Nieto, el protagonista

En septiembre de 2020, Santiago Nieto acudi¨® al programa de televisi¨®n El Chamuco, dirigido por los caricaturistas Rap¨¦, Helguera y Hern¨¢ndez. Festivos, los moneros le dieron la bienvenida entre risas y Nieto, que hac¨ªa casi dos a?os que dirig¨ªa la poderosa Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretar¨ªa de Hacienda, se sent¨® y les sigui¨® el juego. ¡°Ya vi que ya denunci¨¦ a los de la escenograf¨ªa¡±, dijo ir¨®nico, en referencia a unos dibujos de Emilio Lozoya y Rosario Robles pintados en la pared del plat¨®.

Pocas escenas recogen mejor su talante, siempre dispuesto a hablar con los medios, actitud extra?a en un alto funcionario de un aparato de inteligencia, como se?alaba este martes en un tuit el analista en seguridad y extrabajador de la agencia federal del ramo, CISEN, Alejandro Hope. Pero as¨ª es Nieto, siempre bajo los focos, a veces de manera involuntaria. Otras, no tanto.

Su salida de la Unidad de Inteligencia Financiera este lunes, despu¨¦s del alboroto que rode¨® su boda con la consejera electoral Carla Humphrey el fin de semana, recuerda el esc¨¢ndalo de su destituci¨®n al frente de la Fiscal¨ªa de delitos electorales durante la Administraci¨®n pasada. En ambos casos hay poco que reprocharle directamente, tampoco en este ¨²ltimo, v¨ªctima de su propio ¨¦xito.

Nieto creci¨® en Quer¨¦taro, basti¨®n conservador del centro del pa¨ªs, trayectoria que comparte con otros juristas destacados, caso del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Naci¨®n (SCJN), Arturo Zald¨ªvar. Doctor en Derecho por la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM), inici¨® su andadura en el sector p¨²blico en 2008, en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federaci¨®n. Aunque su nombre solo alcanzar¨ªa notoriedad por primera vez a?os m¨¢s tarde, durante el Gobierno de Enrique Pe?a Nieto (2012-2018), como titular de la Fiscal¨ªa Especializada para la Atenci¨®n de Delitos Electorales (Fepade).

Elegido por una mayor¨ªa aplastante de senadores (95 a favor, solo una abstenci¨®n), la irrupci¨®n de Nieto en la anquilosada y ahora extinta Procuradur¨ªa General de la Rep¨²blica (PGR) descoloc¨® al Gobierno de Pe?a y sus aliados. De hecho, fue una investigaci¨®n de la Fepade contra l¨ªderes del Partido Verde, sost¨¦n electoral del PRI, la que puso a Santiago Nieto en boca de todos.

Ocurri¨® a finales de 2015. La Administraci¨®n de Pe?a Nieto perd¨ªa brillo y cr¨¦dito a una velocidad de v¨¦rtigo. Los esc¨¢ndalos de Ayotzinapa y sobre todo de la Casa Blanca hab¨ªan resucitado la imagen corrupta del PRI, olvidada durante los primeros a?os del sexenio, ¨¦poca de reformas estructurales y relatos posibilistas. El asunto de la Casa Blanca, un presunto caso de tr¨¢fico de influencias que involucraba al presidente, se hab¨ªa cerrado en falso tras una investigaci¨®n a modo, dirigida por una pata del propio Gobierno.

Espabilada por las elecciones intermedias del 2015, la oposici¨®n dirigi¨® entonces sus esfuerzos a posibles irregularidades cometidas por el PRI y sus socios. El Partido Verde aparec¨ªa en el centro de la diana. La oposici¨®n denunci¨® a Arturo Escobar, flamante nuevo subsecretario de Gobernaci¨®n, y a otros l¨ªderes del Verde por desviar recursos para la compra de anuncios electorales. La Fepade de Nieto aparec¨ªa as¨ª como un dep¨®sito de esperanzas, no solo de la oposici¨®n, sino de una sociedad civil que tem¨ªa la vuelta al viejo teatrillo del PRI, rico en la forma democr¨¢tica, pobre en el fondo.

