Brotes verdes en Ciudad de M¨¦xico
El Gobierno de Claudia Sheinbaum ha lanzado una ambiciosa pol¨ªtica ambiental para rescatar zonas ecol¨®gicas como el Canal Nacional, una de sus obras insignia
Con el graznido de fondo de una bandada de patos, Lilia ?vila, de 53 a?os, hace ejercicios recostada sobre un viejo tronco pintado de amarillo. Con las piernas al aire, sube la izquierda, baja la derecha. Es su ¨²ltima rutina de la ma?ana, despu¨¦s de haber corrido a lo largo del Canal Nacional, una reserva de agua de diez kil¨®metros que atraviesa Ciudad de M¨¦xico y que estuvo olvidada por d¨¦cadas. ?vila, quien habita en la Colonia Valle del Sur, en la delegaci¨®n de Iztapalapa, ha trabajado durante m¨¢s de diez a?os junto a sus vecinos para revivir un tramo de este patrimonio capitalino que pasa por su barrio. Sembraron ¨¢rboles, limpiaron las orillas del cauce, evitaron la basura. Sus esfuerzos ahora tendr¨¢n un impulso gracias a que la jefa de Gobierno de la ciudad, Claudia Sheinbaum, ha puesto sus ojos en la rehabilitaci¨®n de esta zigzagueante cadena h¨ªdrica.
Sheinbaum inaugur¨® el 26 de agosto la primera etapa de la rehabilitaci¨®n, en la que se intervinieron 1,7 kil¨®metros a lo largo del canal, localizados dentro de la delegaci¨®n de Coyoac¨¢n. Ese d¨ªa dio por iniciada la segunda etapa, de m¨¢s de cuatro kil¨®metros, con una inversi¨®n de 287 millones de pesos y que incluye el ¨¢rea del canal que atraviesa Iztapalapa. Este proyecto forma parte de una estrategia ecol¨®gica que el Gobierno local ha denominado ¡°Sembrando parques¡±, con lo que la Administraci¨®n capitalina espera destinar m¨¢s de 1.000 millones de pesos al rescate de espacios p¨²blicos. En el caso del Canal, el Gobierno local espera desarrollar una tercera etapa y haber invertido el pr¨®ximo a?o m¨¢s de 600 millones de pesos. La idea, ha dicho la alcaldesa, es beneficiar a m¨¢s de un mill¨®n de personas de Iztapalapa, Coyoac¨¢n y Xochimilco.
Entre esos beneficiados est¨¢ Lilia ?vila, quien todos los d¨ªas, incluidos los fines de semana, viene a ejercitarse a las orillas del canal. Ella ha habitado toda su vida en esta zona de Iztapalapa, regi¨®n tristemente c¨¦lebre de la capital por estar golpeada por la pobreza, grandes desigualdades y violencia. ¡°Mis pap¨¢s vinieron ac¨¢ cuando solo hab¨ªa milpas¡±, cuenta la mujer vestida esta ma?ana con unos leggins rojos y calzando sus zapatillas para correr.
La zona del cauce donde habita ?vila es separada por una amplia carretera de la parte que ya ha sido rehabilitada por las autoridades. Se trata de un cruce temerario ¡ª"el cruce de la muerte", lo llaman los vecinos ¡ª, porque no hay sem¨¢foros o espacios para los peatones. Los coches, como es t¨ªpico en Ciudad de M¨¦xico, vuelan a velocidades imprudentes y las personas deben pasar corriendo la avenida. Al cruzar, se deja Iztapalapa y se adentra en la pr¨®spera Coyoac¨¢n. Aqu¨ª el canal se abre como un jard¨ªn exuberante, con enormes pinos, eucaliptos, palmeras que parecen verdes abanicos gigantes, flores de colores intensos, plantas usadas en la medicina tradicional o para los caldos mexicanos, como el quelite, chicalote, lengua de vaca, quintonil, malva, floripondio. El olor de la lavanda acompa?a a quienes corren, pasean a sus perros, juegan con sus ni?os o hacen estiramientos. La primera imagen que se viene a la mente es la de un oasis en medio del desierto de cemento que es la metr¨®polis mexicana. ¡°Las ciudades no solo son calles, transporte p¨²blico, es tambi¨¦n naturaleza. Recuperando la naturaleza y el espacio p¨²blico, recuperamos la vida comunitaria y nos vemos como iguales en estos espacios¡±, dijo Sheinbaum cuando inaugur¨® esta primera etapa.
El Canal Nacional es una obra prehisp¨¢nica que un¨ªa a Xochimilco, importante proveedor de alimentos dentro del valle de M¨¦xico, con Coyoac¨¢n, donde Hern¨¢n Cort¨¦s se asent¨® mientras los conquistadores levantaban una nueva ciudad sobre los escombros de lo que fue la impresionante Tenochtitlan. El canal, que en la ¨¦poca prehisp¨¢nica era conocido como Acalli Aotli (camino para canoas), era la ruta m¨¢s importante de la regi¨®n para el transporte de alimentos, mercanc¨ªas y personas. Formaba parte de una amplia red de conductos que conectaban el valle, pero que fueron desapareciendo en la medida que se transformaba la nueva ciudad fundada por los espa?oles. Con el crecimiento espectacular de la capital, las autoridades decidieron a mitad del siglo pasado secar canales y r¨ªos para ganar espacios y as¨ª desapareci¨® m¨¢s de la mitad de aquella v¨ªa acu¨¢tica.
