Liliana Blum: ¡°No me interesa retratar M¨¦xico, sino el universo al que tenemos que enfrentarnos las mujeres¡±
La escritora publica su tercera novela, ¡®Cara de liebre¡¯, en la que indaga sobre los monstruos y lo monstruoso de la sociedad actual
A Irlanda Quiroga le ense?aron punto de cruz en un colegio cat¨®lico. A?os m¨¢s tarde utiliz¨® la costura aprendida para suturar con cuidado ¡ªy con una calabacita dentro¡ª el miembro muerto de un hombre al que tiene secuestrado en casa. Cuando los puntos no resisten el peso del vegetal y la piel se raja, maldice de nuevo a la escuela. Al recordar esta escena de Cara de liebre, su tercera novela, Liliana Blum se r¨ªe al otro lado de la pantalla. ¡°Las habilidades que uno aprende nunca sabe cuando van a ser ¨²tiles¡±, dice esta mujer pelirroja que tiene voz dulce y sonrisa ampl¨ªsima.
En el nuevo libro, publicado por Seix Barral, Blum narra la historia de una mujer que naci¨® ¡°monstruosa¡± y se pregunta si eso la ha obligado a convertirse en un monstruo. En cada ocasi¨®n que Irlanda sale de cacer¨ªa a La Cebolla de Cristal, un bar ficticio ubicado en Durango, baraja la posibilidad de darse la vuelta y regresar sola a casa a ver una pel¨ªcula rom¨¢ntica. Pero no lo hace esta noche. De presa elige al vocalista rechoncho y de ojos azules de un grupo que nadie conoce. Al otro lado de la ciudad, una mujer ¡ªpiscis, pintora en ciernes, con un trabajo mal pagado y un departamento min¨²sculo¡ª busca obstinada al hombre que la dej¨® embarazada. Con estas protagonistas, la mexicana teje una historia de crueldades y valent¨ªas en la que la esperanza es una necedad.
Blum (Durango, 1974) cuenta que est¨¢ acostumbrada a que las viejitas le pregunten por qu¨¦ escribe de cosas tan feas. Su segunda novela, El monstruo pent¨¢podo, trata sobre un ped¨®filo que es muy buen vecino; la primera, Pandora, de la parafilia sexual que tiene con una mujer obesa un hombre que parece poseerlo todo. ¡°La parte oscura que hay en mis libros va a permanecer porque es parte de mi visi¨®n del mundo¡±, explica.
La escritora trata de explorar en cada obra la complejidad de la violencia. ?Es tan malo alguien que mata a alguien malo? ¡°Yo quer¨ªa aqu¨ª mostrar que las personas que cometen asesinatos o cosas extraordinarias, incluso estando en M¨¦xico, no son tan distintas de nosotros. Llega un momento en que la vida te puede llevar a un punto en que nunca esperaste estar. Y parado en esa orilla, las opciones se vuelven muy distintas. Yo creo mucho en el libre albedr¨ªo. Por ejemplo, hay una escena en la que Irlanda se detiene y dice: 'si avanzo, ya no hay retorno. Sabe que ah¨ª puede parar y por alguna raz¨®n prefiere no hacerlo¡±, razona.
Est¨¢ convencida de que esa violencia es m¨¢s proclive a explotar en M¨¦xico donde nueve de cada 10 delitos quedan impunes. ¡°No es que nuestra sociedad se est¨¦ pudriendo, es que se han dado las condiciones para que los malos anden sin preocuparse de nada. Puedo tomar a una chica, violarla y tirar su cuerpo en una calle y ni siquiera la polic¨ªa va a abrir una carpeta de investigaci¨®n¡±, dice. ¡°Quiz¨¢s en Suiza hay el mismo n¨²mero de hombres que querr¨ªan matar a las mujeres, pero saben que hay una alta probabilidad de que terminen en la c¨¢rcel. Entonces se detienen o, al menos, se lo piensan mucho. Y aqu¨ª se puede hacer lo que sea. Eso despierta lo peor de las personas. Es terror¨ªfica la naturaleza humana¡±.
Entender el lado oscuro ha sido desde siempre el objetivo de Blum, que ha pasado todos los oto?os en su pa¨ªs natal ¡ªexcepto los cuatro a?os que estudi¨® en la Universidad de Kansas¡ª, alejada de la capital. En Cara de liebre, solo el carrito de camotes y la se?ora Hortensia que sirve por la ma?ana pollo con mole y agua de jamaica desvelan que la acci¨®n transcurre en M¨¦xico. ¡°Para m¨ª el lugar donde sucede algo es el fondo, pero no es determinante como para muchos novelistas, que la ciudad se vuelve protagonista. A m¨ª eso me aburre un poco. Mi primera novela, Pandora, no la situ¨¦ en ning¨²n lugar en espec¨ªfico y fue una de las cr¨ªticas. A partir de ah¨ª, las dos siguientes las situ¨¦ en Durango, porque pues aqu¨ª estoy. Pero no importa si es Canad¨¢, Madrid o Ciudad de M¨¦xico, a m¨ª me interesan los personajes y por qu¨¦ se mueven de la manera en que lo hacen¡±, contesta.
¡ª?Qu¨¦ tanto le interesa entonces contar M¨¦xico?
¡ªMe interesa que determinados lectores entiendan c¨®mo son las mujeres de esta ¨¦poca en una sociedad como M¨¦xico, pero podr¨ªa ser Venezuela, Colombia o Argentina. La manera en la que escribo y miro es mexicana, pero no me interesa retratar M¨¦xico, sino el universo en el que vivimos las mujeres y las cosas a las que nos enfrentamos independientemente de nuestro pasaporte.
Blum refiere el miedo y la impunidad de los feminicidios, pero tambi¨¦n el yugo de mantener un cuerpo que entre en los moldes estrictos de la sociedad. ¡°A las mujeres se nos juzga y nos juzgamos primordialmente por tres cosas: juventud, delgadez y belleza. En el momento en el que pasamos cierta edad nos volvemos invisibles. Las mujeres que f¨ªsicamente no entran dentro de los est¨¢ndares est¨¢n en una desventaja absoluta. En cambio, los hombres ser¨¢n calvos, obesos, oler¨¢n mal, pero si tienen algo de fama, de dinero o de poder, tienen otras cartas para intercambiar. A las mujeres a veces ni siquiera se les da la oportunidad de mostrar su inteligencia o su simpat¨ªa. Ya solo se quedan con que est¨¢ gorda, est¨¢ fea", reflexiona. "Las mujeres de mis novelas luchan contra eso todos los d¨ªas¡±.
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