¡°En la frontera con Tamaulipas vivimos escenas de guerra¡±
El responsable policial de Nuevo Le¨®n apunta a la crecida del crimen organizado en el Estado vecino como el motivo detr¨¢s de la oleada de desapariciones en la carretera a Nuevo Laredo
La actual polic¨ªa estatal de Nuevo Le¨®n naci¨® de las cenizas de la llamada guerra contra el narco. Rebautizada como Fuerza Civil y con una fuerte inspiraci¨®n militar, tan solo quedan tres polic¨ªas de la ¨¦poca anterior a 2011. Uno de ellos es su actual comisario, Jorge Fernando Garza Morales, quien recuerda que entonces ¡°el cuerpo estaba infestado¡± por el crimen organizado y hab¨ªa rincones del Estado donde la polic¨ªa no pod¨ªa entrar. Hoy, el territorio m¨¢s rico del M¨¦xico revive los viejos fantasmas. El convulso estado vecino de Tamaulipas, la frontera con EE UU, vuelve a provocar una onda expansiva con la ola de desaparecidos en la carretera de Monterrey a Nuevo Laredo como ¨²ltimo s¨ªntoma de lo que el comisario ya denomina abiertamente como ¡°guerra¡±.
Pregunta. ?Cu¨¢les son los resultados del dispositivo especial implantado en la carretera desde el jueves pasado?
Respuesta. No ha habido movimientos desde ese d¨ªa.
P. ?Cu¨¢nta presencia tiene su cuerpo policial?
R. M¨¢s de 200 elementos enfocados en patrullaje din¨¢mico e informado. La carretera es una v¨ªa federal. Nosotros no m¨¢s entramos como apoyo al Ejercito y la Guardia Nacional.
P. Antes del operativo, ?sal¨ªan a la carretera?
R. Como un servicio de seguridad, no. Hac¨ªamos traslados. Seguridad no porque es jurisdicci¨®n federal. Por una cuesti¨®n de orden de las cosas, ellos cuidan de su carretera y nosotros cuidamos nuestras calles.
P. ?Cu¨¢l es su explicaci¨®n ante las desapariciones? No est¨¢n pidiendo rescates.
R. Est¨¢n checando gente. No quisiera especular pero es un hecho, es lo que est¨¢ sucediendo. Hay datos esclarecedores. La gente que han liberado nos cuenta que les hacen una serie de preguntas. A una familia le encontraron unas fotograf¨ªas de unas armas de cacer¨ªa y le pidieron que mandaran fotos de los permisos de las armas.
P. Eso dijo el fiscal, que se trataba de una cacer¨ªa entre bandas. Lleg¨® a nombrar al Cartel Jalisco Nueva Generaci¨®n.
R. Eso ya es especulaci¨®n. Pero las preguntas son un hecho. Y otro hecho es que los maltratan. No llega a la tortura pero s¨ª han sido golpeados y maltratados.
P. Si s¨®lo se trata de una revisi¨®n. ?Por qu¨¦ no aparecen?
R. Eso ya es de fiscal¨ªa, hay grupos de b¨²squeda.
P. Las familias denuncian que entre las fiscal¨ªas de los dos estados se pasan las carpetas de investigaci¨®n sin resultados.
R. Nuestros datos indican un evento detectado en nuestro territorio. Los dem¨¢s, por declaraciones de familiares y v¨ªctimas, son de aquel lado.
P. Descartan la actuaci¨®n de la delincuencia com¨²n. Hay casos donde solamente roban la camioneta pero a los pasajeros los dejan ir.
R. Ah¨ª quer¨ªan en veh¨ªculo. La delincuencia com¨²n, al final, es fuente para el crimen organizado. Los roban, los pasan al otra estado y los arreglan de cierta forma, con armas arriba, para combatir contra nosotros. Casi todos son picop o camionetas serranas. Porque en las brechas es donde combatimos.
El comisario pide hacer un alto en las preguntas para detenerse un poco m¨¢s en un episodio reciente. Un ¡°combate¡± a principios de mayo en Las Aldamas, un peque?o pueblo a las puertas de la frontera con Tamaulipas. Por la plaza del pueblo se paseaba un monstruo, uno de esos coches robados y trasformados por el narco en una especie de tanques de la Segunda Guerra Mundial. Al salir del pueblo, se encuentran con una patrulla de polic¨ªa. ¡°Lo primero que reaccionan es con una calibre 50, que es una munici¨®n militar, que ten¨ªan montada arriba¡±. Los polic¨ªas huyeron y la patrulla qued¨® destruida. ¡°No pod¨ªamos dejar las cosas as¨ª. Al d¨ªa siguiente mandamos un operativo enfocado para all¨¢, incluido un helic¨®ptero¡±. El resultado fue que derribaron hasta el helic¨®ptero. El piloto perdi¨® un trozo de mano en la ca¨ªda y mientras se la vendaba otro compa?ero le cubr¨ªa a tiros agazapado tras la patrulla.
P. Parece una escena de guerra
R. En la frontera con Tamaulipas vivimos escenas de guerra, no de polic¨ªa. Aqu¨ª la gente no entiende eso. Y nosotros, Fuerza Civil, a diferencia de otras polic¨ªas, s¨ª combatimos como guerra, s¨ª tenemos esos polic¨ªas que puedan combatir as¨ª.
P. En Tamaulipas ha vuelto a subir la violencia. ?C¨®mo est¨¢ aqu¨ª?
R. Tenemos un problema de homicidios por tema de narcomenudeo. Llevamos 2.2% m¨¢s que el a?o pasado de homicidios dolosos. Pero, por lo dem¨¢s, no. El problema de los colgados y de que los tiran en las calles es por un grupo peque?o que quiere hacer un alto impacto. Aqu¨ª lo vivimos ya desde 2004. Pero nos organizamos y nos recuperamos. Mandamos el mensaje de que no se permite eso. Arriba (en referencia a Tamaulipas), el problema de esos grupillos semiorganizados es que se creen Gobierno, quieren andar patrullando, quieren ajusticiar. Eso aqu¨ª no se permite. Y ellos lo saben.
P. ?Est¨¢n volviendo los peores a?os del narcotr¨¢fico tambi¨¦n a Nuevo Le¨®n?
R. No hay comparaci¨®n. Es muy diferente la situaci¨®n. Entonces est¨¢bamos como cualquier estado del sur. Ahora somos una fuerza que hace la diferencia. En ese tiempo literalmente andabas patrullando y era como salir de cacer¨ªa. Busc¨¢bamos el topet¨®n. Ahorita ya no pasa eso, como s¨ª sucede en otras ciudades. Fuerza Civil entra a cada metro ciudad. No hay ning¨²n pedazo donde no podamos entrar a diferencia de otras polic¨ªas estatales que s¨ª tienen lugares donde no pueden entrar.
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