El ¡°huachicol carretero¡±, la ¨²ltima cruzada del Gobierno de M¨¦xico contra la delincuencia organizada
Tres secretar¨ªas se implican para frenar la toma de casetas de peaje, que ocasiona p¨¦rdidas millonarias al Estado y a las concesionarias privadas
La cuenta de Twitter de Caminos y Puentes Federales (Capufe) va informando a cada poco de las casetas de peaje secuestradas y de c¨®mo van siendo liberadas en el curso de unas horas. ¡°Se retiran los manifestantes en dir. Cuacnopalan¡ Contin¨²a el cierre en direcci¨®n Oaxaca¡±. Es tanto como hacer un recuento en tiempo real del dinero que deja de ingresar el Estado mexicano por sus autopistas. O sea, p¨¦rdidas de millones de pesos que a saber d¨®nde ir¨¢n. Llega un grupo de personas, decide que por un espacio de tiempo esa caseta es suya y a recaudar. As¨ª ha sido durante a?os y as¨ª sigue siendo, aunque ahora el Gobierno est¨¢ mandando a la Guardia Nacional a poner orden en algunos de estos puestos. La toma de casetas ya tiene un nombre que la relaciona de forma inequ¨ªvoca con el crimen organizado: el ¡°huachicol carretero¡±. Lo dicen los afectados y lo repite el propio Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador.
La estampa a la que los mexicanos ya llevan a?os acostumbrados parece la misma, pero entre los que sufren directamente las consecuencias de estas extorsiones se extiende la idea de que los que ahora sacan partido ilegal a las casetas no tienen mucho que ver con aquellos que las tomaban anta?o para visibilizar sus protestas: maestros, estudiantes, jornaleros, causas bien conocidas. ¡°Ahora se agrupan para cometer un delito, no para reivindicar una causa, aunque se escuden tras el disfraz de una demanda social, no es m¨¢s que una fachada¡±, critica Marco Fr¨ªas, director de la Asociaci¨®n Mexicana de Concesionarias de Infraestructura Vial. ¡°Se toman unas 20 casetas diarias, algunas lo est¨¢n de forma permanente, en las v¨ªas federales calculamos p¨¦rdidas de m¨¢s de 6.000 millones de pesos entre el a?o pasado y este¡±, a?ade.
La crisis del coronavirus no ha hecho m¨¢s que incrementar esta pr¨¢ctica fraudulenta, dice Fr¨ªas, porque se tiene m¨¢s necesidad de hacerse con un dinero f¨¢cil, pero tambi¨¦n porque en tiempos revueltos, la delincuencia se mueve con soltura. ¡°Nos consta que hay grupos distintos liderados por la misma persona, son contextos econ¨®micos y de salud complicados y los est¨¢n aprovechando¡±, a?ade el director de la asociaci¨®n. Algunos acontecimientos recientes han puesto en guardia a las autoridades: hace un par de semanas, grupos armados se enfrentaron por el control de una caseta en Ecatepec, a una hora de la capital mexicana. Con el ruido, los medios de comunicaci¨®n salieron a mirar y encontraron que la toma de casetas parec¨ªa en ocasiones custodiada por agentes de la Guardia Nacional, en lugar de perseguida por ellos.
El dinero en juego es suficiente para repartir. El presidente del Gobierno mostr¨® el viernes pasado en su ma?anera una diapositiva confusa, desordenada y de criterios desiguales titulada Prevenci¨®n de Toma de Casetas CAPUFE, pero permit¨ªa, al menos, interpretar la cifra final: 7.922 millones de pesos que no se han ido al fraude, 202 millones m¨¢s que 10 d¨ªas antes. Lo llaman ¡°prevenci¨®n de p¨¦rdidas¡±, pero no explican en cu¨¢nto tiempo. Se entiende que son casetas liberadas por la polic¨ªa donde se ha recaudado lo que de otro modo estar¨ªa perdido. Capufe no lo ha explicado. ¡°Aqu¨ª ya no se permite la robadera, esto es como el huachicol y como muchas otras cosas, pero ya lo estamos tratamos constantemente¡±, dijo Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, y enmarc¨® estas pr¨¢cticas en la corrupci¨®n salvaje en que se ha movido el pa¨ªs: la gente se pregunta, ¡°si roban arriba, ?por qu¨¦ nosotros no? Y as¨ª ocurr¨ªa y a nadie le importaba¡±. D¨ªas antes, tambi¨¦n cuestionado por este asunto, dijo a los manifestantes que buscaran otro trabajo, que estaban robando al pueblo.
Hay varias secretar¨ªas implicadas en atajar este problema, que cuenta con la colaboraci¨®n a todos los niveles de Gobierno. La Guardia Nacional ha desarrollado operativos en Nayarit y otras v¨ªas puntuales para liberar casetas en las que se cobraba de forma obligatoria. Y los concesionarios aplauden la iniciativa, pero piden m¨¢s ¡°acci¨®n penal¡± para estos grupos, que se los trate tambi¨¦n a los huachicoleros, es decir, como la delincuencia organizada que roba combustible de los ductos y de los camiones que lo transportan, un asunto al que el Gobierno de L¨®pez Obrador ha tratado de poner freno. ¡°La violencia en la toma de casetas ha escalado", dice Marco Fr¨ªas. ¡°Si nosotros mermamos nuestra capacidad de recaudar el Estado tambi¨¦n merma nuestra aportaci¨®n en impuestos, pierde todo el mundo¡±, afirma.
