Un vistazo a Tenochtitlan: la capital del imperio mexica emerge desde 42 ventanas arqueol¨®gicas
La Secretar¨ªa de Cultura re¨²ne en una exposici¨®n los hallazgos que han permitido conocer la antigua ciudad. EL PA?S visita dos de ellos, el Huei Tzompantli y el templo de Eh¨¦catl, que a¨²n no han sido abiertos al p¨²blico
Los cr¨¢neos se sienten tan fr¨¢giles como quien lleva 500 a?os sobre s¨ª. Fueron guerreros, se sabe, y guerreras, quiz¨¢s, y ni?os. Los restos de sus cabezas est¨¢n apilados en una torre circular y unidos por argamasa. Los arque¨®logos estudian la estructura desde que fue descubierta en 2015, en el subsuelo del Centro Hist¨®rico de Ciudad M¨¦xico. Hace falta luz el¨¦ctrica para alumbrar el espacio, que es fr¨ªo y h¨²medo, un alivio al calor de afuera. Hace medio milenio, el recinto sagrado de Tenochtitlan, capital del imperio mexica, fue destruido y los vestigios quedaron aplastados por la urbe. Pero hay ventanas, como esta, que se abren hacia ese pasado.
Los arque¨®logos Ra¨²l Barreda y Lorena V¨¢zquez caminan por tarimas de madera angostas colocadas sobre la primera fila de cr¨¢neos, a casi un metro. No hay que pisar donde se pueda da?ar, nada se debe caer. Est¨¢n en el Huei Tzompantli, el gran monumento que los mexicas consagraron a su dios de la guerra. ¡°Este edificio est¨¢ narrando un discurso sagrado. Una forma de entender el mundo que para nosotros puede no ser cierta, pero que para las personas que habitaron en ese momento era la verdad absoluta¡±, se?ala V¨¢zquez, jefa de campo de esas excavaciones. Esa deidad, Huitzilopochtli, requer¨ªa de sacrificios humanos para existir y por lo tanto la construcci¨®n ¡°refleja una b¨²squeda de vida y no de muerte¡±, aclara la cient¨ªfica. Debajo suyo los cr¨¢neos que han quedado en la superficie, quebrados y filosos, recuerdan a los callos de una ballena.
Lo que se ve ahora, que est¨¢ cerrado al p¨²blico porque los trabajos all¨ª contin¨²an, es solo una secci¨®n. Se cree que se trat¨® de una estructura baja y rectangular con dos torres circulares a cada lado. Entre los extremos hab¨ªa postes verticales que sosten¨ªan una serie de travesa?os. Y en esos travesa?os se exhib¨ªan los cr¨¢neos hasta que un sacerdote los retiraba para ser colocados en las torres. Los cient¨ªficos calculan que pudo haber medido 36 metros, es decir, que se extend¨ªa debajo de donde ahora est¨¢ la banqueta, y la calle Guatemala, y el atrio de la Catedral metropolitana y las v¨ªas del metro. En diciembre, se descubri¨® una nueva secci¨®n de este edifico, el costado este y la fachada externa.
Como esta, en el Centro Hist¨®rico, hay 42 ventanas arqueol¨®gicas ¡ªla primera hallada en 1901¡ª que muestran diferentes momentos de ocupaci¨®n de la zona. La mayor¨ªa son vestigios prehisp¨¢nicos, aunque tambi¨¦n hay de la ¨¦poca virreinal y hasta del siglo XIX. La Secretar¨ªa de Cultura present¨® en septiembre, en el marco del quinto centenario de la ca¨ªda de Tenochtitlan, una muestra que exhibe algunos de los hallazgos m¨¢s importantes. La exposici¨®n estar¨¢ abierta martes, mi¨¦rcoles, viernes y s¨¢bados, de 10.00 a 15.00, hasta noviembre. El pabell¨®n, inaugurado en la Casa del Marqu¨¦s del Apartado, es una peque?a sala que cuenta con una maqueta interactiva, material gr¨¢fico y algunas r¨¦plicas. Se exponen, adem¨¢s, dos cr¨¢neos del Huei Tzompantli. Huesos con orificios a cada lado por donde se atravesaban para ser expuestos.
Las ventanas se ubican en 16 inmuebles. La m¨¢s grande es la del Templo Mayor, uno de los 78 templos del recinto sagrado de Tenochtitlan, donde la ciudad ten¨ªa su centro religioso. Debajo del Centro Cultural Espa?a se encuentra el Calm¨¦cac, el colegio donde estudiaban los nobles mexicas. En la casa de empe?o Nacional Monte de Piedad, hay restos de la casa que habit¨® por algunos a?os el conquistador Hern¨¢n Cort¨¦s y trazos de la universidad fundada por fray Juan de Zum¨¢rraga en 1551. Algunas son de acceso p¨²blico, otras tienen la entrada restringida por cuestiones de seguridad y el resto contin¨²an siendo investigadas, como el Huei Tzompantli, por lo que a¨²n no pueden ser visitadas.
El arque¨®logo Ra¨²l Barreda, director del Programa de Arqueolog¨ªa Urbana del Instituto Nacional de Antropolog¨ªa e Historia (INAH), reconoce que la zona urbana es ¡°muy compleja¡± y que ¡°no todo se puede exhibir¡±. El Centro Hist¨®rico fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1987 y los vestigios arqueol¨®gicos que se encuentran all¨ª est¨¢n protegidos por la ley. Los due?os de las propiedades tienen la obligaci¨®n de notificar al INAH de los trabajos que pretenden llevar a cabo. En ese momento, entra en juego el programa que dirige, que supervisa las obras de rehabilitaci¨®n y se ocupa del rescate y salvamento arqueol¨®gico cuando hay hallazgos.
Junto al Huei Tzompantli, por ejemplo, se encontr¨® la parte posterior del templo de Eh¨¦catl, dios del viento, cuando se proyectaban all¨ª las obras de ampliaci¨®n de un hotel. Tiempo despu¨¦s apareci¨® tambi¨¦n una zona de la principal cancha de juego de pelota del antiguo centro ceremonial, donde el ¨²ltimo gobernante mexica, Moctezuma, y Hern¨¢n Cort¨¦s compartieron una tarde hace medio milenio. El edificio del hotel se redefini¨® y ahora parece flotar por encima de los restos sobre vigas de hierro.
¡°Es un reto sostener la Ciudad de M¨¦xico y los vestigios arqueol¨®gicos¡±, se?ala Barreda. Los trabajos de excavaci¨®n ya concluyeron all¨ª. Dentro de poco se colocar¨¢ un techo de cristal y se dispondr¨¢n las piezas que quedar¨¢n expuestas. Unas pasarelas marcar¨¢n el camino a los visitantes cuando se abra al p¨²blico. ¡°El pasado puede convivir con el presente a trav¨¦s de estos espacios¡±, asegura Barreda. ¡°Tenochtitlan est¨¢ emergiendo nuevamente¡±.
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