El Maradona de la Rambla: ¡°Nunca conoc¨ª al astro argentino, pero ha sido un honor llevar su nombre¡±

La Rambla de Barcelona ha sido durante siglos el epicentro de los personajes m¨¢s pintorescos de la capital catalana. Dentro del imaginario colectivo de los barceloneses se recuerdan a personajes como Oca?a, el Lunares, el Sheriff o la Mo?os. Estatuas humanas, mendigos, buscavidas, prostitutas y gente con problemas que en muchas ocasiones estaban de paso en un paseo a donde los barceloneses iban buscando excentricidades. Entre los ¨²ltimos personajes ilustres se encuentra Joan Sabat¨¦. Un curioso malabarista del bal¨®n que actu¨®/trabaj¨® durante 20 a?os en la Rambla y al que todo el mundo conoc¨ªa como El Maradona de la Rambla por su destreza con la pelota. Sabat¨¦ se retir¨® en 2008 y desde entonces vive en una casa de El Vendrell, donde ha construido un museo sobre su propia vida.

El mi¨¦rcoles se encontraba en esta peque?a torre cuando se enter¨® de la muerte del astro argentino al que debe el nombre art¨ªstico. ¡°El 17 de noviembre me operaron de un tumor en el p¨¢ncreas en el hospital Joan XXIII de Tarragona. Hace solo dos d¨ªas que he vuelto a casa y viendo la televisi¨®n me he enterado de la muerte del futbolista. Estoy muy afectado. Tengo 77 a?os y, de nuevo, la casualidad ha hecho que el fallecimiento de Maradona tampoco me coja en el mejor de los momentos a m¨ª¡±, atend¨ªa telef¨®nicamente Sabat¨¦ a EL PA?S.

¡°La gente empez¨® a llamarme Maradona cuando ya llevaba unos a?os en la Rambla. Fue justo cuando el futbolista fich¨® por el Sevilla. Me bautizaron as¨ª por la destreza que tengo con el bal¨®n. Para m¨ª siempre ha sido un honor aunque jam¨¢s lo conoc¨ª en persona¡±, destaca Sabat¨¦.

La historia de c¨®mo Sabat¨¦ acab¨® siendo un icono de la Rambla es, como en la mayor¨ªa de personajes del paseo, fruto de la casualidad. Naci¨® en 1943 en Sant Feliu de Llobregat. Hijo de padres agricultores se aficion¨® pronto al futbol y empez¨® a jugar en el Sanfeliuenc. Tras pasar por varios equipos, el presidente del Ibiza, Abel Matutes, lo fich¨®. ¡°Al primer entrenamiento fui dos horas antes. Dominaba mucho la pelota y comenc¨¦ a hacer de las m¨ªas. Los jugadores iban llegando y me hicieron un c¨ªrculo. Lleg¨® el entrenador y al verme me dijo: ¡°Nunca he visto nada igual. Si alguna vez no tienes trabajo vete a las Ramblas y pon el platillo¡±, recuerda ahora Sabat¨¦.

En Ibiza solo estuvo un a?o. Con 23 a?os regres¨® a Sant Feliu y comenz¨® a trabajar en una f¨¢brica de electrodos. En 1985 la crisis del petr¨®leo lo dej¨® en el paro. ¡°Me entr¨® una depresi¨®n. Fue entonces cuando record¨¦ lo que me hab¨ªa dicho el entrenador del Ibiza. Llevaba a?os sin tocar la pelota y empec¨¦ a practicar¡±, recuerda.

En 1988 fue un d¨ªa a la Rambla. ¡°Comenc¨¦ a dar toques al bal¨®n y puse el platillo. Enseguida me di cuenta de que el entrenador del Ibiza llevaba raz¨®n. Aquello funcionaba pero yo no ten¨ªa suficiente. Quer¨ªa hacer algo en lo que fuese ¨²nico. Empec¨¦ a entrenar a dar toques de bal¨®n sin que la pelota cayera al suelo. Vinieron unos se?ores del Guinness y bat¨ª el r¨¦cord de toques de bal¨®n en una hora, 8.747; tambi¨¦n bat¨ª el de resistencia, 16.000 toques en dos horas¡±. La Rambla se convirti¨® en su escaparate y ¡°oficina¡±. Se acercaban para contratarlo como hombre anuncio, lo requer¨ªan para exhibiciones... ¡°Estuve entrenando un equipo de f¨²tbol y dando clases particulares de t¨¦cnica. Me gan¨¦ muy bien la vida¡±, recuerda.

En 2005 el Ayuntamiento modific¨® la ordenanza y solo las estatuas humanas, no los acr¨®batas, pod¨ªan estar en la zona de Canaletes. La Guardia Urbana lleg¨® a requisar la pelota a Sabat¨¦ e incluso un d¨ªa fue detenido. Despu¨¦s de varios estira y afloja el Maradona de la Rambla se retir¨® del ic¨®nico paseo, en abril del 2008, cuando cumpli¨® 65 a?os. El ¨²ltimo d¨ªa dio 20 toques de bal¨®n, uno por cada a?o que trabaj¨® en la Rambla, junto a la fuente de Canaletes.

El pasado 17 de abril Sabat¨¦ entraba en quir¨®fano. ¡°Ya le dije al doctor que si no iba a poder dar toques al bal¨®n no me operara. Me ha prometido que si podr¨¦. La verdad es que lo estoy deseando. Al enterarme de la muerte de Maradona me qued¨¦ muy afectado. Jam¨¢s pens¨¦ que me podr¨ªa entristecer tanto¡±, reconoce el Maradona de la Rambla.