Fuentes y Paz, unidos y separados por la cr¨ªtica literaria
La ensayista Malva Flores indaga en la relaci¨®n entre el poeta y el narrador en una cr¨®nica que retrata la historia pol¨ªtica, social y cultural de M¨¦xico y Latinoam¨¦rica en la segunda mitad del siglo XX
Los s¨¢bados al mediod¨ªa Los divinos se reun¨ªan en el bar Polito de Ciudad de M¨¦xico, o en el de Prendes, o en el bar Alfonso, o en el Bellinghausen o en el Estoril. Com¨ªan, disecaban la semana y sal¨ªan para una cantina o un burdel. El nombre se los dio el historietista Abel Quezada, quien tambi¨¦n hizo caricaturas de varios de ellos. Dos de esos dibujos colgaban sobre la puerta de una famosa editorial aquellos a?os: Octavio Paz aparec¨ªa coronado de olivos y ...
Los s¨¢bados al mediod¨ªa Los divinos se reun¨ªan en el bar Polito de Ciudad de M¨¦xico, o en el de Prendes, o en el bar Alfonso, o en el Bellinghausen o en el Estoril. Com¨ªan, disecaban la semana y sal¨ªan para una cantina o un burdel. El nombre se los dio el historietista Abel Quezada, quien tambi¨¦n hizo caricaturas de varios de ellos. Dos de esos dibujos colgaban sobre la puerta de una famosa editorial aquellos a?os: Octavio Paz aparec¨ªa coronado de olivos y Carlos Fuentes, con un frondoso bigote revolucionario. ¡°En la d¨¦cada de 1950, aquellas tertulias no serv¨ªan m¨¢s que para criticarse unos a otros¡±, escribe la ensayista Malva Flores en Estrella de dos puntas, su nuevo libro, en el que rastrea los encuentros y desencuentros del poeta y el novelista. Tras 10 a?os de investigaci¨®n, Flores asegura en una entrevista con EL PA?S antes de la presentaci¨®n este viernes de su nueva obra: ¡°La cr¨ªtica es lo que los uni¨® y despu¨¦s los separ¨®¡±.
Paz y Fuentes se conocieron en abril de 1950 en Par¨ªs. El poeta ten¨ªa 35 a?os y el narrador, 21. Fuentes ya hab¨ªa le¨ªdo El laberinto de la soledad y llegaba ¡°pose¨ªdo de una admiraci¨®n previa¡±, seg¨²n dijo ¨¦l mismo. Se hicieron amigos inmediatamente, intercambiaron cientos de cartas durante tres d¨¦cadas, pero murieron distanciados, pr¨¢cticamente sin hablarse. ¡°Entender qu¨¦ hab¨ªa pasado en esta amistad es fundamental para entender qu¨¦ es lo que pas¨® en la cultura mexicana en la ¨²ltima mitad del siglo XX¡±, apunta Flores (Ciudad de M¨¦xico, 59 a?os), que ha recibido el Premio Mazatl¨¢n de Literatura 2020 por esta obra. ¡°Todo el mundo sabe en M¨¦xico que eran muy amigos y despu¨¦s dejaron de serlo¡±, dice la escritora, ¡°siempre se dijo que se hab¨ªan separado debido a un ensayo publicado en la revista de Paz, pero escribo 600 p¨¢ginas para demostrar que eso no fue as¨ª¡±.
Para narrar Estrella de dos puntas. Octavio Paz y Carlos Fuentes: cr¨®nica de una amistad (Ariel, 2020), Flores ha indagado en la correspondencia que los autores intercambiaron entre 1956 y 1982 y que la universidad estadounidense de Princeton liber¨® en 2014. Unas cartas llenas de intimidad, confesiones, admiraci¨®n y desavenencias que muestran el clima pol¨ªtico, social y cultural de esos a?os y exponen los entretelones de una generaci¨®n de intelectuales que marc¨® el devenir de un siglo. El texto se construye, adem¨¢s, a partir telegramas, hemeroteca y misivas de los autores con otros pensadores y artistas.
All¨ª aparecen Milan Kundera o Albert Camus, Julio Cort¨¢zar o Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, Luis Bu?uel, Elena Poniatowska, Carlos Monsiv¨¢is o Rita Macedo. Elena Garro, novelista, dramaturga y exesposa de Paz, tambi¨¦n figura en la investigaci¨®n. ¡°Ya todo el mundo sabe que Elena Garro jug¨® un papel importante denunciado a los intelectuales¡±, se posiciona Flores, ¡°mi opini¨®n personal es que ten¨ªa mucho miedo y que el miedo te lleva a hacer cosas tontas¡±.
Eran tiempos convulsos. En 1968, hab¨ªan pasado casi 10 a?os desde el triunfo de la revoluci¨®n cubana; Checoslovaqu¨ªa empezaba un per¨ªodo de liberalizaci¨®n que terminar¨ªa con la entrada de tanques sovi¨¦ticos en la ciudad de Praga y Par¨ªs viv¨ªa su mayo franc¨¦s. Aquel a?o, Paz trabajaba para los servicios exteriores mexicanos en la India y Fuentes estaba en Londres. Es la ¨¦poca en la que su amistad se vuelve m¨¢s cercana, sostiene Flores en su libro. ¡°Est¨¢n muy emocionados porque ven en estas revueltas la posibilidad de que sus sue?os de rebeli¨®n contra el status quo o el Gobierno se vean cumplidos¡±, explica la autora.
