en la puerta de la escuela esperan pacientemente a que los m¨¢s peque?os del centro, aquellos que cursan alguna etapa de Educaci¨®n Infantil, salgan. Pasados unos minutos, la puerta de cristal de una de las aulas del colegio se abre y el maestro anima a un grupo de cuatro a?os a que, agarrados de la mano y sin soltarse del compa?ero, se dirijan a la salida del recinto. Algunos de ellos, juguetones, se resisten a obedecer las ¨®rdenes del profesor. Quieren salir corriendo, saltando entre los setos del jard¨ªn, hacia donde se encuentra sus padres. Su ¡°profe¡± insiste en que deben ir sujetos de la mano. Aun as¨ª, se revuelven y, con un ¡°no¡± n¨ªtido, ponen en jaque la autoridad de su tutor. Esta situaci¨®n hace que la salida del grupo se demore, hasta que no comprendan que las normas son las mismas para todos; nadie puede esquivarlas. Algunos, m¨¢s conscientes, pese a su corta edad, y para mitigar la situaci¨®n intentan sujetar con la mano a sus compa?eros para hacerles comprender que deben respetar y obedecer. El docente, con su actitud, trabaja para que desarrollen una serie de conductas sociales que les ayude a relacionarse adecuadamente con el resto de sus compa?eros; es decir, que incorporen habilidades sociales.
El desarrollo de habilidades sociales durante la ¨¦poca infantil y juvenil es esencial para que la persona modele su conducta mediante la educaci¨®n y las experiencias diarias. Pedro Javier Rodr¨ªguez Hern¨¢ndez, miembro de la Sociedad de Psiquiatr¨ªa Infantil de la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa (SPI-AEP), considera que ¡°las habilidades sociales son un grupo de estrategias y capacidades donde interviene la conducta y la modulaci¨®n emocional que ayuda a desenvolverse y resolver situaciones sociales¡±. Este miembro de la SPI-AEP apunta que ¡°el ser humano, como animal social, se desenvuelve en un contexto social necesario para su desarrollo y, m¨¢s concretamente, para su ¨¦xito social, uno de los factores m¨¢s importantes para alcanzar la felicidad¡±. De hecho, este experto afirma que ¡°el mayor estudio que se ha hecho hasta el momento para identificar cu¨¢les son los factores de felicidad en el ser humano coloca el ¨¦xito en la sociabilizaci¨®n en la primera posici¨®n, por delante incluso de la salud¡±.
Para poder relacionarnos de un modo eficaz, satisfactorio y competente con las personas que nos rodean hay que desarrollar conductas que nos permitan esa relaci¨®n satisfactoria con los dem¨¢s, y los primeros a?os de vida son esenciales para conseguirlo. Mar Faya Barrios, jefa de la Secci¨®n de Psiquiatr¨ªa del madrile?o Hospital Infantil Universitario Ni?o Jes¨²s, considera que, durante la infancia, ¡°padres, familiares y educadores les ayudar¨¢n a interiorizar y tener conciencia de sus actos y saber que ¨¦stos tienen consecuencias. Comenzar¨¢n a ponerse en el lugar del otro y no pensar¨¢n s¨®lo en ellos mismos. Aprender¨¢n a tolerar los primeros NO, porque ¨¦stos les ayudar¨¢n a crecer con l¨ªmites y a tolerar poco a poco las frustraciones¡±.
La adquisici¨®n de las habilidades sociales se inicia pr¨¢cticamente desde que somos beb¨¦s y se van fortaleciendo a medida que vamos creciendo. El miembro de SPI-AEP dice que ¡°con la adquisici¨®n de este tipo de habilidades comprendemos, modulamos y expresamos todo tipo de sentimientos en los momentos adecuados. Los ni?os los tienen desde muy peque?itos, pero, a medida que van creciendo, est¨¢n condicionados por el propio temperamento o personalidad del ni?o y, tambi¨¦n, por el entorno¡±.
En los primeros a?os de una persona, el doctor Jos¨¦ Luis Pedreira Masa, psiquiatra del Hospital La Luz de Madrid, sostiene que una de las primeras conductas que se deben aprender es ¡°saber en cada momento cu¨¢l es la manera de responder ante los avisos que le hacen las personas: como no hagas eso, ven, etc¨¦tera. Estas respuestas est¨¢n relacionadas en parte con la obediencia, pero tambi¨¦n con la capacidad de interaccionar de manera positiva con los pares, con los que son iguales, pero tambi¨¦n con la capacidad de respeto. Es decir, por una parte, se tiene el respeto y, por otra, se desarrolla la capacidad de comunicaci¨®n y la capacidad de interacci¨®n positiva que refuerza el que se hagan las cosas bien¡±.
