Econom¨ªa, seguridad y soberan¨ªa: los frentes que tensan la relaci¨®n con EE UU ante la visita de Kamala Harris
Las fricciones entre M¨¦xico y Washington se multiplican, de los pleitos comerciales a la lucha contra el narco, la migraci¨®n, la pol¨ªtica energ¨¦tica y las acusaciones sobre injerencia
La relaci¨®n entre M¨¦xico y Washington se enreda cuando faltan menos de tres semanas para la visita anunciada por la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris. La ¨²ltima estocada a la agenda bilateral ha sido un cambio cualitativo del tono empleado por Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador para exigir a la Administraci¨®n de Joe Biden que suspenda el supuesto respaldo econ¨®mico a algunas organizaciones civiles. ¡°Se est¨¢n tardando¡±, ha instado el presidente en referencia al apoyo de la agencia de cooperaci¨®n USAID, un organismo independiente vinculado al Departamento de Estado, a ONG como Mexicanos contra la Corrupci¨®n y la Impunidad. Es el ejemplo m¨¢s reciente de unas relaciones que, si el lenguaje de la diplomacia califica de ¡°institucionalizadas¡± y ¡°fluidas¡±, en realidad est¨¢n minadas por m¨²ltiples tensiones.
Harris viajar¨¢ al pa¨ªs vecino y a Guatemala para abordar uno de los grandes retos del comienzo de la era Biden, la crisis migratoria de Centroam¨¦rica. Pero la frontera solo es uno de los frentes abiertos con Washington. A esa crisis se a?aden fricciones comerciales, distintos criterios sobre la estrategia de la lucha contra el narcotr¨¢fico y la pol¨ªtica de seguridad, las reformas econ¨®micas impulsadas por L¨®pez Obrador y que preocupan a los inversores, la cooperaci¨®n ante la pandemia de coronavirus y, ahora, las acusaciones de injerencia.
El presidente fue uno de los ¨²ltimos l¨ªderes en reconocer a Biden. Lo hizo casi 40 d¨ªas despu¨¦s de la victoria del dem¨®crata, que su contrincante, Donald Trump, trat¨® de impugnar sin pruebas. La primera reuni¨®n entre ambos, celebrada de forma virtual a principios de marzo, se sald¨® con un balance deliberadamente optimista por parte de M¨¦xico, que resalt¨® una relaci¨®n en pie de igualdad y reivindic¨® el respeto a la soberan¨ªa nacional, uno de los mantras del Gobierno de la llamada Cuarta Transformaci¨®n. Sin embargo, esa sobreactuaci¨®n ha chocado con la realidad y ese supuesto trato igualitario est¨¢ lleno de agujeros, tanto por el peso que tiene Washington en cada negociaci¨®n como por algunas decisiones de las autoridades mexicanas que contravienen a la agenda regional, sobre todo en materia econ¨®mica.
L¨®pez Obrador logr¨® una relaci¨®n funcional con Trump a pesar de las diferencias ideol¨®gicas y ahora hay una relaci¨®n institucionalizada, defienden fuentes de la Secretar¨ªa de Relaciones Exteriores . De facto, el mandatario mexicano se pleg¨® a las amenazas de Estados Unidos, cumpliendo sus estrictas directrices migratorias para evitar una guerra arancelaria. El cambio de Administraci¨®n abri¨® la puerta a buscar una relaci¨®n m¨¢s acorde con algunos valores del Ejecutivo de Morena, autondenominado de izquierdas. Pero m¨¢s all¨¢ del talante general de las comunicaciones, mucho menos explosivas que cuando el magnate republicano ocupaba la Casa Blanca, en los ¨²ltimos meses se han dado varios encontronazos y las desavenencias han acabado aflorando.
