M¨¦xico exigir¨¢ a EE UU que frene el tr¨¢fico de armamento: ¡°No me mandes armas ni helic¨®pteros¡±

El Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador exigir¨¢ a Estados Unidos que frene el tr¨¢fico de armamento como premisa central de un acuerdo en materia de seguridad. ¡°Ya no quiero que me des armas ni helic¨®pteros¡±, ha resumido este martes el canciller, Marcelo Ebrard, en v¨ªsperas de la reuni¨®n entre el presidente mexicano, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, y el secretario de Estado, Antony Blinken, convocada para el viernes. El encuentro, que cierra el primer ciclo de conversaciones exploratorias entre equipos de las dos Administraciones, tiene el prop¨®sito de comprobar las condiciones para un entendimiento. El objetivo es, en esencia, reducir la violencia en ambos lados de la frontera, pero especialmente en M¨¦xico, que ya afronta una nueva crisis por el enfrentamiento entre c¨¢rteles. Hace una semana, las autoridades localizaron en la sierra de Nuevo Laredo (Tamaulipas), a un pu?ado de kil¨®metros de Texas, un centro de exterminio con crematorios clandestinos.

¡°No me mandes armas, por favor... Lo que queremos es que ya no vengan armas, no que vengan m¨¢s. El 70% de las armas, como sabemos, provienen de all¨¢¡±, ha insistido Ebrard en conversaci¨®n con medios de comunicaci¨®n al t¨¦rmino de la presentaci¨®n del nuevo pasaporte electr¨®nico. El canciller persigue una relaci¨®n de reciprocidad con Estados Unidos no solo en los documentos suscritos, sino en la pr¨¢ctica. ¡°Un entendimiento que sea no tan asim¨¦trico¡±, ha dicho. ¡°Se oye medio te¨®rico, pero cuando fue la Iniciativa M¨¦rida, M¨¦xico fue y toc¨® la puerta y les dijo: ¡®Oigan, por favor, ay¨²dame, porque yo necesito que t¨² me ayudes, que t¨² me salves, que t¨² me hagas, que t¨² me prestes...¡¯. Y eso te pone en desventaja ?no?¡±, ha considerado el secretario de Relaciones Exteriores en referencia al plan de seguridad anterior, acordado bajo el mandato de George W. Bush (2001-2009).

Los cimientos del nuevo marco de colaboraci¨®n deben tener, para M¨¦xico, dos bases. En primer lugar, el respeto mutuo, lo que en otras palabras es una advertencia relacionada con el proyecto pol¨ªtico de Morena y la llamada cuarta transformaci¨®n: esto es, la reivindicaci¨®n de la soberan¨ªa nacional. Y en segundo lugar, la atenci¨®n a las prioridades de los dos pa¨ªses. El Gobierno mexicano llev¨® a la mesa de negociaci¨®n 10 prioridades, entre ellas, la reducci¨®n de homicidios, el control del tr¨¢fico de armas, la asistencia jur¨ªdica o las extradiciones. Para Ebrard, por ejemplo, la ejecuci¨®n de estas ¨®rdenes judiciales deben tener ¡°la misma velocidad de aqu¨ª para all¨¢ que de all¨¢ para ac¨¢, que no es el caso ahorita¡±.

Blinken estaba invitado a los actos del Bicentenario de Independencia del pasado 27 de septiembre, aunque finalmente no viaj¨® a Ciudad de M¨¦xico. S¨ª lo har¨¢ esta semana, acompa?ado del titular del Departamento de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, y el fiscal general de Estados Unidos, Merrick B. Garland, quien se reunir¨¢ con su hom¨®logo mexicano, Alejandro Gertz. En enero, cuando Joe Biden tom¨® posesi¨®n en la Casa Blanca, L¨®pez Obrador pidi¨® a su Gabinete que explorara un nuevo plan de seguridad para dejar atr¨¢s la iniciativa M¨¦rida. Despu¨¦s del llamado di¨¢logo econ¨®mico de alto nivel, una prioridad para ambos pa¨ªses, se ha comenzado a hablar de seguridad.

Ese programa contaba con recursos millonarios y ech¨® a andar al final de la Administraci¨®n de George W. Bush, hace m¨¢s de una d¨¦cada. Pero ese plan de cooperaci¨®n no ha funcionado pese a incluir unas ayudas de 3.000 millones de d¨®lares. Fracas¨® o, en cualquier caso, no fue suficiente para sostener la estrategia de lucha contra el narcotr¨¢fico. ¡°La Iniciativa M¨¦rida est¨¢ muerta. No funciona¡±, afirm¨® recientemente el secretario de Relaciones Exteriores al diario The Washington Post. ¡°Ahora estamos en otra era¡±. Las autoridades mexicanas buscan ahora un nuevo enfoque junto a Biden. Los retos en materia de seguridad vuelven abordarse, adem¨¢s, despu¨¦s de casi un lustro de desinter¨¦s por parte de Washington. Al expresidente Donald Trump nunca le interes¨® mucho la lucha contra el narcotr¨¢fico y la relaci¨®n bilateral con M¨¦xico. En los primeros meses del mandatario dem¨®crata se ha percibido otra disposici¨®n. De Blinken a Juan Gonz¨¢lez, enviado de la Casa Blanca para Latinoam¨¦rica, varios altos cargos han fijado en varias ocasiones como prioridad la reducci¨®n del tr¨¢fico de armas y de narc¨®ticos. Queda, sin embargo, formalizar la voluntad en un acuerdo.

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