Nieto actu¨® como act¨²a un fiscal, present¨® denuncias contra los l¨ªderes del Verde y su jefa, la procuradora general de la Rep¨²blica, Arely G¨®mez, le respald¨®. En el centro del esc¨¢ndalo, Escobar sali¨® de Gobernaci¨®n por la puerta de atr¨¢s. Lejos de ser una victoria para Nieto, los ataques empezaron enseguida, acusando al fiscal de actuar en connivencia con la oposici¨®n. El funcionario se defendi¨® en los medios con una vehemencia y una independencia del aparato priista que acab¨® por molestar. Era el primer aviso.

Luego lleg¨® el caso Odebrecht. En medio del esc¨¢ndalo por los sobornos orquestados desde la constructora a Gobiernos de varios pa¨ªses de Am¨¦rica Latina, la opini¨®n p¨²blica se preguntaba qu¨¦ hab¨ªa de M¨¦xico. En agosto de 2017, Nieto inform¨® que la Fepade investigaba la posible financiaci¨®n ilegal de la campa?a del PRI a la presidencia, en 2012. Poco despu¨¦s, el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya, hoy preso y figura clave de la investigaci¨®n de la Fiscal¨ªa para el caso Odebrecht, fue llamado a declarar.

La presi¨®n sobre Nieto se hizo insoportable. El funcionario contest¨® casi a los golpes, en octubre de 2017, cuando se?al¨® que el propio Lozoya le hab¨ªa pedido que los desvinculara de la investigaci¨®n por Odebrecht. A los pocos d¨ªas fue destituido. El motivo oficial es que hab¨ªa faltado al c¨®digo de conducta de la PGR. Nieto a¨²n pele¨®, denunciando que no le hab¨ªan dejado defenderse, pero fueron patadas de ahogado. El PRI hab¨ªa ganado, al menos de momento.

Con la victoria de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador en las elecciones de 2018, Nieto, adalid contra la corrupci¨®n, lleg¨® a la UIF. Centrado en el caso Odebrecht, la falta de sinton¨ªa entre la unidad y la nueva Fiscal¨ªa General de la Rep¨²blica (FGR) abri¨® el primer frente de la nueva ¨¦poca. Nieto no confiaba en el fiscal general, Alejandro Gertz, situaci¨®n rec¨ªproca. La guerra entre ambos fue total durante el ¨²ltimo a?o y medio, siempre con Odebrecht en el centro del problema.

Con el paso de los meses parec¨ªa que el titular de la UIF saldr¨ªa victorioso, apareciendo incluso en las quinielas de candidatos presidenciales para 2024, alimentando una imagen de funcionario joven e incorruptible, estrategia parecida a la del jefe de polic¨ªa de Ciudad de M¨¦xico, Omar Garc¨ªa Harfuch, con quien manten¨ªa una buena relaci¨®n. Mientras tanto, Gertz perd¨ªa cr¨¦dito, ya fuera por los errores de la FGR en el caso Odebrecht, por sus pesquisas contra la comunidad cient¨ªfica, o por sus pleitos personales.

Pero a diferencia de Nieto, Gertz call¨®. Mientras el titular de la UIF hablaba, daba entrevistas y preparaba su boda, el fiscal se puso de perfil. La cena de Lozoya, corrupto confeso y testigo de la Fiscal¨ªa para el caso Odebrecht, en un lujoso restaurante en octubre reaviv¨® la noci¨®n de austeridad republicana ordenada por L¨®pez Obrador al iniciar su mandato. Lleg¨® la boda, el esc¨¢ndalo del avi¨®n privado, la maleta con miles de d¨®lares. Lo que en otro momento no habr¨ªa pasado de an¨¦cdota para Nieto, acab¨® con su cabeza en la picota.

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