El reto de proteger la salud mental de los m¨¢s peque?os
Loreto Justrib¨® Medina, psic¨®loga general sanitaria, explica que, durante la pandemia, los menores han pasado a?os clave de su desarrollo, percibiendo el mundo como un sitio peligroso y perdi¨¦ndose parte de la comunicaci¨®n emocional
La pandemia y el confinamiento por la covid-19 nos han afectado a todos de una manera que se ha hecho notar a todos los niveles. Y los ni?os y ni?as no escapan de ello. Seg¨²n los expertos, durante estos dos a?os, se ha visto incrementado el n¨²mero de consultas infantojuveniles tanto en el servicio de Pediatr¨ªa como en el de Psicolog¨ªa. Y, como explican, las consultas m¨¢s frecuentes en este tipo de poblaci¨®n est¨¢n relacionadas con tres cuestiones: la ansiedad por separaci¨®n, retrasos en el desarrollo y alteraciones de la conducta y de las emociones. Loreto Justrib¨® Medina, psic¨®loga General Sanitaria especializada en Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) y Dependencia, explica c¨®mo les ha afectado.
¡°Padecer ansiedad por separaci¨®n se debe a que los ni?os menores de seis a?os no han vivido el proceso normal de separaci¨®n de sus figuras de apego durante estos dos a?os o, si hab¨ªan comenzado a hacerlo, se han vuelto a habituar a la presencia continua de sus progenitores, por lo que se ha visto reducida su autonom¨ªa¡±, sostiene la psic¨®loga. En cuanto a los retrasos en el desarrollo, la especialista asevera que el confinamiento y las restricciones durante estos a?os han privado a los m¨¢s peque?os de muchos est¨ªmulos, sobre todo sociales: ¡°Las alteraciones de la conducta y de la emoci¨®n est¨¢n muy relacionadas, y pueden estar derivadas, entre otras cosas, de la incapacidad de gestionar los nuevos contactos sociales, la percepci¨®n del mundo como un lugar peligroso, la readaptaci¨®n a ¡°la nueva realidad¡± donde est¨¢n cambiando las medidas de seguridad, la separaci¨®n de los progenitores e incluso alg¨²n duelo que por desgracia les haya tocado vivir¡±.
Este martes 26 de abril se conmemora en Espa?a el D¨ªa del Ni?o; fecha que coincide con el primer d¨ªa que pudieron salir los peque?os a la calle tras el confinamiento. Dos a?os de aquella regla: una hora, una vez al d¨ªa, un kil¨®metro, un adulto. Una jornada que quiere recordar su actitud durante el confinamiento, enfrent¨¢ndose de manera responsable a la incertidumbre y a la transformaci¨®n de sus rutinas (escuela, amigos, actividades deportivas, culturales y de ocio...). Hacemos con Justrib¨® un recorrido sobre c¨®mo han afectado estos dos a?os a los m¨¢s peque?os de la casa.
PREGUNTA. ?Los menores de seis a?os recordar¨¢n por lo que han pasado en la pandemia?
RESPUESTA. Los menores de seis a?os ser¨¢n los que menos recuerden, expl¨ªcitamente, esta pandemia, pero son a su vez con los que tenemos un reto mayor. Es decir, estos ni?os y ni?as han pasado a?os clave de su desarrollo, percibiendo el mundo como un sitio peligroso, no pudiendo relacionarse con sus iguales y perdi¨¦ndose gran parte de la comunicaci¨®n emocional a causa de las mascarillas. Los ni?os de esta edad van aprendiendo y generando su propia percepci¨®n del mundo a trav¨¦s de su relaci¨®n y la de sus figuras de apego con el mismo. Este aprendizaje no es expreso, sino que lo conforman a trav¨¦s de la observaci¨®n e imitaci¨®n. El reto que tenemos por delante es empezar a demostrarles, a trav¨¦s de nuestro ejemplo y siempre con responsabilidad, que el mundo no es un lugar peligroso, para que as¨ª se vaya moldeando ese aprendizaje adquirido durante estos dos a?os.
P. ?C¨®mo dir¨ªa que fue la adaptaci¨®n de los menores?
R. En general, los ni?os reaccionaron muy bien. Los m¨¢s peque?os funcionan excelentemente a trav¨¦s de las rutinas, porque les dan seguridad. Aparte, si se ha comunicado y explicado de una forma que pudiesen entender sin causar una excesiva alarma, han podido adaptarlo a su d¨ªa a d¨ªa sin ning¨²n problema.
P. ?Fueron los m¨¢s perjudicados durante el confinamiento m¨¢s duro? No pod¨ªan salir, ni ver a sus amigos... ?Tendr¨¢ esto consecuencias en su psique?