En M¨¦xico, gobernaba Gustavo D¨ªaz Ordaz, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), cuando el 2 de octubre de ese a?o una protesta estudiantil pac¨ªfica es callada a tiros. La matanza de Tlatelolco ¡°los sorprende y los une much¨ªsimo¡±, asegura la autora, ¡°les da mucha angustia y se escriben todos los d¨ªas pr¨¢cticamente con desolaci¨®n¡±. En esas cartas se preguntan si deber¨ªan regresar a M¨¦xico. ¡°?Ser actores o artistas?¡±, escribe Paz. ¡°Los que t¨² digas o hagas ser¨¢ definitivo para m¨ª¡ para tantos mexicanos que creemos en ti¡±, responde el autor de La regi¨®n m¨¢s transparente. Lo que sigue es conocido: Paz renuncia a su puesto como diplom¨¢tico y se encuentran en Barcelona. Fuentes regres¨® a M¨¦xico pocos meses despu¨¦s y Paz volvi¨® cuando termin¨® el r¨¦gimen de D¨ªaz Ordaz.
Sus afinidades en esos a?os de v¨ªnculo estrecho eran literarias adem¨¢s de pol¨ªticas. Compart¨ªan una obsesi¨®n de la que hablaban constantemente en su correspondencia: poner en marcha una ¡°revista hisp¨¢nica, en el buen sentido de esa desdichada palabra, pero abierta al mundo¡±, escribi¨® Paz. Pero esa publicaci¨®n conjunta nunca lleg¨® a concretarse.
El poeta, en cambio, se enter¨® por el peri¨®dico franc¨¦s Le Monde de que Fuentes junto con Julio Cort¨¢zar, Jos¨¦ Donoso, Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, Juan Goytisolo y Mario Vargas Llosa hab¨ªan decidido crear una revista que se publicar¨ªa trimestralmente desde Par¨ªs. ¡°Esto a Paz lo lastim¨® mucho¡±, afirma Flores, que sit¨²a ah¨ª el principio del fin de esa amistad. ¡°Lo dice con toda claridad en una carta a Fuentes. Es una carta dura y triste¡±, explica la investigadora.
Era 1971. La revista Libre dur¨® solo ese a?o. El poeta cre¨® en M¨¦xico Plural, donde tambi¨¦n ten¨ªa una columna Fuentes. Pero la amistad ya se destej¨ªa. El aval de Fuentes, que hab¨ªa sido nombrado embajador en Francia en 1974, al presidente Luis Echevarr¨ªa y su silencio cuando manifestantes prosandinistas quemaron una esfinge de Paz en el Paseo de la Reforma por pedir elecciones en Nicaragua fueron marcando la relaci¨®n. Las distancias entre ambos se acentuaban. ¡°Durante el largo per¨ªodo de amistad ocurrieron varios momentos de ruptura que la historia de la literatura mexicana ha querido olvidar y ha consignado en 1988¡±, escribe Flores en el libro. Ese a?o apareci¨® en la revista que entonces dirig¨ªa el poeta, Vuelta, una cr¨ªtica de Enrique Krauze titulada La comedia mexicana de Carlos Fuentes, pero esa, para la investigadora, fue ¡°la ¨²ltima de las desavenencias¡±.
La amistad entre ambos, cree Flores, sent¨® ¡°las bases de la cr¨ªtica literaria, pol¨ªtica y social como algo obligatorio para entender la libertad¡±. ¡°Esa base hoy se est¨¢n diluyendo¡±, lamenta. ¡°Ya no tenemos dos escritores del tama?o de Fuentes y Paz, este tipo de escritor que aglutinaba a su alrededor a muchos otros escritores, pero tambi¨¦n un movimiento intelectual que iba m¨¢s lejos de M¨¦xico¡±. Flores expone una ¡°hip¨®tesis muy de poeta¡± para explicarlo: ¡°La mercantilizaci¨®n del arte le ha dado en la torre al arte y a la literatura. Estamos muy preocupados por figurar y r¨¢pidamente desaparecemos. Ya no hay Rep¨²blica de las Letras. Hay personas que viven apartadas aunque todos estemos en Twitter¡±.
Fuentes gan¨® el Premio Cervantes en 1987 y Paz, el Nobel de Literatura en 1990. No hay cartas de esos a?os en el acervo de Princeton. El autor de Aura no llam¨® para ofrecer sus condolencias cuando el poeta muri¨® en 1998, pero dej¨® un texto, Mi amigo Octavio Paz: ¡°No est¨¢bamos de acuerdo en varios asuntos pol¨ªticos, pero nos preci¨¢bamos de diferir sin pelearnos, de probar nuestra amistad, fuerte y honda, contra todas las diferencias. D¨¢bamos, quer¨ªamos dar, una prueba de coexistencia respetuosa entre concepciones diferentes de la vida y la sociedad. Casi lo logramos¡±.
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