La adquisici¨®n de habilidades sociales se puede evaluar. Seg¨²n la jefa de la Secci¨®n de Psiquiatr¨ªa del Hospital Infantil Universitario Ni?o Jes¨²s, ¡°a trav¨¦s de la observaci¨®n conductual de las familias (sus competencias en las interacciones y el reconocimiento de claves sociales); y tambi¨¦n mediante los informes que reporten profesores, amigos y compa?eros y los profesionales a trav¨¦s de la entrevista cl¨ªnica estructurada, test psicom¨¦tricos y la evaluaci¨®n conductual (EC). En caso de no haberlas implementado adecuadamente, la disciplina positiva y la educaci¨®n emocional nos pueden proporcionar herramientas para potenciar los recursos personales facilit¨¢ndoles las destrezas sociales para modificar su conducta y desarrollar competencias emocionales, entre las que se incluir¨¢n aspectos como regulaci¨®n emocional, autogesti¨®n, inteligencia emocional (intrapersonal e interpersonal) y habilidades para la consecuci¨®n de mayor bienestar¡±. Y para lograrlo, la familia y la escuela adquieren un papel fundamental. Porque, seg¨²n asegura Mar Faya Barreiros, ¡°ning¨²n ser humano cambia si no es a trav¨¦s de otro y, en esta ¨¦poca en que la tecnolog¨ªa invade las relaciones sociales y las cambia, los valores que transmiten los padres competentes a trav¨¦s de un v¨ªnculo seguro permanecen¡±. Por eso, contin¨²a esta psiquiatra, ¡°es fundamental sensibilizar a maestros y profesores de la importancia del desarrollo social en la escuela, facilitar las relaciones sociales en el contexto del aula y el recreo, evitar el acoso y estimular la educaci¨®n emocional¡±.
Porque, como dice el representante de la SPI-AEP, si un ni?o no implementa habilidades sociales puede suceder, entre otras cosas, que desarrolle comportamientos agresivos o violentos, ¡°favorecidos por la baja autoestima, la insensibilidad a los resultados de sus acciones y la escasa tolerancia a la frustraci¨®n¡±. Este tipo de ni?os poseen dificultad para empatizar, ponerse en el lugar del otro, ¡°pues presentan dificultades en las capacidades de escucha, porque cuando escuchas puedes interiorizar los pensamientos de los dem¨¢s; problemas para comunicar sentimientos y emociones; modular su expresi¨®n emocional seg¨²n el entorno, algo fundamente, porque hay entornos en los que puedes expresar emociones de una determinada manera y otros en los que tienes que aprender no a reprimir pero s¨ª a utilizar de manera inteligente la expresi¨®n emocional para que no sea negativo para la propia persona¡±, agrega Pedro Javier Rodr¨ªguez Hern¨¢ndez. La capacidad de disculpa es importante tambi¨¦n, asegura este experto en psiquiatr¨ªa ¡°para poder reflexionar sobre lo que ha pasado y responder de manera alternativa para establecer la disculpa¡±.
Implementar habilidades sociales permite a ni?os y adolescentes a relacionarse con los dem¨¢s de una manera positiva y les ayuda a evitar la agresividad y las conductas violentas. Porque, como explican los expertos, cada conducta tiene una funci¨®n y finalidad espec¨ªfica y las conductas agresivas tambi¨¦n son una forma de comunicar. Esto se debe, en ocasiones, seg¨²n Mar Fayas Barrios, ¡°a que los ni?os y adolescentes no han aprendido formas de comunicar sus necesidades y la forma de hacerlo es a trav¨¦s de conductas problem¨¢ticas y no adaptativas. Aqu¨ª interviene la vulnerabilidad gen¨¦tica, la neurobiolog¨ªa, el v¨ªnculo establecido con sus cuidadores de referencia y la relaci¨®n de ¨¦ste con la regulaci¨®n emocional, todo ello asociado al ambiente y en interacci¨®n con ¨¦ste. Cuando un ni?o o adolescente presenta esta conducta (aqu¨ª no nos referimos a los Trastornos de Conducta) puede ser bien por dificultades perceptivas en el reconocimiento de emociones o bien porque no ha adquirido o ha perdido las habilidades sociocognitivas, tanto las simples como las complejas -empat¨ªa, inteligencia emocional, asertividad...-, necesarias para tener una actividad social competente¡±.
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