La salud mental de ni?os y adolescentes tras un a?o de pandemia
Se cumple un a?o desde que cerraran los colegios en Madrid. Jos¨¦ Antonio Luengo, psic¨®logo, sostiene que tanto chicos como chicas han pasado por estas situaciones dif¨ªciles, ¡°como han podido¡±
Este jueves, 11 de marzo, hace un a?o que los colegios cerraron en Madrid debido a la crisis actual del coronavirus. En un principio, era para tan solo 15 d¨ªas. Luego transcurrieron semanas de encierro y sin clases presenciales. Los ni?os y adolescentes vieron c¨®mo su entorno cambiaba sustancialmente, su rutina escolar y su convivencia con la familia. Fueron los grandes olvidados durante el confinamiento domiciliario. Este pasado septiembre, casi todos volvieron a las aulas. Y fue ah¨ª cuando profesores y padres empezaron a ver las consecuencias de una pandemia que contin¨²a hoy y que arrastra consigo una fatiga que sufrimos todos, los adultos, pero tambi¨¦n ellos.
Jos¨¦ Antonio Luengo, Licenciado en Psicolog¨ªa, especialista en Psicolog¨ªa Educativa y Sanitaria y Secretario de la Junta de Gobierno del Colegio de Psic¨®logos de Madrid, sostiene por tel¨¦fono que las consecuencias de estos 12 meses se est¨¢n viendo ahora: ¡°Los efectos tienen mucho que ver con lo que es precisamente la narrativa de este tipo de procesos. Quiero decir, que cuando se est¨¢ viviendo lo incomprendido, la dificultad o el cambio dr¨¢stico de rutina, uno se adapta como puede. Pero claro, esto genera un proceso de agotamiento en t¨¦rminos generales; de falta de certezas; de dudas sobre quien soy yo, si volver¨¦ a ser el mismo y si volver¨¦ a hacer las cosas que hac¨ªa antes¡±. Seg¨²n mantiene Luengo, todo esto es lo que se conoce como fatiga pand¨¦mica.
Las secuelas que m¨¢s est¨¢n viendo los expertos en el alumnado tienen una doble capa: ¡°Por un lado, est¨¢n las chicas y chicos que ya eran vulnerables por distintas razones familiares; socioculturales o econ¨®micas; o que eran m¨¢s vulnerables desde el punto de vista de la salud mental, estos, l¨®gicamente, han visto agravada de manera sensible su manera de actuar frente a la vida¡±. Para el experto, ¡°en ellos han aflorado las dificultades de una forma significativa¡±.
¡°Y esto lo estamos viendo en los centros educativos de una manera muy clara. Las demandas al equipo de direcci¨®n y al departamento de orientaci¨®n van relacionadas con el asesoramiento de los posibles trastornos que se dan en los chavales, como ansiedad y depresi¨®n; secuelas en el comportamiento; chicos que tienen serias dificultades para reincorporarse al trabajo cotidiano, que han perdido referencias personales, que han visto bajar su autoestima o sus recursos personales de forma dr¨¢stica. Se han incrementado de manera notable las comunicaciones de los chavales de este sufrimiento¡±. Por ejemplo, comunicando incluso pensamientos suicidas y comportamientos relacionados. ¡°Esto en los chicos m¨¢s vulnerables¡±, incide.
¡°Hay luego un porcentaje¡±, prosigue, ¡°de alumnos y alumnas dif¨ªciles de cuadrar, de acotar, pero que puede estar entre el 5% y el 7%, que son chicos y chicas que padecen fobia a salir a la calle y a poder enfrentarse al d¨ªa a d¨ªa¡±. Seg¨²n mantiene Luengo, los miedos en general son comportamientos adaptativos, pero cuando se mantienen en el tiempo y se enervan y se complican, se convierten en un trastorno ¡°denominado fobia, fobia al contacto social, a lo cotidiano, a volver al colegio¡±. Todo esto se debe a que el trauma se ha mantenido durante mucho tiempo, ligado a la sobreexigencia, a las dificultades, a no poder llegar a todo, o que se te van de las manos los pocos recursos que tienes: ¡°Todos lo sobrellevamos como buenamente podemos, pero cuando pasa el tiempo, los efectos de esa situaci¨®n son a veces devastadores¡±. Seg¨²n a?ade, por ejemplo, en forma de recuerdos de incapacidad, de dificultad, de dolor. ¡°Y encima todo esto con una perspectiva dudosa, de que no se acaba. Solo la aparici¨®n de la vacuna y dem¨¢s ha dado un poco de luz a este respecto¡±.