¡°Hay una diferencia entre lo que los dos gobiernos quisieran y la realidad sobre el terreno. Tanto Biden como L¨®pez Obrador quisieran seguir con el mismo esquema de Trump¡±, valora Jorge G. Casta?eda, secretario de Relaciones Exteriores entre 2000 y 2003, durante el Gobierno de Vicente Fox (PAN), hoy profesor en la Universidad de Nueva York. Seg¨²n ese esquema, a grandes rasgos, M¨¦xico le hac¨ªa el trabajo sucio a Estados Unidos, impidiendo por ejemplo la entrada de migrantes. Pero el Gobierno de Biden es distinto. Su Administraci¨®n incluy¨® a sensibilidades progresistas importantes y en ella conviven sindicatos, activistas, grandes empresas y las agencias tradicionales como la DEA. Todos estos actores sostienen una agenda que tiene un efecto conjunto: ¡°No le permiten a Biden hacer la vista gorda ante todo lo que ellos consideran sus agravios en M¨¦xico¡±.
As¨ª, de forma repentina, en tan solo dos d¨ªas, la semana pasada Estados Unidos registr¨® dos requerimientos en el marco del acuerdo comercial con Estados Unidos y Canad¨¢, el T-MEC. Se trata de dos denuncias de corrupci¨®n sindical y violaciones de los derechos de los trabajadores en los Estados de Guanajuato y Tamaulipas. Este tipo de quejas, record¨® a EL PA?S Kenneth Smith, negociador jefe del tratado, pueden suponer sanciones en caso de que se determine una violaci¨®n por parte del pa¨ªs demandado. Una de ella fue presentada por la mayor central obrera estadounidense, la Federaci¨®n del Trabajo y Congreso de Organizaciones Industriales (AFL-CIO, por sus siglas en ingl¨¦s). Y una antigua dirigente de ese sindicato, Thea Lee, es hoy la responsable designada por Biden para monitorear la aplicaci¨®n del tratado comercial. A eso se suman las inquietudes, planteadas abiertamente el lunes en una cita entre representantes comerciales de los tres pa¨ªses norteamericanos, que genera el paquete de reformas energ¨¦ticas de L¨®pez Obrador. Un plan para fortalecer a empresas del Estado como Pemex o la Comisi¨®n Federal de Electricidad (CFE) frente a la iniciativa privada, que hoy est¨¢ paralizado en los tribunales, pero que ya ha repercutido en el clima de inversi¨®n.
La preocupaci¨®n es may¨²scula en las empresas del sector, puesto que M¨¦xico es el principal socio comercial de Estados Unidos, por delante de China. Detr¨¢s de estas decisiones, sin embargo, hay un camino ideol¨®gico definido. El presidente mexicano defiende que la mejor pol¨ªtica exterior es la pol¨ªtica interna y, forzado por las circunstancias a una mayor actividad diplom¨¢tica, siempre lo hace en clave local. La defensa de soberan¨ªa, una misi¨®n impl¨ªcita de cada Gobierno, no solo marca abiertamente su agenda legislativa, sino tambi¨¦n su discurso y las relaciones internacionales. Es decir, es un instrumento para enfrentarse a sus adversarios y vivir en una campa?a permanente. ¡°L¨®pez Obrador siempre est¨¢ platicando de la soberan¨ªa¡±, recuerda Duncan Wood, vicepresidente del Wilson Center de Washington. En su opini¨®n, este puede ser un motivo de conflicto estructural entre los dos pa¨ªses. M¨¦xico present¨®, por ejemplo, la semana pasada una queja por las condiciones de los trabajadores migrantes del sector agr¨ªcola en respuesta a los requerimientos de Estados Unidos. Y aunque la secretaria de Econom¨ªa, Tatiana Clouthier, califica de ¡°impasse legal¡± estos problemas, los atribuy¨® al sector privado y no a las Administraciones p¨²blicas.
Pero los debates bilaterales van m¨¢s all¨¢ de la energ¨ªa, la inversi¨®n y el comercio y afectan a cuestiones esenciales como la seguridad. ¡°Hay muchos frentes abiertos como el narcotr¨¢fico, que no le interesaba mucho a Trump¡±, contin¨²a Casta?eda. Ahora han cambiado las tornas. La extradici¨®n del exsecretario de Defensa Salvador Cienfuegos, detenido en Los ?ngeles y acusado por la DEA de v¨ªnculo con el narcotr¨¢fico, acab¨® en agua de borrajas una vez la Fiscal¨ªa mexicana lo exonerara de todos los cargos. La decisi¨®n, que se remonta a enero, ya contribuy¨® a tensar las relaciones.