El reglamento por el que se rigen las concesiones del cobro en autopistas establece un ¡°reequilibrio¡± para circunstancias muy concretas, por ejemplo, si ocurre un desastre natural y no se puede ofrecer el servicio. En esos casos el Estado recompensa las p¨¦rdidas, lo m¨¢s com¨²n es que les ampl¨ªe el plazo que tienen otorgado para la explotaci¨®n de las casetas, que suele ser de 30 a?os m¨¢s otros 30 adicionales. Pero la toma de casetas, por m¨¢s que en ocasiones es algo permanente, no est¨¢ contemplado como un factor para reclamar medidas de reequilibro.
¡°El impacto econ¨®mico de la toma de las casetas es modesto, las concesionarias no van a quebrar por eso. El reequilibro es para causas de fuerza mayor, pero esto es fortuito y es un riesgo que deben tomar las concesionarias. Siempre se han quejado, pero el Gobierno ha sido muy condescendiente con ellos, desde 2006. Tampoco hace falta modificar la ley porque lo que hacen ya es delito, solo hay que enviar a la Guardia Nacional¡±, dice el ingeniero Esteban Figueroa, que sabe bien de lo que habla, profesor en la UNAM y consultor durante a?os en Planeaci¨®n de infraestructuras, financiera y t¨¦cnica de la Secretar¨ªa de Comunicaci¨®n y Transportes.
Figueroa coincide con Fr¨ªas en que ahora los delincuentes se est¨¢n disfrazando de causa social, y eso es lo primero que hay que determinar antes de proceder a una intervenci¨®n policial. ¡°Cuando la cuota que piden es obligatoria parece que lo que hay detr¨¢s es solo una recaudaci¨®n de dinero, mientras que si lo que se solicita es una cooperaci¨®n de cuant¨ªa voluntaria puede que sea para una causa honesta¡±, asegura. ¡°Discriminando esas dos clases de toma de casetas se puede enviar a la polic¨ªa¡±, dice Figueroa, ¡°lo deber¨ªan haber hecho hace tiempo¡±. Fr¨ªas conf¨ªa en que las nuevas tecnolog¨ªas permitir¨¢n tambi¨¦n reducir estos fraudes, porque ya se habr¨¢ pagado antes de llegar a la caseta y no habr¨ªa siquiera barreras que bajar o subir.
A falta de trenes, M¨¦xico est¨¢ atravesado por 407.958 kil¨®metros de carreteras. La red federal es responsable de 50.590, la mayor¨ªa (40.000) libres de peaje. La estatal Capufe gestiona 3.760 kil¨®metros con cuota, seg¨²n sus datos; el resto queda en manos de empresas concesionadas aunque en la Asociaci¨®n de Concesionarias de Infraestructura vial afirman que esos 10.000 kil¨®metros se los reparten con Capufe en dos mitades pr¨¢cticamente iguales.
La toma de casetas comenz¨® con fuerza en el sexenio pasado, aunque mucho antes diversos colectivos cortaban las v¨ªas para protestar. ¡°Era muy pr¨¢ctico, se tomaba la caseta y se bajaba la pluma. Pero antes se bloqueaba, por ejemplo aprovechando el tr¨¢fico de vacaciones a Canc¨²n, porque se trataba de hacer visible una protesta; no estar¨¢ bien, pero era su forma de hacer presi¨®n. Ahora todo se ha pervertido, cobran y no bloquean¡±, dice el ingeniero Figueroa. Recuerda los noventa, cuando el trazado de las nuevas autopistas divid¨ªa comunidades enteras y ¡°aquellas gentes ten¨ªan la percepci¨®n clara de una injusticia: unos se hac¨ªan ricos con la carretera para la que ellos hab¨ªan cedido sus tierras sin que nadie, a cambio, solucionara sus acuciantes problemas". ¡°Las tierras se las pagaron bien, aunque ellos no lo vean as¨ª¡±, asegura Figueroa, "pero hab¨ªa rencor social y ciertos inconvenientes para estos pueblos eran reales tambi¨¦n¡±.
Fue en los noventa, en tiempos de Carlos Salinas de Gortari, prosigue Figueroa, cuando se modernizaron las v¨ªas existentes, recurriendo para su financiaci¨®n al peaje. En cuatro a?os se hicieron 6.000 kil¨®metros con recursos p¨²blico-privados. El Tratado de Libre Comercio firmado por entonces con Estados Unidos requer¨ªa una infraestructura solvente para abaratar los costes log¨ªsticos y la geometr¨ªa de aquellas carreteras que se hicieron en d¨¦cadas anteriores, cuando de lo que se trataba era de conectar e integrar a la poblaci¨®n, no lo permit¨ªa". As¨ª nacieron los peajes y a la postre la toma de casetas. Siempre se mir¨® para otro lado. ¡°Se trat¨® con mucha tolerancia porque todo aquello, como tantas cosas en este pa¨ªs, era una yesca, cualquier chispa pod¨ªa incendiarlo todo¡±. Ahora las autoridades est¨¢n tratando de apagarlo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.