La disculpa diplom¨¢tica de L¨®pez Obrador por la masacre de chinos en 1911
El presidente pide perd¨®n a la comunidad china por la masacre de Torre¨®n, una disculpa hist¨®rica pero tambi¨¦n un gesto diplom¨¢tico a su gran aliado en Asia
¡°Como sucede en todo el mundo, la historia de los pueblos registra tiempos de esplendor y grandeza, as¨ª como momentos de oscuridad y verg¨¹enza¡±, han sido las primeras palabras del presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador esta ma?ana, en un evento en el que ha ofrecido disculpas por una de las masacres m¨¢s soterradas en la historia moderna de M¨¦xico. Entre el 13 y el 15 de mayo de 1911, revolucionarios maderistas y ciudadanos de Torre¨®n, Coahuila, asesinaron a 303 personas de origen chino. Una oferta de perd¨®n inusual, que ning¨²n otro presidente hab¨ªa hecho a esta comunidad asi¨¢tica en M¨¦xico, y en el que L¨®pez Obrador reconoce la violencia xen¨®foba cometida por los que son usualmente sus amigos en la historia: los revolucionarios maderistas. Pero un evento en el que, de forma h¨¢bil, L¨®pez Obrador tambi¨¦n ha aprovechado para fortalecer sus lazos con China, su gran aliado en Asia.
¡°Los m¨¢s destacados jefes revolucionarios ni siquiera fueron investigados [por la masacre]¡±, ha recordado el mandatario en su discurso, en el que ha admitido que los revolucionarios de principios de siglo fueron igual de xen¨®fobos que los porfiristas que los antecedieron. El gesto de perd¨®n es el segundo de tres que Presidencia organiz¨® este a?o para ofrecer disculpas a minor¨ªas ¨¦tnicas a nombre del Estado mexicano: el primero fue a la comunidad maya en Yucat¨¢n, y el siguiente ser¨¢ a los ind¨ªgenas yaqui en Sonora. ¡°El racismo que han padecido por siglos los habitantes de China es igual o peor que el que han sufrido ind¨ªgenas mexicanos o africanos¡±, ha dicho el presidente en su discurso.
Los tres eventos de perd¨®n son tambi¨¦n parte de los 15 que el Gobierno ha organizado para reescribir la historia de M¨¦xico como l¨ªder de la llamada Cuarta Transformaci¨®n, y que tienen un car¨¢cter abiertamente pol¨ªtico: a estos siempre son invitados aliados regionales, como el presidente de Bolivia, Luis Arce, o el presidente de Argentina, Alberto Fern¨¢ndez. En este caso, el invitado especial era el embajador de China en M¨¦xico, Zhu Qingqiao. ¡°Hoy se consuela a las vidas perdidas y se curan las cicatrices¡±, ha dicho el embajador en su discurso, recordando que las relaciones diplom¨¢ticas entre los dos pa¨ªses se restablecieron hace 49 a?os. ¡°China est¨¢ dispuesta a trabajar con M¨¦xico para fortalecer nuestra tradicional amistad y profundizar la cooperaci¨®n¡±, ha a?adido.
La masacre contra los chinos en 1911 ocurri¨® en medio de la guerra entre porfiristas y revolucionarios, y como era de esperarse, el enemigo hist¨®rico del presidente, Porfirio D¨ªaz, tuvo un papel protag¨®nico en el discurso. Torre¨®n era una fuerza econ¨®mica del norte del pa¨ªs a principios del siglo XX: foco de una enorme riqueza, pero tambi¨¦n una evidente desigualdad. ¡°De ah¨ª que la ense?anza mayor del modelo econ¨®mico neoliberal, o neoporfirista, es que la apuesta por el progreso material sin justicia social nunca ser¨¢ una opci¨®n pol¨ªtica viable¡±, ha dicho el presidente. L¨®pez Obrador ha recordado que los revolucionarios publicaron textos antichinos (¡°la prohibici¨®n de la migraci¨®n china es una forma de protecci¨®n a los trabajadores mexicanos¡±, dice uno de estos) y que, despu¨¦s de la masacre, la xenofobia fue promovida por los revolucionarios. ¡°Debo decir con pesar, con tristeza, que luego del llamado peque?o genocidio, se continu¨® persiguiendo a miembros de la comunidad china en M¨¦xico¡±, ha dicho el mandatario. Se constituyeron clubes antichinos y la comunidad que viv¨ªa en Sonora o Sinaloa tuvo que refugiarse en peque?os pueblos de Durango o Zacatecas. La consecuencia en cifras fue visible, ha explicado el presidente: si en 1930 la poblaci¨®n china en M¨¦xico era de 15.960 personas, en 1940 se redujo a 4.859.
