Maltratos, discriminaci¨®n y deportaciones bajo sospecha: el infame ¡®cuartito¡¯ de inmigraci¨®n de M¨¦xico
La pol¨ªtica migratoria mexicana tensa las relaciones diplom¨¢ticas con los pa¨ªses de Sudam¨¦rica, despu¨¦s de que Colombia denunciara el trato a sus connacionales
El sitio m¨¢s temido por miles de viajeros sudamericanos en ruta a M¨¦xico es una peque?a habitaci¨®n de la que se ha escuchado mucho y se ha visto poco. Algunos turistas dicen que es como una celda y otros, como un calabozo. La mayor¨ªa se refiere a ¨¦l como el cuartito. Se trata del rinc¨®n de los aeropuertos donde las personas son retenidas antes de ser admitidas o devueltas a sus pa¨ªses. Juan Sebasti¨¢n G¨®mez, un colombiano de 28 a?os, hab¨ªa preparado todo lo posible para evitarlo: ten¨ªa su pasaporte vigente, 1.000 d¨®lares para demostrar solvencia, estados financieros, una carta de invitaci¨®n y fechas definidas para el vuelo de regreso. No import¨®. Tras horas de espera y cuando los filtros de migraci¨®n se empezaron a saturar, una agente pregunt¨®: ¡°?Qui¨¦nes son los colombianos, ecuatorianos, peruanos, venezolanos que est¨¢n aqu¨ª? Ustedes no cumplen los est¨¢ndares de seguridad para entrar al pa¨ªs¡±. Sin llamarlo por su nombre ni darle explicaciones, el joven bogotano fue enviado al ¨²ltimo cuartito: el de las deportaciones.
¡°En realidad es un cuarto grande con tres cuartos peque?os al fondo¡±, explica G¨®mez, ¡°hay una especie de salita, un espacio para mujeres y otro para hombres¡±. El cuartito de los detenidos en Ciudad de M¨¦xico suele estar atiborrado y sin ventilaci¨®n: unos 20 metros cuadrados para casi el mismo n¨²mero de detenidos, donde el hedor de los retretes es penetrante y las colchonetas que les dieron para dormir se enciman las unas con las otras. ¡°Las condiciones eran aberrantes¡±, recuerda G¨®mez, a quien para esas alturas ya le hab¨ªan quitado su tel¨¦fono, su cintur¨®n y los cordones de sus zapatos. Ya desde las entrevistas de migraci¨®n, los ¨²nicos que ten¨ªan derecho a mandar mensajes y hacer llamadas, le dijeron los agentes, eran los estadounidenses; ¡°los centroamericanos y sudamericanos no¡±. ¡°Me hicieron sentir como un criminal¡±, afirma.
Testimonios como el de G¨®mez han circulado en redes sociales y aparecido en los medios desde hace a?os, pero en las ¨²ltimas semanas han recibido un nuevo impulso a partir de una serie de posicionamientos de las autoridades colombianas. La canciller, Claudia Blum, ventil¨® este mes ¡°la preocupaci¨®n del Gobierno ante las reiteradas inadmisiones de colombianos que llegan a M¨¦xico, las que han registrado un aumento en las ¨²ltimas semanas¡±.
Desde entonces, se han multiplicado las denuncias de ciudadanos que afirman haber sido maltratados en el ¨¢rea de Migraci¨®n en aeropuertos mexicanos. Al punto de que ha sido motivo de un di¨¢logo entre Blum y su hom¨®logo mexicano, Marcelo Ebrard. Ambos cancilleres acordaron mejorar el trato a los colombianos que ingresen a M¨¦xico y hacer una reuni¨®n de seguimiento semanal, seg¨²n inform¨® Bogot¨¢. Las recurrentes denuncias de los colombianos se?alan que los han retenido por largas horas sin su pasaporte, sin alimentos, y no les permiten comunicarse con nadie ni ir al ba?o.
