M¨¢s de 40 barcos extranjeros han pescado ilegalmente en ¨¢reas marinas protegidas de M¨¦xico
Una investigaci¨®n de Oceana revela que embarcaciones con bandera extranjera explotan los recursos de 17 de las 37 ¨¢reas marinas protegidas del pa¨ªs
Cada a?o, entre diciembre y abril, la Reserva de la Bi¨®sfera El Vizca¨ªno, localizada en el Estado de California Sur, es el escenario de un fen¨®meno sorprendente: la ballena gris, en peligro de extinci¨®n, llega hasta estas costas para parir a sus cr¨ªas en invierno. Centenares de turistas viajan hasta la regi¨®n para encontrarse con este gigante de los mares, ajenos a una depredaci¨®n silenciosa que pone en riesgo una de las reservas naturales m¨¢s importantes del mundo. Una investigaci¨®n de la organizaci¨®n Oceana revela que embarcaciones pesqueras con bandera extranjera violan el espacio marino mexicano y pescan de forma ilegal en este para¨ªso natural, capturando de forma masiva peces y otras especies y alterando el balance de la zona, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1993.
Oceana, que a?o con a?o lleva un registro de las actividades sospechosas que ponen en peligro estas ¨¢reas marinas, hall¨® que, entre enero de 2015 y octubre de 2020, 43 embarcaciones con bandera de Estados Unidos, China, Canad¨¢, Venezuela y las Islas V¨ªrgenes Brit¨¢nicas faenaron en 46% de zonas protegidas en M¨¦xico. En el caso de la Reserva de la Bi¨®sfera El Vizca¨ªno, el organismo encontr¨® que embarcaciones de m¨¢s de 28 metros de longitud irrumpieron en este h¨¢bitat para pescar con el m¨¦todo de ¡°cerco¡± y la llamada ¡°pesca en l¨ªnea¡±. El primero consiste en rodear un amplio espacio con las redes donde acaban atrapadas numerosas especies de peces y otros animales.
¡°Las posibles actividades de pesca llevadas a cabo por dichas embarcaciones probablemente infrinjan las reglas establecidas en el plan de manejo, que establece que las actividades pesqueras ¨²nicamente pueden llevarse a cabo por residentes de la zona¡±, advierte Oceana en un informe que ser¨¢ presentado a las autoridades ambientales mexicanas.
Adem¨¢s del espect¨¢culo de la ballena gris, la Reserva de la Biosfera El Vizca¨ªno ¡ªuna de las m¨¢s extensas del mundo, con m¨¢s de dos millones de hect¨¢reas y 450 kil¨®metros de playas¡ª es el hogar de 18 especies de tiburones ¡ªentre ellos el tibur¨®n inflado, leopardo y ¨¢ngel¡ª, 14 especies de mantarraya ¡ªcomo la raya el¨¦ctrica gigante, guitarra trompa blanca, raya l¨¢tigo, raya de espina¡ª y el le¨®n marino de California. No es que est¨¦ prohibida la pesca en esta regi¨®n, pero se necesitan permisos que deben ser emitidos por la Secretar¨ªa del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y que se respeten los programas ambientales, que establecen que la pesca en la reserva solo permite embarcaciones y equipos registrados por los residentes. Por este motivo, Oceana alerta de la intromisi¨®n de las embarcaciones canadienses y estadounidenses en estas costas protegidas.
¡°No son embarcaciones estatales, probablemente sean de empresas pesqueras privadas¡±, se?ala Mariana Aziz, directora de Campa?as de Transparencia en Oceana, en entrevista telef¨®nica. ¡°Est¨¢n realizando una actividad pesquera en contra de las normas¡±.
M¨¦xico, un pa¨ªs de casi dos millones de kil¨®metros cuadrados, cuenta con 182 ¨¢reas naturales protegidas, de las que 37 son marinas, que cubren un total de 649.587 kil¨®metros cuadrados, una superficie similar a la de Francia. ¡°Estas ¨¢reas son fundamentales para proteger los oc¨¦anos y la biodiversidad que atesoran. Sin embargo, muchas se encuentran en peligro al ser zonas expuestas a la pesca ilegal o no regulada, y esto amenaza a los ecosistemas y las especies que ah¨ª habitan¡±, advierte Oceana. El informe del organismo muestra que, aunque un 22,3% del mar mexicano est¨¢ protegido, las 43 embarcaciones extranjeras detectadas pescaron con toda impunidad.
Para identificar estos barcos, la organizaci¨®n ecologista us¨® los datos de la plataforma gratuita Global Fishing Watch (GFW), creada por el organismo con apoyo de Google y SkyTruth y que monitorea de forma satelital las actividades pesqueras desde cualquier sitio del mundo con acceso a Internet. ¡°Este sistema localiza la se?al de las embarcaciones, las capta, procesa y nos permite identificar sus actividades en funci¨®n de su trayectoria y velocidad¡±, explica Aziz. Los expertos de Oceana cruzan esos datos con las bases de datos de barcos de distintos pa¨ªses, para determinar si las que irrumpen en territorio mexicano cuentan con permisos.
Adem¨¢s de la reserva de Baja California Sur, el informe muestra que otras reservas marinas tambi¨¦n son afectadas por la pesca ilegal de embarcaciones extranjeras. Por ejemplo, el Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano, cuyos recursos pesqueros fueron explotados por barcos de bandera estadounidense; la Reserva de la Biosfera Isla Guadalupe, donde tambi¨¦n hallaron pesqueros de Estados Unidos; la Reserva de la Biosfera Islas Mar¨ªas, donde adem¨¢s de barcos de Estados Unidos se detectaron otros de las Islas V¨ªrgenes Brit¨¢nicas; la Reserva de la Biosfera Pac¨ªfico Profundo Mexicano, con embarcaciones de China, Estados Unidos, Venezuela e Islas V¨ªrgenes Brit¨¢nicas. ¡°Si tienen permiso o no [para realizar actividades de pesca en general], depende de las autorizaciones de cada pa¨ªs. Las [embarcaciones] de bandera china estamos casi seguro de que no tienen permiso para el arte de pesca de arrastre en M¨¦xico¡±, afirma Aziz.
Como estas reservas representan un espacio geogr¨¢fico enorme, la vigilancia se vuelve un problema para las autoridades mexicanas, principalmente en los lugares m¨¢s remotos, por lo que para el pirateo es relativamente f¨¢cil acceder a las reservas y explotar sus recursos. ¡°Sabemos lo complejo que es controlar todas las zonas, por eso destacamos la importancia del monitoreo satelital¡±, explica Aziz. ¡°Oceana busca dar informaci¨®n relevante a las personas y a los gobiernos, para que den un paso adelante hacia la transparencia y el uso de la tecnolog¨ªa para tener una mejor inspecci¨®n y vigilancia¡±, agrega. Para Aziz, se trata de que ¡°haya muchos m¨¢s ojos en el mar¡± y de esta manera evitar que actividades ilegales arrasen con santuarios tan importantes como los que elige la ballena gris para parir a sus cr¨ªas.
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