Jos¨¦ Antonio Luengo, psic¨®logo: ¡°La hiperprotecci¨®n de un hijo es un error con consecuencias en el presente y tambi¨¦n en el futuro¡±
El decano del Colegio Oficial de Psic¨®logos de Madrid p¨²blica ¡®El dolor adolescente¡¯, un libro con el que pretende que el lector empatice con los problemas habituales de los j¨®venes y sepa afrontarlos desde la comprensi¨®n, la complicidad y la empat¨ªa
Cuidar la salud mental de los j¨®venes es uno de los desaf¨ªos sin precedentes de la sociedad actual. Por ejemplo, el proyecto #Rayadas (junio, 2023) de la ...
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Cuidar la salud mental de los j¨®venes es uno de los desaf¨ªos sin precedentes de la sociedad actual. Por ejemplo, el proyecto #Rayadas (junio, 2023) de la Fundaci¨®n Manantial ¡ªasociaci¨®n para mejorar la atenci¨®n social y sanitaria de las personas con problemas emocionales y mentales¡ª, alerta del aumento de estos trastornos, sobre todo en la adolescencia. ¡°Recientes estudios indican que uno de cada tres j¨®venes entre 12 y 19 a?os reconoce haber sentido malestar emocional en el ¨²ltimo a?o¡± y ¡°El aumento de ansiedad, depresi¨®n, ideaci¨®n suicida o problemas alimentarios son los signos m¨¢s visibles y alarmantes de la extensi¨®n de estas psicopatolog¨ªas en la poblaci¨®n juvenil¡± son algunas de las explicaciones en el comunicado del proyecto. A?ade tambi¨¦n que vivir con tristeza, desesperanza, sufrir falta de concentraci¨®n o tener problemas para dormir de manera frecuente, ¡°son situaciones que no se deber¨ªan asumir como normales en los adolescentes¡±.
El psic¨®logo Jos¨¦ Antonio Luengo (Madrid, 65 a?os), decano del Colegio Oficial de Psicolog¨ªa de Madrid y actualmente miembro del Equipo para la Prevenci¨®n del Acoso Escolar en la Comunidad de Madrid, enmarca dentro de esta problem¨¢tica su nuevo libro, El dolor adolescente (Plataforma Editorial, 2023). Un libro escrito en un lenguaje sencillo con el que Luengo pretende contribuir a la reflexi¨®n de los adultos que tratan con los adolescentes y cambiar nuestra mirada, para poder empatizar con los problemas habituales de la adolescencia y para posicionarse desde la comprensi¨®n, la complicidad y la empat¨ªa.
PREGUNTA. Seg¨²n Unicef, Espa?a es el pa¨ªs europeo con mayor prevalencia de problemas de salud mental entre ni?os y adolescentes. ?Por qu¨¦ cree que ocurre?
RESPUESTA. Los datos del informe de Unicef al que se refiere, titulado Empeora la situaci¨®n de la salud mental de los ni?os en Europa y publicado en 2021, apuntaban directamente en esa direcci¨®n, si bien no podemos ni debemos obviar que se trata de una investigaci¨®n con datos prepandemia. Esta circunstancia no es banal. La curva de crecimiento de los des¨®rdenes emocionales y psicol¨®gicos y de los trastornos de esta naturaleza (de gravedad tasada) viene mostrando desde hace m¨¢s de 10 a?os un incremento inquietante. La pandemia ha obrado como un catalizador especialmente da?ino y, consecuentemente, la poblaci¨®n vulnerable ha incrementado su nivel de riesgo de desestabilizaci¨®n y, asimismo, es m¨¢s que probable que se haya visto incrementada en n¨²mero de ni?os y adolescentes afectados. La explicaci¨®n no es sencilla. Es imprescindible seguir recabando datos con investigaciones que permitan ahondar en posibles causas y tambi¨¦n en los impactos. Nada de lo que detectamos en la actualidad es casual.
P. ?Cu¨¢les han sido esas causas o impactos que han podido provocar el empeoramiento de la salud mental de los j¨®venes?
R. Los cambios evidenciados en nuestro modo de vivir, de muy diferente orden (social, cultural, econ¨®mico, demogr¨¢fico¡), han supuesto una modificaci¨®n sustantiva y dr¨¢stica en muy poco margen temporal, del modo en que, como sociedad, interpretamos prioridades, valores, modelos de educaci¨®n, ritmos y formas de vida. Y parecen existir no pocos indicadores de que los determinantes sociales de la salud y de la salud mental, el aumento de la franja de poblaci¨®n en riesgo de pobreza y las posibilidades reales de acceso a dispositivos de atenci¨®n especializada en caso de necesidad tienen que ver con lo que estamos presenciando en el d¨ªa a d¨ªa. La vulnerabilidad psicol¨®gica, insisto, se ha visto incrementada, en n¨²mero de personas afectadas y en la intensidad y gravedad de la sintomatolog¨ªa. En el libro El dolor adolescente describo detalladamente las hip¨®tesis citadas con las que estamos trabajando.
