Violencia obst¨¦trica en pandemia
En un contexto amplio de violencia en el que los feminicidios son la punta del iceberg, la violencia sist¨¦mica en contra de las mujeres tiene muchas formas, y la violencia obst¨¦trica, una de ellas, se ha agudizado durante la crisis sanitaria
Sabemos que en la cuarentena se han incrementado los ¨ªndices de violencia en contra de las mujeres: los feminicidios durante el mes de junio alcanzaron la cifra m¨¢s alta de 2020. En este primer semestre, en M¨¦xico ha habido un total de 1.413 feminicidios, lo que nos habla de un problema a¨²n sin atender por las pol¨ªticas p¨²blicas. En un contexto amplio de violencia en el que los feminicidios son la punta del iceberg, la violencia sist¨¦mica en contra de las mujeres tiene muchas formas, y la violencia obst¨¦trica, una de ellas, se ha agudizado en esta pandemia en parte porque atender los casos de la covid-19 ha sido prioritario para las instituciones de salud, lo cual ha jerarquizado a los y las pacientes en una estructura de por s¨ª jer¨¢rquica. Entre abril y junio de este a?o, durante la cuarentena, hubo 235.000 partos en M¨¦xico, de los cuales m¨¢s de la mitad fueron partos por ces¨¢rea (cabe decir que la OMS recomienda que la tasa de ces¨¢reas por pa¨ªs sea menor al 15%). Que en la ¨²ltima d¨¦cada las ces¨¢reas que se practican en M¨¦xico hayan ido en aumento se relaciona, en una gran cantidad de casos, con la violencia obst¨¦trica que vulnera a las mujeres en el embarazo, parto y posparto. Antes me gustar¨ªa dar un paso atr¨¢s y traer ac¨¢ un caso que ocurri¨® unos d¨ªas antes de que comenzara la cuarentena como contexto. Elvia Ascencio, una mujer de origen pur¨¦pecha, dio a luz en la sala de espera del Hospital Regional Los Reyes en Michoac¨¢n porque, luego de varias horas de no ser atendida, extendi¨® una cobija y pari¨® de rodillas en esa sala de espera, mientras un hombre la grab¨® para denunciar en redes sociales que nadie hab¨ªa atendido a la mujer. Ese video circul¨® en redes y lleg¨® hasta el gobernador de Michoac¨¢n, quien habl¨® de sancionar a los responsables, y ya de cara a la prensa por parte del hospital se justificaron diciendo que la mujer a¨²n no hab¨ªa dilatado lo suficiente y que fue un ¡°parto espont¨¢neo¡±, pero Elvia Ascencio afirm¨® que llevaba horas esperando sin que nadie le hiciera caso. Me gustar¨ªa decir que el nombre de Elvia Ascencio no fue sencillo de encontrar porque la mayor¨ªa de las notas no la nombraban, la racializaban refiri¨¦ndose a ella como ¡°una ind¨ªgena¡±, si menciono esto para se?alar que la violencia obst¨¦trica en M¨¦xico adem¨¢s est¨¢ cruzada por el racismo. Esto para decir que antes de la pandemia ha habido muchos casos como los de Elvia Ascencio ¨Cella y su beb¨¦ ahora est¨¢n sanas¨C, pero hay otros en los que las mujeres o los reci¨¦n nacidos no corren con la misma suerte. Tambi¨¦n hay muchas otras mujeres que no son atendidas porque hablan una lengua originaria y en los centros de salud ¡°no las entienden¡±, pero antes de entrar en m¨¢s detalles en las intersecciones que hay con la violencia obst¨¦trica, vamos otro paso atr¨¢s.
La violencia obst¨¦trica se convirti¨® en un t¨¦rmino legal hace relativamente poco, en 2007 se reconoci¨® por primera vez en Venezuela y est¨¢ descrita de la siguiente forma: ¡°La apropiacio?n del cuerpo y procesos reproductivos de las mujeres por personal de salud que se expresa en un trato deshumanizador, en un abuso de medicalizacio?n y patologizacio?n de los procesos naturales, trayendo consigo pe?rdida de autonomi?a y capacidad de decidir libremente sobre sus cuerpos y sexualidad, impactando negativamente en la calidad de vida de las mujeres.¡± En M¨¦xico se tipific¨® un a?o despu¨¦s que en Venezuela con una descripci¨®n parecida. Aunque no se definen con detalle conceptos como ¡°trato deshumanizador¡± y ¡°el impacto negativo¡±, cosa que se presta a una gran cantidad de interpretaciones que pone en riesgo los derechos humanos. La violencia obst¨¦trica ha sido descrita de distintas formas en el marco legal a lo largo de Latinoam¨¦rica en la ¨²ltima d¨¦cada y la OMS tambi¨¦n los ha clasificado.
