La adicci¨®n a los videojuegos tambi¨¦n es cosa de adultos
Un jugador compulsivo reconoce avergonzado que ha dedicado dos a?os de su vida ¡°a la nada¡±
Joan ha decidido usar un nombre ficticio para hablar de su adicci¨®n a los videojuegos. La Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido su trastorno como una enfermedad mental, y a ¨¦l le da verg¨¹enza admitir que, con 40 a?os, tiene un problema que considera infantil. Con el mismo prejuicio que ¨¦l, su entorno tampoco entiende que el mundo que empez¨® a construir dentro del videojuego Vikings: war of clans sea su refugio. Un lugar lejos de la muerte de su padre y de las peleas familiares.
La sala de un centro de desintoxicaci¨®n de adicciones en Valencia, donde Joan recibe tratamiento, se queda vac¨ªa tras una reuni¨®n de terapia colectiva. Cuenta all¨ª, otra vez, c¨®mo se enganch¨® a los videojuegos: ¡°Empec¨¦ a jugar masivamente en abril de 2020, durante la pandemia del coronavirus. Estaba estudiando una oposici¨®n para la consejer¨ªa de Salud de la Comunidad Valenciana y ya no pod¨ªa ocupar mi tiempo en la biblioteca¡±. Se encontraba aislado de sus amigos, discut¨ªa con su familia y que el juego le absorbiera no le parec¨ªa un problema; no hac¨ªa da?o a nadie encerrado en su habitaci¨®n.
Le da miedo reconocer el tiempo y el dinero que ha invertido en el videojuego. Antes ment¨ªa; jugaba ocho horas de media en cualquier momento del d¨ªa, aunque para el resto pasaba ese tiempo estudiando. Calcula que se ha gastado unos 8.000 euros dentro del juego, todo para ser m¨¢s poderoso o cumplir objetivos que sin dinero tardar¨ªa semanas en alcanzar. Vikings: war of clans es uno de los videojuegos que siguen el modelo conocido como freemium o pay to win (pagar para ganar). La descarga es gratuita, pero para avanzar en la trama y no quedarte atr¨¢s es imprescindible invertir. ¡°Es un juego de guerra y si el resto paga, sube el nivel de competici¨®n. Eso te fuerza a pagar para mejorar t¨² tambi¨¦n¡±, comenta.
Joan cree que a la adicci¨®n a los videojuegos se llega cuando existe alg¨²n tipo de vac¨ªo en la vida: ¡°Si est¨¢s aislado y no sabes gestionar los problemas, te conduces a ti mismo hacia un mundo que parece mucho m¨¢s f¨¢cil¡±. El psic¨®logo experto en adicciones de la Fundaci¨®n Recal de Madrid Daniel Mart¨ªnez est¨¢ de acuerdo: ¡°Prefieren vivir en su personaje, en su granja, o en su Candy Crush [un juego con 270 millones de descargas y m¨¢s de nueve millones de personas que lo juegan m¨¢s de tres horas al d¨ªa]. Es una especie de fuga que genera dopamina y una sensaci¨®n de bienestar¡±. Mart¨ªnez a?ade que los juegos m¨¢s simples son los que m¨¢s enganchan porque ofrecen refuerzos positivos inmediatos. El jugador compulsivo valenciano se dio cuenta de que era adicto cuando entendi¨® que hab¨ªa dedicado dos a?os de su vida ¡°a la nada¡±.
En el sector de los videojuegos defienden que estos no causan adicci¨®n por s¨ª mismos. Pablo Nogueira, director y coordinador del ?rea de Videojuegos de la Escuela de Dise?o, Innovaci¨®n y Tecnolog¨ªa de Madrid, los compara con la comida o con las redes sociales. Explica que se puede tener una mala relaci¨®n con ellas, pero no causan adicci¨®n como algunas drogas o las apuestas: ¡°La industria est¨¢ muy concienciada con este tema. No les beneficia en nada que se demonice a los videojuegos¡±.
Joan comenta que su situaci¨®n no es la peor. Vive con su madre, tiene ahorros y no gasta mucho: ¡°Conozco a varias personas con hijos que se gastaban todo el dinero en los videojuegos¡±. Calcula que la edad media de los jugadores de Vikings: war of clans ronda los 40 a?os. ¡°He encontrado incluso a personas jubiladas¡±, a?ade. Casi un 39% de los jugadores de videojuegos son adultos, seg¨²n la Asociaci¨®n Espa?ola de Videojuegos, pero apenas hay datos del n¨²mero de adictos en este grupo de edad en Espa?a.
El informe anual sobre las adicciones comportamentales del Ministerio de Sanidad de 2021 solo estudia a menores de entre 14 y 18 a?os, de los que un 7,1% ha desarrollado adicci¨®n a los videojuegos. Daniel Mart¨ªnez resalta que el estigma de que solamente los j¨®venes puedan ser adictos a los videojuegos dificulta la detecci¨®n de este trastorno en los adultos. ¡°A un ni?o lo pueden controlar sus padres, pero ?c¨®mo controlas a un adulto? La voluntad y la fuerza para desengancharse tiene que nacer de ellos¡±, matiza.
Ahora, casi un a?o despu¨¦s de empezar la terapia, Joan dedica tres horas al d¨ªa a jugar y se gasta entre 200 y 400 euros al mes, pero considera que ha progresado mucho. A¨²n le cuesta dejar atr¨¢s todo ese tiempo y dinero invertido en ser alguien dentro del juego. No sabe si alg¨²n d¨ªa cerrar¨¢ la partida, a veces se lo plantea: ¡°Hay que saber perder para ganar¡±.
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