P. Si bien es cierto que los padres y madres est¨¢n ahora m¨¢s informados que nunca, ?cree que poseen las herramientas suficientes para atravesar y acompa?ar la adolescencia de sus hijos?
R. Padres y madres intentan hacer las cosas adecuadamente. No me cabe duda. Pero las cosas han cambiado de manera radical en una generaci¨®n y media; como poco. Los modelos educativos, el modo en que leemos la realidad y establecemos las prioridades, las maneras en las que nos estamos relacionando y las condiciones en las que viven y crecen nuestros ni?os y adolescentes est¨¢n poniendo en juego claves que no siempre son sencillas de gestionar y manejar en el entorno familiar. Se habla mucho, y con raz¨®n, de la influencia significativa de varios elementos sustanciales de la vida en la actualidad que pueden estar afectando a los modelos educativos en casa, con notables repercusiones en el modo en que ni?os y adolescentes transitan por su d¨ªa a d¨ªa.
P. ?Podr¨ªa poner alg¨²n ejemplo?
R. Hay muchos. La influencia de los c¨¢nones de imagen corporal accesibles y la presi¨®n social ejercida en los entornos virtuales sobre el modelo ideal de ser y comportarse; el acceso a contenidos absolutamente inadecuados en internet o la provisionalidad y escasa profundidad de las relaciones interpersonales en las redes de mensajer¨ªa instant¨¢nea. Adem¨¢s, la sobreprotecci¨®n en la que envolvemos a nuestros hijos para tratar de evitar lo inevitable, es decir, vivir la adversidad; y consecuentemente, aprender a gestionarla.
P. ?Existe una f¨®rmula perfecta para educar?
R. No, no existe una forma perfecta de educar. La imperfecci¨®n y los errores, si sabemos gestionarlos adecuadamente, nos ayudan tambi¨¦n a crecer y madurar (aprendiendo a perdonar y saber pedir perd¨®n, por ejemplo). Pero s¨ª sabemos que la hiperprotecci¨®n es un error de consecuencias no peque?as en el presente, pero tambi¨¦n en el futuro. La dificultad ayuda a saber vivir. Y esta es una idea que padres y madres deber¨ªamos incorporar en el d¨ªa a d¨ªa.
P. ?Qu¨¦ papel cree que tienen los dispositivos electr¨®nicos y las nuevas tecnolog¨ªas en la salud mental de los j¨®venes?
R. Hoy en d¨ªa, a chicos y chicas las cosas les ocurren, esencialmente, en los centros educativos y en los entornos virtuales. Sin perder de vista lo que se experimenta y vive en las relaciones familiares. No obstante, la relevancia de las relaciones que se establecen en los escenarios escolares entre compa?eros (y con el profesorado) y las que cuajan en los contextos digitales es poco cuestionable. Somos, o acabamos siendo, dependiendo de lo que hacemos y vivimos. Y, por supuesto, de lo que hacemos con quien vivimos. Y, calculando los tiempos de presencia en las escuelas y ante las pantallas, hemos de considerar que las influencias que afloran en estos entornos marcan de manera notable el modo en que leemos la realidad y entendemos nuestras maneras de interactuar con ella.
P. ?Qu¨¦ impactos tienen?
R. Si analizamos los impactos de la vida en la red, hemos de considerar que no tiene m¨¢s recorrido que el que discurre en los ¨²ltimos 15 a?os aproximadamente. Y todo ha cambiado a tal velocidad que el mundo adulto no ha sabido gestionarlo. Acabamos siempre llegando tarde. Es imprescindible entender que este es el mundo que tenemos y que sus especiales circunstancias no van a parar. Ir¨¢n a m¨¢s. Solo apelar a la Inteligencia Artificial generativa nos pone en situaci¨®n de oportunidades, claro, pero tambi¨¦n de riesgos evidentes.
P. ?Cree que los centros educativos tambi¨¦n tienen un papel determinante en la educaci¨®n socioemocional de los menores?
R. El sistema educativo se enfrenta a desaf¨ªos de gran relevancia en el cumplimiento de los objetivos que le son marcados por el ordenamiento jur¨ªdico y las responsabilidades que tiene contra¨ªdas. Uno de ellos tiene que ver con la atenci¨®n al desarrollo emocional y psicol¨®gico del alumnado en los tiempos que nos toca vivir en la actualidad. Las comunidades educativas representan un espacio de ense?anza-aprendizaje en el que la relaci¨®n interpersonal y los modelos de convivencia suponen un elemento esencial en el aprendizaje para la vida. El alumnado con trastornos emocionales y determinadas dificultades ligadas a la salud mental est¨¢ en nuestros centros. Un porcentaje cercano al 50% de los trastornos mentales que sufrimos en la edad adulta tiene su origen antes de los 15 a?os. Es dif¨ªcil encontrar mejor argumento para entender la necesidad de acometer acciones protectoras, promotoras del bienestar psicol¨®gico y detectar y prevenir los des¨®rdenes emocionales.
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