Un funcionario mexicano, que pide omitir su nombre, reconoce que la pol¨ªtica migratoria del pa¨ªs es una fuente de reclamo permanente de parte de sus socios comerciales en la Alianza del Pac¨ªfico: Colombia, Chile y Per¨². La integraci¨®n econ¨®mica trajo la eliminaci¨®n de las visas entre los Estados miembros a finales de 2012, pero la promesa del libre tr¨¢nsito de personas dio, parad¨®jicamente, un mayor margen de discrecionalidad para que los agentes del Instituto Nacional de Migraci¨®n (INM) decidieran qui¨¦n pod¨ªa entrar al pa¨ªs, explica la fuente. ¡°Muchas veces, M¨¦xico se queja con Estados Unidos del trato que reciben sus migrantes, mientras que con los pa¨ªses centroamericanos y sudamericanos los roles se invierten¡±, agrega.
Hace apenas unos a?os, con el acuerdo de paz sellado a finales de 2016, los colombianos celebraban que ya no se les consideraba ciudadanos sospechosos a los que se les pon¨ªan trabas. Para entonces, en varios pa¨ªses, entre ellos una treintena de destinos europeos, se les dej¨® de exigir visa de turismo. A comienzos de este siglo, hasta 167 pa¨ªses exig¨ªan visa a los colombianos, mientras que ahora a cerca de un centenar pueden entrar solo con su pasaporte.
Pese a la pandemia, casi 170.000 colombianos volaron a M¨¦xico el a?o pasado. Solo alrededor del 2% fueron rechazados, de acuerdo con las cifras del Gobierno de Colombia, pero ese peque?o porcentaje tiene detr¨¢s decenas de miles de controles migratorios e implica cientos de quejas para las autoridades consulares. Regularmente, m¨¢s de medio mill¨®n de colombianos viajan al a?o a M¨¦xico y miles son deportados en cifras que en los ¨²ltimos tres a?os superan por mucho a los inadmitidos en Estados Unidos y Espa?a, pa¨ªses con estrictas pol¨ªticas migratorias.
El presidente colombiano, Iv¨¢n Duque, reconoci¨® en su ¨²ltima visita oficial a M¨¦xico en marzo del a?o pasado que el tema migratorio fue parte de lo que discuti¨® con su hom¨®logo mexicano, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, y se?al¨® que habr¨ªa mayor intercambio de informaci¨®n entre las agencias de ambos pa¨ªses para hacer m¨¢s fluido el tr¨¢nsito de viajeros. ¡°Eso permite concentrar los esfuerzos en aquellas personas que representen una alerta y no, de pronto, afectar el tr¨¢nsito de otras personas que vienen con intereses m¨¢s acad¨¦micos o tur¨ªsticos¡±, dijo Duque. Esta semana, L¨®pez Obrador orden¨® a su Gabinete que atendiera los reclamos.
Las quejas traen a la memoria otros tiempos que se cre¨ªan superados, cuando el pasaporte colombiano era casi un lastre en muchos aeropuertos del mundo debido principalmente al estigma del narcotr¨¢fico. Un estigma compartido por muchos mexicanos cuando cruzan a Estados Unidos. ¡°Estoy acostumbrado y no me importa que cuando viajo me hagan comentarios o bromas sobre Pablo Escobar, pero creo que lo que me pas¨® en M¨¦xico es otro nivel¡±, se?ala G¨®mez.
No es solo Colombia. En febrero, Rumania denunci¨® la ¡°actitud hostil¡± contra decenas de sus ciudadanos que fueron retenidos en Canc¨²n mientras se investigaba a una banda que supuestamente operaba en Riviera Maya. Una fuente gubernamental admite que pr¨¢cticamente se paraliz¨® la admisi¨®n de turistas de ese pa¨ªs, mientras avanzaban las pesquisas. Hubo m¨¢s de 200 turistas involucrados, solo cinco ten¨ªan v¨ªnculos sospechosos.
¡°Nos dijeron que no ten¨ªamos pinta de turistas¡±, denunciaba Hermenegildo Mamani, uno de 18 peruanos que iban a China por negocios en 2018 y que fueron devueltos mientras hac¨ªan escala en M¨¦xico. El youtuber Jefferson Rescata, con 3,7 millones de seguidores en Facebook, denunci¨® racismo tras ser deportado junto a otros 18 ecuatorianos en 2019. ¡°M¨¦xico no es solo pa¨ªs de deportados, sino un pa¨ªs que deporta ilegalmente¡±, denunci¨® Amnist¨ªa Internacional en 2018, que ha sido especialmente cr¨ªtica con el trato a los migrantes centroamericanos, otro frente para las autoridades mexicanas en la frontera sur.