Edmundo L¨®pez de la Rosa es posiblemente quien mejor conozca la historia del Canal y valore su importancia. Antes de que Sheinbaum pusiera sus ojos en la rehabilitaci¨®n de este patrimonio capitalino olvidado, L¨®pez de la Rosa hab¨ªa puesto su voluntad, ganas y capacidad de convencimiento para alentar a los vecinos de Iztapalapa a que se involucraran en la recuperaci¨®n del cuerpo de agua. Desde 2005 inici¨® un trabajo comunitario que hoy da sus frutos, reconocido incluso por organizaciones ambientales internacionales. ?l ha tocado las puertas de congresistas, de autoridades locales, de agencias internacionales para lograr el financiamiento necesario para convertir la zona del canal que pasa por Iztapalapa en un ed¨¦n para sus vecinos. Lo ha hecho sin la maquinaria pesada, los trabajos de ingenier¨ªa y los fondos usados en la zona de Coyoac¨¢n que ya ha sido rehabilitada, y aunque no se opone a los proyectos de Sheinbaum teme que la intervenci¨®n en esta parte del trayecto del canal no tome en cuenta el esfuerzo que han hecho los vecinos.
Esta fresca ma?ana de septiembre L¨®pez de la Rosa cruza el cauce en una peque?a barca acompa?ado de Jonathan Trigo, un joven artista pl¨¢stico de 29 a?os que impulsa iniciativas art¨ªsticas en beneficio de los vecinos del barrio ¡ª¨¦l lo llama ¡°apropiaci¨®n cultural¡±¡ª. Mientras el joven rema, L¨®pez de la Rosa contempla satisfecho lo logrado: los patos de un plumaje negro y verde turquesa que con su nado coqueto han hecho de estas aguas su hogar; aves de picos rojos, los murales con fotos que recuerdan la historia del canal, los nen¨²fares que resplandecen con el sol de la ma?ana. Dice con orgullo que ha nacido hasta una colonia de peces en este cuerpo de agua de 2.2 metros de profundidad. Por eso teme que al venir la maquinaria de Sheinbaum se ponga en peligro la vida que ocupa estas aguas. ?l y los otros habitantes de la zona mantienen el di¨¢logo con las autoridades, en reuniones en las que expresan sus preocupaciones, aunque no se oponen a los planes del Gobierno local.
Desde el a?o pasado el Gobierno capitalino ha impulsado la rehabilitaci¨®n de 16 espacios p¨²blicos ¡ªque incluyen el Canal Nacional, los canales de Xochimilco, el Bosque de Chapultepec¡ª y plantado m¨¢s de 175.000 ¨¢rboles en una ciudad golpeada por el aumento de la temperatura a causa del cambio clim¨¢tico. En 15 a?os, la temperatura de la capital ha aumentado entre 1,8 y 2,6 grados ¡ªun aumento considerable, seg¨²n los expertos¡ª, pero en localidades como Iztapalapa, que sufre las llamadas islas de calor ¡ªzonas con altas concentraciones de concreto y sin cobertura vegetal importante¡ª, puede ser de hasta cinco grados en algunas temporadas. Adem¨¢s, cada a?o los llamados chilangos ven c¨®mo su ciudad sufre peores inundaciones, granizadas violentas, olas de calor, degradaci¨®n de la calidad del aire, escasez de agua, aumento de enfermedades respiratorias como asma y neumon¨ªa, as¨ª como padecimientos gastrointestinales, diarreas o accidentes cerebrovasculares. En la capital, seg¨²n datos oficiales, mueren 14.000 personas al a?o como consecuencia de uno de sus mayores problemas, la contaminaci¨®n del aire.
Iniciativas como la rehabilitaci¨®n del Canal Nacional dan un respiro a los capitalinos. Son los brotes verdes de Ciudad de M¨¦xico. Un lujo, lo llama Lilia ?vila, la mujer que todos los d¨ªas se ejercita a orillas del canal. ¡°Esto es muy hermoso¡±, dice mientras se?ala la avenida de grava a orillas del cauce, sobre la que varias personas corren, ancianos se ejercitan y j¨®venes pasean a sus perros. ¡°Es maravilloso salir de tu casa y no tener que tomar el coche para hacer ejercicios y tener ox¨ªgeno¡±, dice la mujer, mientras los patos corren a echarse el en¨¦simo chapuz¨®n de la ma?ana en el agua verdusca. Un hombre a su lado afirma, con una sonrisa presumida: ¡°Si Par¨ªs tiene el Sena, nosotros tenemos el canal¡±.
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