Globalmente, chicos y chicas han pasado por situaciones dif¨ªciles que, normalmente, no han comunicado. ¡°Han vivido como han podido. De hecho, de las consecuencias psicol¨®gicas de lo que han vivido en este tiempo se ha empezado hablar hace poco. Pens¨¢bamos que ellos se adaptaban. Pero ellos han manifestado su malestar de otra manera y los efectos aparecen un poco m¨¢s tarde y aparecen en forma de grave inseguridad, p¨¦rdida de identidad, de sensaci¨®n de impotencia, de miedos¡±, prosigue.
La edad como factor para afrontar esta crisis
La edad es un factor a la hora de afrontar una situaci¨®n de crisis. ¡°Cuanto m¨¢s capacidad de elaboraci¨®n mental de lo que pueda pasar tenga un chaval pues l¨®gicamente m¨¢s dificultades encontramos¡±, sostiene. ¡°De hecho¡±, contin¨²a, ¡°la infancia si algo tiene de positivo en este tipo de situaciones es que la inmadurez tambi¨¦n protege¡±.
Seg¨²n explica Luengo, esto se debe a que cuando eres peque?o no eres capaz de alcanzar probablemente los impactos, efectos y consecuencias de lo que est¨¢s viviendo: ¡°Siempre y cuando su entorno favorezca un d¨ªa a d¨ªa amable, agradable, el ni?o va a estar bien. Es cuando nos asomamos a la adolescencia cuando los seres humanos empezamos a sufrir. Empezamos a darnos cuenta de lo que es nuestra vida, de la importancia de las decisiones, de nuestros ¨¦xitos y fracasos¡±.
¡°Todo esto es lo que estamos viendo, lo que est¨¢n viviendo, no se trata de dramatizar; ahora a lo mejor estamos viendo el pico, pero puede estar ocultando otras cosas¡±. ¡°Pero es necesario decir que, adem¨¢s de la ansiedad y depresi¨®n, que son los grandes titulares, no nos podemos olvidar de factores como la p¨¦rdida de identidad, de inseguridad, de las dificultades para entender. Estas ¨²ltimas no son patolog¨ªas en s¨ª mismas, pero s¨ª necesitan de la atenci¨®n y acompa?amiento necesarios¡±, explica el experto.
Jos¨¦ Antonio Luengo incide en la labor fant¨¢stica que est¨¢ haciendo el profesorado. ¡°Quiero resaltarlo: Espa?a no habr¨ªa aguantado; estos ni?os, ni?as y adolescentes no habr¨ªan aguantado sin estos profesores que les han ayudado a seguir, y lo han hecho en las peores condiciones y lo han conseguido¡±. El experto explica que prepararon un material que se distribuy¨® en el primer cuatrimestre de este curso a los m¨¢s 2.000 centros de Madrid sobre c¨®mo ayudar en el desahogo emocional a los alumnos y as¨ª poder cuidar y atender estos procesos: ¡°Los chicos volv¨ªan a las aulas, y muchos volv¨ªan con mucho miedo¡±, termina Luengo.
C¨®mo podemos ayudar padres y madres a nuestros hijos
Son tres pasos fundamentales, seg¨²n Jos¨¦ Antonio Luengo, psic¨®logo.
1. Con el ejemplo: ¡°Nosotros, los padres, tenemos que dar un ejemplo de tranquilidad, de sosiego, de explicaci¨®n, de visualizaci¨®n de lo que ha pasado y de c¨®mo, a pesar de todas las dudas y la situaci¨®n actual, vamos a espacios mejores¡±.
2. Con la tranquilidad en el trato: ¡°La explicaci¨®n, la paciencia y la capacidad de comprender, ya que, a veces, nuestros chicos est¨¢n viviendo cosas que nos describen de una manera que no somos capaces de descifrar, pero que es especialmente importante que lo hagan¡±.
3. Con la comunicaci¨®n entre familia y escuela, de manera que conozcamos muy bien c¨®mo est¨¢ nuestro hijo en el centro educativo. ¡°Si siempre ha sido important¨ªsima la comunicaci¨®n entre padres y colegio, ahora lo es m¨¢s. Porque a veces los comportamientos no son los mismos¡±, explica. ¡°Chicos que parec¨ªa que en casa estaban tranquilos, pero luego resulta que el profesor nos dice que se le ha puesto a llorar o lo est¨¢ pasando fatal. Por todo, esta comunicaci¨®n es imprescindible¡±.
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