R. El confinamiento estricto ha sido una ¨¦poca bastante cr¨ªtica. No podemos afirmar que los ni?os fuesen los m¨¢s afectados porque todos los grupos de edad tuvieron afecciones distintas, y las comparaciones entre grupos con momentos evolutivos distintos no tienen mucho sentido. Dicho esto, s¨ª que podemos afirmar que ha sido un grupo que ha podido sufrir las consecuencias de manera m¨¢s indirecta o que se han dado de manifiesto m¨¢s a largo plazo. Las consecuencias que estamos viendo ahora y que han sido comentadas m¨¢s arriba, son tambi¨¦n resultado de este per¨ªodo. En general, lo m¨¢s acusado por los ni?os de esta edad ha sido la no socializaci¨®n y la falta de est¨ªmulos. Esto puede generar problemas de ansiedad social, de aislamiento, problemas en las relaciones con iguales¡ Pero esto no tiene por qu¨¦ ser categ¨®rico e igual para todos los ni?os de esta edad. Tambi¨¦n entran en juego los factores de protecci¨®n que hayan tenido durante el confinamiento (como rutinas o espacios para desahogarse) y c¨®mo los padres y profesores hayan ido reintroduciendo a los ni?os en su vida m¨¢s cotidiana.
P. Siempre se habla de que vivimos en una sociedad adultocentrista, algo que ha quedado patente en este tiempo. ?Hemos aprendido algo?
R. La lecci¨®n que debemos aprender es c¨®mo comunicarnos con los ni?os. Debemos de ser muy conscientes -padres y madres- de que somos su referencia durante sus primeros a?os, que entender¨¢n el mundo a trav¨¦s de nosotros y que nuestras acciones tienen efecto en ellos. Es por ello que tenemos que comprender que los ni?os ¡°se enteran¡± de las cosas. Y que peque?os gestos o respuestas pueden ser interpretados de mil maneras por ellos, de ah¨ª la importancia de explicarles las cosas de forma que puedan entenderlas. Ha quedado tambi¨¦n muy patente la importancia de que una buena educaci¨®n en emociones es primordial para que nuestros ni?os aprendan a gestionar las situaciones que se encuentren, as¨ª como la relevancia de la estimulaci¨®n y el contacto social ante el auge del contacto a trav¨¦s de las nuevas tecnolog¨ªas.
P. Tras estos dos a?os, ?c¨®mo nos podemos dar cuenta los padres de si han sufrido secuelas?
R. Con los m¨¢s peque?os es muy importante fijarnos en su comportamiento. Si vemos un cambio muy brusco en el mismo, nos puede indicar que puede haber sufrimiento. Sobre todo con los ni?os m¨¢s peque?os, porque ellos no son tan capaces de expresar qu¨¦ les ocurre y su forma de hacerlo es a trav¨¦s de la conducta. Otra de las maneras de darnos cuenta de que algo puede sucederle a nuestro hijo es observar c¨®mo se encuentra en sus diferentes contextos. Para ello es primordial la comunicaci¨®n con los colegios. Si desde el colegio notan un aislamiento repentino, un cambio de comportamiento o de rendimiento podr¨ªa ser la se?al de que tenemos que intervenir para ayudar a nuestros hijos.
P. ?Hay algo que podamos hacer en casa para los ni?os, sobre todo los m¨¢s peque?os (juego, cuentos...)?
R. Ahora est¨¢ m¨¢s patente que nunca que los ni?os tienen que sentir su casa y a sus padres como un espacio seguro. Es por ello que tenemos que ense?arles y darles esa red que necesitan. Un buen indicador para el futuro pasa por un aprendizaje en emociones y su expresi¨®n. Por ejemplo, un juego que puede hacerse con ellos, y que adem¨¢s refuerza la uni¨®n familiar, es ¡°contarse el d¨ªa¡±. Consistir¨ªa en que, en una hora de la tarde (antes o despu¨¦s de los deberes, antes de la ducha¡.) la familia se sienta en el sal¨®n o en el cuarto del ni?o y empieza a contar su d¨ªa. Al principio empezar¨¢n a hacerlo los adultos acompa?ados de material que represente las emocione (¡°hoy me he sentido feliz cuando he comido con los compa?eros¡±). Tambi¨¦n se debe hacer con las emociones que nos resultan m¨¢s desagradables, para ense?ar al ni?o que son normales y necesarias (¡°hoy me he sentido enfadado cuando no he salido a mi hora; es normal, ya que yo quer¨ªa veros antes)¡±. As¨ª pasar¨ªa por cada miembro de la familia, incluido el ni?o, al que se le validar¨¢n sus emociones, se le explicar¨¢n situaciones y se le brindar¨¢ el apoyo que necesita.
Puedes seguir De mamas & de papas en Facebook, Twitter o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter quincenal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.