El gesto humilde e involuntario de Maradona que dispar¨® a una peque?a empresa de Buenos Aires
La devoci¨®n por el ¨ªdolo del f¨²tbol sorprendi¨® a los due?os de una tienda de ropa una noche de 1993, cuando el ¨ªdolo dio una entrevista en televisi¨®n
Era 1993 y Guillermo G¨®mez estaba pasando una noche tranquila en su casa. Ten¨ªa un peque?o negocio que iba bien, vend¨ªa ropa de deporte en la ¨¦poca del auge de la licra y los conjuntos para las populares clases de aerobic de la ¨¦poca. Hab¨ªa conseguido abrir una segunda tienda en la capital, Buenos Aires, y las ventas eran estables y suficientes. De pronto, varios clientes y amigos le empezaron a bombardear el tel¨¦fono a llamadas aquella noche. ¡°?Pon la televisi¨®n!¡±, le gritaban. En el canal de m¨¢s audiencia de la noche estaban haciendo un largo reportaje a Diego Armando Maradona, el ¨ªdolo del f¨²tbol argentino que acababa de volver a su pa¨ªs para jugar en el equipo Newell¡¯s Old Boys, en Rosario. En la imagen de la pantalla se ve¨ªa claramente el logo de su peque?o negocio, en grande y durante un largo periodo de tiempo en el momento de mayor audiencia del d¨ªa. ¡°Me llamaron clientes para felicitarme por el arreglo y para preguntarme cu¨¢ntos d¨®lares puse. Les contest¨¦ que no hab¨ªa hecho nada, su mujer compr¨® la ropa en un gesto humilde y desinteresado¡±, recuerda G¨®mez con nostalgia 27 a?os despu¨¦s, el d¨ªa en el que un pa¨ªs entero llora la p¨¦rdida de Maradona. ¡°Nos hicimos conocidos a nivel nacional. Fue gracioso¡±, dice entre risas.
El Pelusa volv¨ªa a Argentina despu¨¦s de pasar 10 a?os jugando en Europa. Tras una etapa que concluy¨® en el Sevilla con 29 partidos, seis goles y nueve asistencias, Maradona volv¨ªa a casa. Nacido en una de las villas m¨¢s pobres del ¨¢rea metropolitana bonaerense, siempre manifest¨® a viva voz sus or¨ªgenes humildes. ¡°Yo crec¨ª en un barrio privado de Buenos Aires. Un barrio privado de agua, de luz y de tel¨¦fono¡±, dijo en una entrevista a EL PA?S. La vuelta a las ra¨ªces fue breve, ya que jug¨® para el Newell¡¯s Old Boys menos de cuatro meses, en los que se le vio en apenas cinco partidos oficiales sin convertir goles. Las impresiones que dej¨® en su retorno a Argentina no fueron pocas. Algunos partidos amistosos, un desgarro muscular que le alej¨® un tiempo de la cancha e incluso un incidente con unos periodistas y un rifle de balines a las afueras de su casa.
Guillermo G¨®mez guarda una an¨¦cdota especial de aquella ¨¦poca. Llevaba un tiempo trabajando en su propia empresa. Cuarta generaci¨®n de una familia de modistas, empez¨® en el garaje de su casa destripando piezas de ropa en una m¨¢quina de coser para reconvertirlas en prendas nuevas que vend¨ªa en el barrio. Su amigo de la infancia, vecino y socio le ayudaba en la parte comercial con las ventas de sus creaciones. Con el tiempo consiguieron montar una tienda en La Plata, a 56 kil¨®metros de Buenos Aires. Con la ayuda de un conocido pudieron abrir una segunda boutique en un gimnasio de Rosario, el mismo donde iba a entrenar el equipo de f¨²tbol en el que jugaba Maradona. Su entonces socio, Sergio Simieli, recuerda verle pasar alguna vez, sin embargo no sab¨ªa que la mujer del Pelusa, Claudia Villafa?e, compraba en su peque?a tienda. Se dio cuenta cuando su marca sali¨® en televisi¨®n en el cuerpo de un joven Diego de 33 a?os que estaba a punto de colgar los botines.
Los socios no sal¨ªan de su asombro. ¡°?l ni se dio cuenta, pero para nosotros fue un gran gesto. Lo hizo de onda y nos ayud¨® mucho. Imag¨ªnate, que un ¨ªdolo use tu ropa¡±, narra Simieli. Al d¨ªa siguiente todo el mundo quer¨ªa comprar su camiseta, su gorra, y preguntaban en la tienda por el arreglo comercial que hab¨ªan conseguido cerrar con el futbolista m¨¢s famoso del momento. ¡°No hab¨ªa ninguno, ¨¦ramos una empresa de poca envergadura y no habr¨ªamos podido pagarlo¡±, admite. Sin embargo, le agradecieron en el gimnasio su gesto y le dejaron llevarse ropa gratis, pero Diego nunca lo hizo. ¡°Siempre fueron muy humildes y se compraban su propia ropa¡±, recuerda G¨®mez. Su negocio consigui¨® abrir 15 tiendas en todo el pa¨ªs y form¨® una empresa de m¨¢s de 40 empleados.
G¨®mez asiste al funeral masivo y al luto nacional de Argentina por la muerte de Diego Maradona a sus 60 a?os por un fallo cardiorrespiratorio. Las multitudinarias marchas de decenas de miles de seguidores del ¨ªdolo del f¨²tbol le rinden homenaje en la Casa Rosada con las medidas contra la covid olvidadas por el dolor. G¨®mez le recuerda con cari?o, en especial por su papel como director t¨¦cnico en el Gimnasia, el ¡°equipo de sus amores¡±. ¡°Produjo una revoluci¨®n porque nunca fue t¨¦cnico de un equipo argentino, siempre estaba en el extranjero. Cuando lo anunciaron pens¨¦ que era broma¡±. Ya no se dedica a coser ropa, pero el v¨ªnculo afectuoso por el jugador inmortal sigue ah¨ª y se une a la tristeza que vive Argentina. ¡°Si bien Maradona siempre tuvo problemas de salud, nunca pens¨¦ que fuera hasta este extremo. Al fin y al cabo, nos dimos cuenta de que es mortal¡±, sentencia.
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