Paul Leduc, un Quijote del cine mexicano
El realizador, que falleci¨® el mi¨¦rcoles en Ciudad de M¨¦xico, fue un renovador que impuso en el cine una mirada cr¨ªtica, provocadora y desafiante
Paul Leduc (Ciudad de M¨¦xico, 1942) siempre camin¨® con los pies en la tierra, pero en la cabeza cargaba molinos de viento, al estilo de Don Quijote ¡ªa quien de hecho se parec¨ªa un tanto¡ª, como un ser desenfadado cuyo ¨²nico inter¨¦s en el mundo era la compleja trama en la que estaba trabajando. Hombre tierno y hosco a la vez, Leduc fue un exitoso cineasta independiente en tiempos cuando ver una pel¨ªcula en estreno en M¨¦xico costaba cuatro pesos y la gente disfrutaba ir al cine. Leduc falleci¨® el mi¨¦rcoles en su casa de la capital mexicana.
En Reed, M¨¦xico Insurgente (1973), Frida, Naturaleza Viva (1984), ?C¨®mo ves? (1986) y Barroco (1989) dej¨® su sello inimitable y su mirada cr¨ªtica y ¨¢cida. La actriz Ofelia Medina, quien interpret¨® magistralmente a Frida en aquella pel¨ªcula, cont¨® que su ¨²nico conflicto con Leduc fue que trat¨® de quitarle di¨¢logos a su personaje. Pero Ofelia gan¨®. Leduc era generoso con el talento. Tambi¨¦n dirigi¨® y escribi¨® el guion de El Mezquital (1977), cuyos protagonistas fueron los habitantes del Valle del Mezquital, en el Estado de Hidalgo. La cinta muestra la penetraci¨®n cultural que los puso en un peligro inminente e incluso estuvo a punto de exterminarlos. Es la historia no s¨®lo de ese pueblo en M¨¦xico, sino de las minor¨ªas en todo el continente, quienes d¨ªa a d¨ªa buscan conservar su identidad, diversidad y ra¨ªces.
A principios de los a?os noventa, cuando el cine nacional ya era apenas una sombra de nostalgia, Leduc se prometi¨® dejar esa industria. Cuando lo llamaban para pedirle que apareciera en alg¨²n lugar del mundo para hablar como ¡°experto¡± de Frida Kahlo, Leduc rechazaba la invitaci¨®n sin dar mayores explicaciones. Siempre detest¨® ser protagonista. Aunque recibi¨® varios premios, evitaba los homenajes, especialmente si ¨¦l era el homenajeado. Donde mejor se sent¨ªa era detr¨¢s de una c¨¢mara.
Se dispuso entonces a hacer animaciones en corto destinadas a un p¨²blico infantil, para acercar a los ni?os al placer de la m¨²sica, tanto la popular como la llamada ¡°de concierto¡±. De esa etapa son Bartolo y su flauta o La invenci¨®n de la m¨²sica, as¨ª como Los animales, interpretada por Cecilia Toussaint, Jaime L¨®pez y el fallecido Oscar Ch¨¢vez. Estas animaciones est¨¢n ahora disponibles de manera gratuita en https://archiblog19.blogspot.com
A mediados de los a?os noventa, en un festival de Huelva en su honor, su colega Gabriel Retes le hizo una apuesta. ¡°Paul, a ver, ?vas a hacer otra pel¨ªcula o no?¡±, fue el reto. Si la hac¨ªa, Retes le pagaba a Leduc algunos d¨®lares. Si no, al rev¨¦s. Y s¨ª hizo una ¨²ltima, El Cobrador, In God We Trust (2006), basada en un cuento del brasile?o Rub¨¦m Fonseca. Nunca se supo si se cumpli¨® el reto de Huelva o no.
En 2013, a Leduc le dieron el Premio Nacional de Ciencias y Artes. Tratando de sonre¨ªr (cosa que hac¨ªa poco y solo con quienes se sent¨ªa c¨®modo, que no eran muchos), Leduc recibi¨® de manos del entonces presidente Enrique Pe?a Nieto la beca de por vida del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca). Fue al homenaje con Pe?a Nieto como una rara y ¨²nica excepci¨®n. Tres a?os despu¨¦s, recibi¨® el Ariel de Oro a su trayectoria. Muchos pensaron que no lo aceptar¨ªa. Pero no solo lo hizo, sino que aprovech¨® la tribuna para lanzar la mejor (o peor) cr¨ªtica sobre la realidad del cine mexicano de hoy: ¡°Con lo que el Gobierno federal gast¨® en publicidad en 2015, IMCINE hubiera podido apoyar 401 largometrajes, aportando la cantidad m¨¢xima que tiene autorizada. Algo que podr¨ªa pensarse es que, si el cine nacional logr¨® un centenar de premios internacionales, la marca M¨¦xico, como simple anuncio, resulta as¨ª muy econ¨®micamente promovida por el mundo¡ aunque las pel¨ªculas aqu¨ª no se vean¡¡±.
El Canal 11 entonces transmit¨ªa esa ceremonia. Aunque la televisora dijo que se hab¨ªa tratado de un problema de ¡°horarios¡±, cortaron la transmisi¨®n televisiva de su discurso y, para que no quedara huella, tras la mutilaci¨®n, plasmaron en las pantallas el Himno Nacional. Hoy hay escasos ¡°peliculeros¡± mexicanos como Leduc. Sin reveses. Provocador. Desafiante. Coherente. Siempre cr¨ªtico. Y quiz¨¢s lo m¨¢s importante, un renovador del cine mexicano de la ¨¦poca de la revoluci¨®n con una mirada fresca, pero sin tapujos. Tuvo una obsesi¨®n como cineasta que se llev¨® a la tumba: Hacer una pel¨ªcula inspirada en la novela ¡°Bajo el volc¨¢n¡± de Malcolm Lowry.
Amaba ir a la Plaza de Toros, hasta que, como el cine, un buen d¨ªa dej¨® de hacerlo. ¡°?Existen las corridas de toros en M¨¦xico todav¨ªa?¡±, pregunt¨® una vez con tono sarc¨¢stico. Adem¨¢s de estampar el rostro de un M¨¦xico que todav¨ªa existe pero que ya nadie ve en la pantalla grande, Leduc era tambi¨¦n un excelente cocinero. Preparaba platillos de todo tipo con esmero para sus amigos y sus dos hijos, la documentalista Valentina, hija de la productora Bertha Navarro, y el fot¨®grafo Juan, hijo de la tambi¨¦n documentalista Luisa Riley. Estudi¨® arquitectura como Carlos, su padre, medio hermano del escritor Renato Leduc, en la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico, pero cuando se gan¨® una beca se fue a Francia a estudiar cine en Par¨ªs.
Leduc ha dejado en M¨¦xico una huella imborrable en la pantalla grande, filmando ¡°milagritos de justicia¡±, como dijo Ofelia Medina la noche de la entrega del Ariel de Oro. Ojal¨¢ alguien se anime a revivir el trabajo de este Don Quijote mexicano.
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