G¨¦nesis Luigi, una venezolana de 28 a?os, asegura que ha tenido tres retenciones arbitrarias en el aeropuerto Benito Ju¨¢rez. En varias de sus entradas a M¨¦xico ha sido sometida al violento escrutinio de los agentes migratorios y a las amenazas de deportarla a Venezuela, de donde sali¨® en 2017 por estudios y trabajo y a donde no ha vuelto. ¡°Es que ac¨¢ las venezolanas solo vienen a prostituirse¡¯, me han dicho muchas veces, y es m¨¢s intimidante que te lo diga un se?or agente en un cuartico donde est¨¢s sola¡±. Luigi dice que el maltrato ha sido mayor cuando ha entrado a M¨¦xico por la terminal en la que aterrizan las aerol¨ªneas latinoamericanas.
El ¨¦xodo desde Venezuela tambi¨¦n ha aumentado la tensi¨®n entre los fr¨¢giles sistemas migratorios de la regi¨®n y los tratos que reciben los migrantes y los solicitantes de refugio y asilo. Un venezolano de 29 a?os ¡ªque prefiere ocultar su nombre por temor¡ª recuerda a su paso por el cuartito que el oficial le insist¨ªa que ¨¦l mismo se iba a encargar de deportarlo ¡°porque estaban cansados de ver venezolanos en su pa¨ªs¡±. En su caso, en vez de ser deportado, pas¨® dos meses encerrado en una estaci¨®n migratoria antes de poder iniciar su tr¨¢mite de acogida humanitaria.
Adem¨¢s de las acusaciones de discriminaci¨®n y maltratos, hay casos de corrupci¨®n, asegura July Rodr¨ªguez, de la organizaci¨®n Apoyo a Migrantes Venezolanos desde Ciudad de M¨¦xico, que da asistencia gratuita hasta 50 de sus connacionales por d¨ªa. ¡°Lo com¨²n es que les pidan dinero para dejarlos seguir [entre 1.000 y 2.000 d¨®lares]¡±, se?ala. Los espacios reducidos y hacinados tambi¨¦n han sido una preocupaci¨®n en la pandemia por el riesgo a los contagios, agrega. En una decisi¨®n con tintes geopol¨ªticos, Nicol¨¢s Maduro no ha dicho nada sobre las denuncias en M¨¦xico, pero s¨ª ha sido bastante vocal tras incidentes ocurridos en Colombia, Chile y Per¨², ofreciendo incluso planes de retorno a los venezolanos en el exterior.
El Instituto Nacional de Migraci¨®n rechaz¨® una solicitud de entrevista de este diario, pero asegur¨® a trav¨¦s de una portavoz que las condiciones de las instalaciones migratorias son responsabilidad de los aeropuertos y la comida, de las aerol¨ªneas. El Instituto sostuvo en un comunicado que act¨²a con apego a las leyes mexicanas y los derechos humanos y se?al¨® que no tiene registro directo de denuncias o quejas de ciudadanos colombianos porque la comunicaci¨®n sobre estos temas se da por la v¨ªa diplom¨¢tica.
La Canciller¨ªa mexicana convoc¨® a una reuni¨®n el jueves pasado con las embajadas de los pa¨ªses sudamericanos, en la que se trat¨® el tema de las inadmisiones y ¡°mecanismos pr¨¢cticos que deben implementarse¡±, seg¨²n un portavoz del Gobierno peruano, informa Jacqueline Fowks desde Lima. Tambi¨¦n hubo reuniones entre el INM y la Embajada colombiana para verificar los protocolos de migraci¨®n en el aeropuerto de Ciudad de M¨¦xico y atender los agravios. Aunque algunos, como G¨®mez, aseguran que por ahora no piensan volver.
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