La semana pasada, Juan Gonz¨¢lez, enviado de Biden para Latinoam¨¦rica se reuni¨® con el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, para abordar una agenda que incluye ¡°disminuir el tr¨¢fico de armas y de narc¨®ticos, reducir la violencia que provoca el crimen organizado, atender las adicciones como un problema de salud p¨²blica y atacar las finanzas de las organizaciones criminales que operan en los dos pa¨ªses¡±.
Fuentes de Canciller¨ªa reconocen que la estrategia adoptada en el pasado no funciona. ¡°En el Gobierno de Pe?a Nieto detuvieron a los 120 capos m¨¢s prominentes, entre los que cay¨® El Chapo Guzm¨¢n. La violencia no se detuvo, as¨ª que no basta con eso¡±, se?alan. M¨¦xico, aseguran, plantea ahora una concepci¨®n de la seguridad m¨¢s amplia. Gonz¨¢lez calific¨® el encuentro de ¡°productiva reuni¨®n para construir visi¨®n com¨²n y acciones conjuntas para la seguridad¡±. El buen tono de la cita llegaba, sin embargo, precedido de unas duras declaraciones del exembajador estadounidense en M¨¦xico, Christopher Landau, quien hace semanas acus¨® a L¨®pez Obrador de pasividad ante los carteles y de adoptar ¡°una actitud de dejar hacer¡±, que es en s¨ª un problema muy serio para Washington.
Con vistas a la visita de Kamala Harris, que llegar¨¢ a M¨¦xico justo despu¨¦s de las elecciones del 6 de junio, el Gobierno del pa¨ªs tambi¨¦n plantea una serie de reclamos a Washington. En primer lugar, mantiene la presi¨®n para que aumente la inversi¨®n en Centroam¨¦rica con el objetivo de paliar la emergencia humanitaria y contener el flujo migratorio, sobre todo en Honduras y Guatemala. Las dos administraciones tienen visiones distintas de la cooperaci¨®n, ya que Estados Unidos supedita la entrega de fondos p¨²blicos al desempe?o de los pa¨ªses beneficiados y al uso de esos recursos. Es decir, se trata de una ayuda finalista. M¨¦xico, en cambio, es partidario de un desembolso directo.
¡°La se?ora Harris no va a reunirse con ning¨²n grupo de la sociedad civil en M¨¦xico. Hay muchos que la est¨¢n buscando, sobre todo de mujeres, pero no lo va a hacer porque no quiere que L¨®pez Obrador se enoje y deje entrar a los hondure?os¡±, advierte Casta?eda. Adem¨¢s, la frontera norte ha vuelto a recibir un n¨²mero ingente de mexicanos. Las detenciones han sus niveles m¨¢s altos en tres a?os, m¨¢s de 320.000 migrantes desde el pasado octubre. Se trata de una consecuencia directa de la crisis derivada de la pandemia, pero tambi¨¦n refleja la inestabilidad de la pol¨ªtica econ¨®mica local.
Otro reclamo del Gobierno de L¨®pez Obrador tiene que ver con la vacunaci¨®n contra la covid-19. El vecino del norte, donde la campa?a de inmunizaci¨®n avanza a marchas forzadas y ya ha cubierto a cerca del 40% de la poblaci¨®n, ya ha prestado casi tres millones de dosis a M¨¦xico. Sin embargo, las autoridades buscan lograr una mayor cooperaci¨®n. El canciller Ebrard ha sido precisamente el art¨ªfice de una estrategia bautizada como ¡°diplomacia de las vacunas¡± que. aparte de Washington, ha obtenido respaldo de China, Rusia, India y de Espa?a. Y en buena medida, suyo es el m¨¦rito de que todas las tensiones con Estados Unidos no hayan derivado en un choque abierto con Biden como muchos pronosticaban.
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