El calor se cobra 2.700 vidas de mayo a julio
Los ancianos son los m¨¢s afectados por las temperaturas extremas
Espa?a se enfrenta a uno de los veranos m¨¢s t¨®rridos de los ¨²ltimos 40 a?os. Desde mediados de mayo hasta el pasado 26 de julio, 2.710 personas han fallecido por causas relacionadas con el calor, seg¨²n las estimaciones del Sistema de Monitorizaci¨®n de Mortalidad Diaria del ISCIII (MOMO). En mayo hubo 57 muertos, 830 en junio y 1.823 hasta finales de julio. Los ancianos mayores de 75 a?os son los m¨¢s afectados. De las 1.823 muertes estimadas en julio, 1.588 corresponden a este grupo.
A las personas mayores se suman aquellas con enfermedades cr¨®nicas y que utilizan medicamentos que alteran el sistema termorregulador, como los pacientes card¨ªacos o diab¨¦ticos. Un tercer grupo corresponde a quienes se exponen directamente a las inclemencias del sol, como los trabajadores de limpieza, operarios de construcci¨®n y deportistas.
Para Pilar Grajal, miembro de la Sociedad Espa?ola de la Medicina de Urgencias y Emergencias, el impacto del calor tanto en el caso de los ancianos como de las personas con enfermedades cr¨®nicas se debe, sobre todo, a la exposici¨®n indirecta a temperaturas elevadas durante un prolongado periodo de tiempo, lo que genera un deterioro org¨¢nico, debido a factores como la deshidrataci¨®n o la subida de la temperatura corporal.
Los protocolos de prevenci¨®n de Sanidad, que se activan cada verano, ya advert¨ªan sobre los riesgos de la exposici¨®n directa al sol en las horas m¨¢s peligrosas del d¨ªa. El riesgo de sufrir un golpe de calor ¨C una de las principales causas de esas muertes ¨C se origina cuando la temperatura corporal supera los 37 grados. Si la situaci¨®n se prolonga y la temperatura se incrementa, puede producirse un colapso org¨¢nico abrupto que se manifiesta en sudor intenso, confusi¨®n mental, sed, desmayos y, finalmente, la muerte. Es lo que ha ocurrido a varias personas que se encontraban en pleno d¨ªa bajo el sol, en ocasiones realizando trabajos f¨ªsicos, como fue el caso del barrendero Jos¨¦ Antonio Gonz¨¢lez, que muri¨® en Madrid el pasado d¨ªa 15 cuando trabajaba en la calle a m¨¢s de 40 grados.
Los decesos por el calor no solo se evitan con el autocuidado e hidrataci¨®n. Vivir en zonas con ¨¢reas verdes y en edificios bien acondicionados son factores de protecci¨®n, como asegura Julio D¨ªaz, investigador del Instituto Carlos III. ¡°No es lo mismo tener una habitaci¨®n con el aire acondicionado todo el d¨ªa que vivir en un apartamento compartido con cinco personas y una ventana peque?a¡±, a?ade. En medio de una crisis energ¨¦tica, y con los precios de la electricidad disparados, la brecha social juega un rol importante.
Dos nuevos art¨ªculos cient¨ªficos sobre #calor, publicados por cient¨ªficos de la Escuela Nacional de Sanidad #ISCIII, revelan que nivel de renta y ritmo de adaptaci¨®n son factores claves para la mortalidad.
— Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) (@SaludISCIII) August 14, 2020
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La ola de calor de 2003, que se cobr¨® la vida de 70.000 personas en Europa ¨C 6.660 en Espa?a ¨C contribuy¨® a profundizar en el debate sobre los efectos del cambio clim¨¢tico. Coincidi¨® con el momento en el que la discusi¨®n al respecto dej¨® de ser minoritaria y futurista para convertirse en una de las preocupaciones de organismos nacionales e internacionales. Espa?a lider¨® en 2004 el desarrollo de estrategias de prevenci¨®n y cuidado ante las altas temperaturas, centrando su atenci¨®n en los grupos vulnerables.
El informe ¡°Los episodios de altas temperaturas como riesgo laboral¡±, elaborado por la soci¨®loga Claudia Narocki en coordinaci¨®n con la European Trade Union Institute, muestra que el plan nacional de prevenci¨®n de 2004 ha logrado romper la relaci¨®n entre mortalidad y calor, exceptuando a las personas entre 18 y 44 a?os. El documento evidencia que las causas de muerte relacionadas con el calor en este grupo de edad tienen que ver con la exposici¨®n continuada al estr¨¦s t¨¦rmico en horario laboral y con la vulnerabilidad socioecon¨®mica.
Casos como el de Jos¨¦ Antonio Gonz¨¢lez han puesto el foco en los riesgos laborales, la falta de controles de inspecci¨®n del trabajo y la carencia de protocolos para desarrollar ciertos oficios expuestos a las altas temperaturas. Su muerte ha obligado a las empresas de limpieza de la ciudad a eliminar los turnos de la tarde en los servicios de barrido manual cuando el term¨®metro alcance valores muy altos.
El final de la segunda ola de calor de este a?o da una m¨ªnima tregua para que Espa?a se prepare para nuevas y repentinas olas de temperaturas extremas. Todos los expertos coinciden: habr¨¢ cada vez m¨¢s y m¨¢s virulentas. Las advertencias de los cient¨ªficos han dado paso a las alarmas constantes. Ahora, el calor ya es un peligro de muerte.
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