Pensemos que antes de la cuarentena hab¨ªa ya una gran cantidad de casos como el de Elvia Ascencio cruzados por el racismo, podemos imaginar una buena cantidad de casos se cruzan con la medicaci¨®n innecesaria, el maltrato y las agresiones verbales y f¨ªsicas, y discriminaciones culturales, econ¨®micas, religiosas, ¨¦tnicas adem¨¢s de los prejuicios y estereotipos si son madres solteras y estos se acent¨²an si est¨¢n en los rangos de edad extremos de la edad reproductiva ¨Cadolescentes y en sus cuarentas¨C, y ahora sumado a que el virus jerarquiz¨® nuevamente a las pacientes dej¨¢ndolas en unos escalones m¨¢s abajo. No es nuevo que en ciertas formas de practicar la medicina, los pacientes sean un mont¨®n de s¨ªntomas antes que personas o que los pacientes sean las posibilidades de ingresos econ¨®micos para los hospitales privados, sin embargo, en esta jerarquizaci¨®n a la que orill¨® la pandemia, en la que los especialistas de la salud que tienen el conocimiento y est¨¢n en la punta de la jerarqu¨ªa, las mujeres con necesidades de atenci¨®n ginecobstetra quedan a¨²n m¨¢s vulnerables porque est¨¢n, adem¨¢s, en un contexto en el que el embarazo, el parto y el posparto no son relevantes.
Me gustar¨ªa tambi¨¦n decir que esto no va dirigido en contra del personal de salud, sino buscando se?alar un problema sist¨¦mico del que todos y todas podemos participar. Sobre todo en M¨¦xico. Ac¨¢ hemos visto c¨®mo en otros pa¨ªses aplauden y agradecen al personal de salud y apenas a inicios de semana, golpearon, robaron e incendiaron la casa de un enfermero que tuvo coronavirus para forzarlo a salir de su barrio. No va por ah¨ª y ejemplos de la violencia en la que vivimos hay por todas partes. Sin embargo, la violencia obst¨¦trica debe ser se?alada y m¨¢s ahora en tiempos de pandemia porque es el reflejo del patriarcado en las instancias de salud, tanto p¨²blicas como privadas. Y es importante tambi¨¦n saber que puede ser denunciada.
Tambi¨¦n podemos reflexionarlo desde el lenguaje, pues se han normalizado estas conductas. Me he encontrado algunas de las frases que son reflejo de este tipo de violencia que dejan al descubierto c¨®mo son estas relaciones jer¨¢rquicas, traigo ac¨¢ unas pocas que son, sobre todo, lugares comunes. Por ejemplo, si una mujer se queja y grita durante el trabajo de parto, es com¨²n que le digan: ¡°Cuando lo fabricaste no te quejaste tanto¡± o ¡°si te gust¨® lo dulce, agu¨¢ntate lo amargo¡± o variantes que aluden al placer sexual. Para justificar y programar ces¨¢reas tambi¨¦n es com¨²n que una mujer escuche: ¡°Si no sale en la pr¨®xima contracci¨®n, te corto¡± o ¡°si no sale por la puerta antes de tal hora, sale por la ventana¡± o ¡°si quieres que te atienda tiene que ser por ces¨¢rea en tal fecha porque yo despu¨¦s viajo¡±. Tambi¨¦n son comunes los comentarios calificativos, del tipo: ¡°Lo est¨¢s haciendo todo mal¡± o ¡°se nota que eres primeriza¡± o ¡°la mam¨¢ m¨¢s que ayudar estorba¡±. O para justificar procedimientos que no fueron consultados con la paciente luego del parto: ¡°Te cort¨¦ porque estaba muy cabez¨®n¡±, ¡°te cort¨¦ porque te mov¨ªas mucho¡±, ¡°de una vez te cerramos la f¨¢brica¡±. En general los protocolos hospitalarios obedecen m¨¢s a las necesidades de los profesionales de la salud que de las mujeres, como el hecho de que no se puedan hacer partos en posici¨®n vertical. Podr¨ªa seguir, pero quiz¨¢s un primer paso es cuestionarnos este tema y c¨®mo lo nombramos, c¨®mo lo abordamos, c¨®mo permitimos que nos sea abordado y saber tambi¨¦n que este tipo de violencia, como toda forma de violencia, debe parar.
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