Pero el evento tambi¨¦n fue un gui?o de agradecimiento a su gran aliado asi¨¢tico. L¨®pez Obrador aprovech¨® para agradecer a China ¡°por el importante y oportuno apoyo que nos han dado desde el comienzo de la pandemia de la covid-19¡±. Cuando arranc¨® la pandemia, ha recordado, ¨¦l llam¨® al presidente de la Rep¨²blica Popular China, Xi Jinping, para pedir insumos y ayudas para enfrentar la crisis. ¡°Hubo una respuesta r¨¢pida, fraterna y solidaria¡±, ha dicho. Hasta el momento, ha aclarado, M¨¦xico ha recibido 38 aviones desde China, 25 con insumos m¨¦dicos como ventiladores y pruebas diagn¨®sticas, y 13 aviones con seis millones de dosis de vacunas Sinovac. Para vacunar a los maestros del pa¨ªs este mes, M¨¦xico contar¨¢ con seis millones de dosis de CanSino.
¡°Hoy quiero agradecer al presidente de China, Xi Jinping, y a su embajador en M¨¦xico, Zhu Qingqiao, as¨ª como a los cient¨ªficos de China, a sus diplom¨¢ticos y a sus empresas, y quiero decir que desde Torre¨®n nunca vamos a olvidar la fraternidad de China en los meses amargos y angustiosos de la pandemia, por el apoyo solidario que recibimos¡±, ha dicho el presidente.
El gobernador de Coahuila, Miguel Riquelme Sol¨ªs, record¨® en su discurso que en los ¨²ltimos siete a?os, han emprendido sus operaciones en territorio coahuilense 14 empresas globales de origen chino, con una inversi¨®n de m¨¢s de 7.000 millones de d¨®lares. ¡°Han incrementado nuestras fortalezas para enfrentar los desaf¨ªos econ¨®micos¡±, ha dicho. Como lo explic¨® EL PA?S recientemente, de acuerdo con un estudio publicado el 31 de marzo por el Centro de Estudios China-M¨¦xico (Cechimex), el a?o pasado M¨¦xico fue el mayor receptor de inversi¨®n extranjera directa china entre sus pares en Am¨¦rica Latina.
El momento m¨¢s conmovedor del evento de perd¨®n no vino del presidente, ni del gobernador, ni del embajador chino en M¨¦xico. Vino de dos descendientes de la comunidad china en M¨¦xico que recordaron que la comunidad china es parte del mestizaje mexicano.
Primero habl¨® M¨®nica Cinco Basurto, hija de Jorge Cinco, un hombre de la comunidad china en Sinaloa, casado con una mujer mexicana, que en los a?os 30 fue obligado a abandonar M¨¦xico por las persecuciones contra su comunidad. ¡°Desde 1895, y hasta 1920, miles de chinos llegaron del pa¨ªs en un contexto en que fueron acusados de ser portadores de enfermedades, y se les calific¨® de raza inferior, opi¨®manos, amorales¡±, ha recordado Basurto. ¡°La indolencia e indiferencia con la que el estado mexicano, por acci¨®n o omisi¨®n, trat¨® a las comunidades chinas y a sus descendientes en el pasado, deber¨ªa ser hoy un recordatorio y una alerta permanente de que el racismo, la discriminaci¨®n, la xenofobia, nos lastiman como pa¨ªs y no permite mirar en el otro un nosotros¡±.
¡°Amamos a M¨¦xico, trabajamos por ¨¦l, nos orgullecemos de la doble herencia cultural que nos conforma¡±, ha dicho con la voz entrecortada Sergio Ley L¨®pez, exembajador mexicano en China, y cuyo padre tambi¨¦n fue uno de los migrantes de Cant¨®n que llegaron a Sinaloa a principios de siglo. Fundador de la cadena de mercados Casa Ley al norte de M¨¦xico, su padre tuvo que esconderse varios a?os en un peque?o pueblo de la sierra de Durango durante los peores a?os de discriminaci¨®n. ¡°Somos parte de la historia econ¨®mica del noroeste mexicano¡±, ha recordado Ley L¨®pez, que ha terminado su discurso con una venia al presidente de M¨¦xico por su evento de perd¨®n. ¡°Se?or presidente, le agradezco profundamente este acto, que lo enaltece y le da sentido a sus acciones de Gobierno¡±.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.