¡°Mam¨¢, quiero un tatuaje¡±: c¨®mo gestionar el primer signo de rebeld¨ªa en la adolescencia
Tras el deseo de lucir un dibujo en la piel de forma permanente hay una necesidad de diferenciarse y crear una identidad propia. Lo recomendable es hablarlo con el adolescente y aportarle toda la informaci¨®n posible sobre sus consecuencias
¡°Me quiero hacer un tatuaje¡± puede convertirse en el mantra de algunos adolescentes, lo que a menudo plantea miedos en los padres con respecto a la salud dermatol¨®gica de sus hijos. ?Qu¨¦ hay tras la fascinaci¨®n por dibujar su piel permanentemente o perforar su cuerpo con piercings? Normalmente, tienen una funci¨®n social que suele conllevar un trasfondo de rebeld¨ªa, seg¨²n explica Ana Mar¨ªa G¨®mez,...
¡°Me quiero hacer un tatuaje¡± puede convertirse en el mantra de algunos adolescentes, lo que a menudo plantea miedos en los padres con respecto a la salud dermatol¨®gica de sus hijos. ?Qu¨¦ hay tras la fascinaci¨®n por dibujar su piel permanentemente o perforar su cuerpo con piercings? Normalmente, tienen una funci¨®n social que suele conllevar un trasfondo de rebeld¨ªa, seg¨²n explica Ana Mar¨ªa G¨®mez, psic¨®loga especializada en poblaci¨®n infanto-juvenil.
¡°Por una parte est¨¢n los adolescentes que se quieren diferenciar del grupo, crear su propia identidad y ser ¨²nicos, para reafirmar su propia existencia y sentir que no siguen los c¨¢nones establecidos por los dem¨¢s¡±, sostiene esta experta. Otro de los sentidos que los adolescentes dan al hecho de grabar con tinta su cuerpo es querer sentir que forman parte de ¡°una especie de tribu, donde se les acepta o son populares, lo cual se potencia al tener ¨ªdolos que se tat¨²an y aparecen en las redes sociales, cre¨¢ndose, as¨ª, tendencias de moda¡±, a?ade G¨®mez. No obstante, y seg¨²n sostiene, hay que tener en cuenta que la pr¨¢ctica de tatuarse ha estado presente en el mundo desde hace cerca de 4.000 a?os: ¡°Y han adquirido distintos significados y aplicaciones, como para la protecci¨®n, un indicador del estado evolutivo o social de la persona; de salud o de poder¡±.
Hay falta de consenso sobre la cuesti¨®n adictiva de los tatuajes. Por un lado, se afirma que ¡°s¨ª se trata de una adicci¨®n que no tiene que ver con la tinta o la perforaci¨®n del cuerpo, sino con el dolor y las endorfinas que se liberan para contrarrestar el malestar, lo que produce una sensaci¨®n parecida al consumo de drogas¡±, prosigue G¨®mez. Existe otra teor¨ªa que dice que lo que engancha a las personas a hacerse m¨¢s tatuajes es el hecho de que haya algo en su vida que perdure para siempre y que no sea temporal, ¡°como todo lo que encontramos en la sociedad actual¡±, matiza G¨®mez. ¡°O bien que llene un vac¨ªo ps¨ªquico que muchos adolescentes no saben manejar¡±, argumenta. Por ¨²ltimo, la experta incide en que tambi¨¦n existen teor¨ªas que no hablan de una adicci¨®n, ya que la persona se toma su tiempo en saber qu¨¦ poner en su piel, c¨®mo hacerlo y d¨®nde, por lo que no existe la caracter¨ªstica de impulsividad t¨ªpica en muchas adicciones.
Actitud de los padres cuando su hijo quiere un tatuaje
No existe una f¨®rmula sobre qu¨¦ respuesta dar a un hijo que quiere tatuar su piel. ¡°Cada familia es ¨²nica, tiene unos valores distintos y permite cosas que otras no. No obstante, los menores de edad no pueden acudir sin consentimiento a realizar ninguna de estas pr¨¢cticas, pero cuando cumplen los 18 a?os, si quieren hacerlo, lo llevar¨¢n a cabo, aunque sea en un sitio ilegal, que pueda poner en riesgo su salud¡±, argumenta G¨®mez. Por ello, prosigue, lo recomendable es que los progenitores se sienten a hablarlo con ¨¦l, a negociar y a aportarle toda la informaci¨®n posible al respecto.
La psic¨®loga recomienda trasladar al joven cu¨¢les pueden ser las consecuencias negativas de estos procesos, como infecciones o alergias, as¨ª como proyectar en el tiempo los tatuajes, para que este comprenda que con su edad todav¨ªa no se ha dejado de crecer y que la piel se puede estirar, pudiendo estropear ese dibujo: ¡°Adem¨¢s, hay que explicarles que si en un futuro los quiere eliminar tendr¨¢ que ser con l¨¢ser, un m¨¦todo costoso, doloroso y que no siempre es eficaz, ya que puede dejar cicatrices. Por otro lado, hay que asesorarle para que si lo hace sea en manos de profesionales y en centros homologados, donde se garantice la salud¡±.
La opini¨®n de los dermat¨®logos
Un tatuaje llevado a cabo de manera profesional no deber¨ªa conllevar peligros importantes, pero no son pr¨¢cticas exentas de riesgo. ¡°En la consulta de dermatolog¨ªa vemos en numerosas ocasiones distintos tipos de reacciones adversas inmediatas, como la inflamaci¨®n y el enrojecimiento de la zona, consecuencia de las m¨²ltiples infiltraciones requeridas para hacer un tatuaje, lo que se considera normal y tiende a durar entre una y tres semanas¡±, advierte Mar¨ªa Calvo, jefa de Dermatolog¨ªa y Est¨¦tica de Olympia Quir¨®n Salud de Madrid.
Estos grabados en la piel pueden provocar reacciones a largo plazo como las ¡°al¨¦rgicas e inflamatorias de contacto, producidas, sobre todo, por el mercurio presente en las tintas rojas. Tambi¨¦n son bastante frecuentes las infecciones bacterianas y existe riesgo de contraer hepatitis o Virus de Inmunodeficencia Humana (VIH), debido a la reutilizaci¨®n de material tras hacer un tatuaje a una persona infectada¡±, explica la dermat¨®loga. La experta advierte que los tatuajes temporales con henna son m¨¢s seguros, pero si este producto se adultera con aditivos puede producir reacciones y provocar eccemas y alergia permanente a los tintes. En cuanto a las zonas del cuerpo que suelen tener m¨¢s complicaciones, estas son las cartilaginosas, como la nariz y las orejas.
Los consejos b¨¢sicos de los dermat¨®logos a la hora de hacerse un tatuaje son acudir siempre a lugares profesionales, que utilicen pigmentos con registro sanitario, est¨¦riles y con una identificaci¨®n clara de su composici¨®n y fabricante. Una vez hecho, durante los 15 d¨ªas posteriores, ¡°hay que tener unas medidas de higiene adecuadas con un jab¨®n antis¨¦ptico y una crema antibi¨®tica y evitar la exposici¨®n de la zona al sol durante unas ocho semanas¡±, explica la m¨¦dica.
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